El abandono educativo, un problema sistémico

El pasado miércoles 24 de enero se celebró el Día Internacional de la Educación y uno de los temas que volvió a estar candente fue el de los elevados índices de abandono escolar prematuro que se registran en España, donde uno de cada siete jóvenes abandona los estudios sin haber acabado ningún tipo de formación más allá de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

España es el segundo país de la Unión Europea con la tasa de abandono educativo temprano más alta, con un 13,9%, solamente superada por Rumania, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible contempla el objetivo de reducir el abandono escolar prematuro en Europa del 9,6% actual al 9%, unas cifras alejadas de las de España.

No obstante, hay motivos para el optimismo ya que desde 2012 esta tasa ha caído en casi 11 puntos en España, pasando del 24,7% al 13,9% actual.

Por comunidades autónomas, destacan por encima de la media española Murcia (18,7%), Islas Baleares (18,2%), Catalunya (16,9%), Comunidad Valenciana (15,7%) y Andalucía (15,3%), según la EPA. País Vasco se sitúa en el lado opuesto, con una tasa de abandono escolar prematuro incluso inferior al 9% propuesta por la Agenda 2030; solo un 5,6% de los jóvenes de entre 18 y 24 años no ha completado la ESO y no sigue ningún tipo de educación-formación en esta comunidad.

Vulnerabilidad social

Uno de los datos más interesantes en el abandono educativo temprano es que éste se produce, especialmente, entre los jóvenes en una situación social de vulnerabilidad, duplicándose la cifra. Precisamente, la Fundación Exit es una institución que trabaja desde hace más de dos décadas para reducir el abandono educativo temprano de jóvenes en situación de vulnerabilidad social.

De la mano de centros educativos y empresas, esta fundación es una firme defensora de la igualdad de oportunidades y la innovación, tal y como reza en su página web.

Según comenta su director, Nacho Sequeira, «los índices de abandono educativo temprano se duplican tanto en el caso de familias con bajos ingresos, como en jóvenes de origen inmigrante. Con la voluntad de ser un actor relevante en la consecución del objetivo europeo de reducir el abandono educativo temprano en España al 9% en 2030, desde Fundación Exit ponemos el foco en los colectivos en situación de vulnerabilidad social, promoviendo proyectos centrados en la orientación y la motivación, para que los jóvenes continúen su formación y maximicen la posibilidad de una posterior inserción laboral».

Por último, destacar que el abandono prematuro de los estudios es multicausal y puede tener importantes consecuencias e implicaciones tanto para la persona, como para el desarrollo social y económico del país.