Un viaje por uno de los capítulos más prolíficos de Pablo Picasso. Coincidiendo con el cincuenta aniversario del fallecimiento del artista, el Museu de Valls se suma a la conmemoración a través de la exposición Picasso i l’art del gravat (1904-1971), para invitar a los visitantes a adentrarse en la apasionante obra del malagueño.
La muestra reúne más de un centenar de grabados, de una quincena de colecciones particulares, procedentes de Valls, Almacelles, Manresa, Barcelona, Cardedeu y Tarragona; galerías como Gothsland Galeria d’Art de Barcelona, y museos como el Museu de Lleida, depositario de la colección de grabados de Antoni Gelonch. La muestra se podrá visitar hasta el 12 de noviembre.
«A través de la exposición, intentamos explicar la relación que tuvo Picasso con el mundo del grabado, para descubrir como el artista evoluciona y dialoga con la técnica», explicó ayer en la inauguración el historiador de arte y comisario de la muestra, Sebastià Sánchez Sauleda. De este modo, la exposición se articula alrededor de las grandes series de grabados que realizó el artista.
La primera es La Suite des Saltimbanques -realizada entre 1904 y 1906-, a la que pertenece el aguafuerte Le repàs frugal (1904). «Este grabado es una obra maestra», resaltó el comisario de la exposición, quien añadió que «esta época establece las bases de lo que será la relación íntima entre el grabado y Picasso, un camino que duraría hasta 1972 y que llevó al artista a crear unas 2.200 piezas a lo largo de su vida. El grabado, en sí mismo, es una pieza fundamental para entender la obra de Picasso».
«A través de la exposición, intentamos explicar la relación que tuvo Picasso con el mundo del grabado, para descubrir como el artista evoluciona y dialoga con la técnica», comisario de la muestra, Sebastià Sánchez Sauleda
A continuación le sigue La Suite Vollard. Entre 1930 y 1936 Picasso creó por encargo del marchante de arte Ambroise Vollard (1868-1939), cien estampas centradas en cuatro temas principales: El taller del escultor; El minotauro; Rembrandt; y La batalla del amor. De esta época, el Museu de Valls exhibe dos estampas. A su lado se presenta Jeu sur la plage, un grabado en el que los bañistas acontecen el tema principal.
De las piezas de esta etapa, el comisario Sebastià Sánchez Sauleda resaltó que «nos explican como en esa época Picasso ya se ha introducido en el mercado artístico francés» y añadió que «desde que Picasso apostó por el cubismo y las vanguardias, comenzó a desengancharse de Catalunya para adentrarse en el arte internacional».
La exposición también resalta el compromiso político del artista malagueño. «Cuando estalla la Guerra Civil y Picasso es reclamado para hacer el Guernica, el artista es un personaje consolidado internacionalmente. Por ello, además de aceptar el encargo, Picasso entregó dos estampas que son como una especie de auca en las que se mofa de la figura de Franco, y que donó para financiar el Pabellón de la República», explicó el comisario. Cabe destacar que las estampas Sueño y mentira de Franco (1937) proceden de la colección particular de la galería Contratalla Art de Tarragona.
Otra de las facetas que resalta la exposición es El Carnet de Royan, una época que, según palabras del comisario de la muestra, «contribuyó a que el artista destacase por los retratos figurativos». «Picasso es un personaje que continuamente se reinventa. Así, empezó a investigar tanto el aguafuerte como el linograbado que utilizó para representar temas habituales como retratos femeninos, bodegones, escenas de danza y el mundo taurino».
La mayor biografía del día a día de Picasso, a punto de ver la luz. Corría agosto de 1996 cuando el investigador Rafael Inglada emprendió la quimérica tarea de reconstruir, día a día, la vida de Picasso, un empeño que ahora se ha convertido en ‘Picasso a diario’, la mayor y más exhaustiva biografía del artista, cuyo primer volumen está a punto de ver la luz.
La exposición dedica un ámbito a Picasso i els toros: La Tauromàquia i Toros i toreros. «A Picasso le interesaron los toros desde pequeño. En Málaga, su padre ya le llevaba a la plaza», rememoró Sebastià Sánchez Sauleda. Así, en el año 1959, en connivencia con el editor y bibliófilo Gustau Gili, acordó ilustrar para Ediciones de La Cometa el tratado escrito en 1796 por José Delgado (Pepe-Hillo) titulado Tauromaquia o el arte de torear. «También destaca que ilustró el texto Toros y toreros, de Luis Miguel Dominguin», añadió el comisario de la muestra.
En la recta final, la exposición centra la mirada en La Suite 347 (16 de març - 5 d’octubre de 1968) y El Entierro del Conde de Orgaz, para terminar con en el ámbito L’últim Picasso: la Suite 156, «que «presenta una mirada hacia atrás en la vida y la obra del artista, prestando atención a temas como el circo, el erotismo o el desnudo femenino que lo habían acompañado a lo largo de los años». Una demostración de que, con más de noventa años, «Picasso seguía teniendo intacta la mentalidad de trabajar e innovar».
