Tenía muchas ganas de empezar esta lectura de Laura Santolaya. Desde hace años sigo su perfil de Instagram: bajo el nombre de P8ladas esta pamplonica ofrece un retrato costumbrista lleno de humor de una joven de nuestra edad.
Me gustan mucho sus viñetas; son muy graciosas y, sobre todo, inteligentes. Por eso me motivaba leer la vertiente novelística de P8ladas o Laura Santolaya (una nunca sabe donde empieza una y termina la otra), ya que imaginaba que iba a seguir ese mismo estilo: ocurrente, divertido y perspicaz.
Lo que me ha sorprendido de Cara de susto, su segunda novela (la primera, Bomba de humo, la tengo esperándome en la mochila para las vacaciones), es su forma de escribir: compleja y completa, ahondando en lo que siempre nos es más difícil de hablar y escribir: las emociones. Y eso es algo que parece que a Santolaya le sale fácil, lo que refleja una madurez emocional y mucho camino personal recorrido.
Nina es una escritora treinteañera que ha perdido su trabajo. Ese que la apasiona desde pequeña, que la ha ayudado a formar su identidad y que le permitió echar a volar de sus raíces. De repente se encuentra viviendo de nuevo en, como ella denomina, ‘el pueblo’, en casa de su madre, con su hermana Ane, su cuñado Noel a quien le gusta hacer de mago y su primer sobrino, Marco. Los amigos del colegio, con quienes ha perdido conexión, unas calles que tienen un ritmo menos frenético que Madrid, un exnovio que vuelve a su vida, una relación familiar algo desdibujada y ese terrible «lo que se supone que debes ser y tener» pasada la década de los 20. ¿Cómo es eso de saberse adulta pero sentirse atrapada en un pasado con el que ya no se reconoce?
Es un libro relajado, mecido por la templanza y el paso del tiempo pausado del lugar donde ocurre todo, ese ‘pueblo’.
Se trata también de una novela algo introspectiva, con unas reflexiones vitales a las que dan lugar las conversaciones entre los personajes del libro, con un crecimiento personal de la protagonista a medida que asume quién es, cuales son sus miedos y sus problemas, descubrirse al poder estructurar toda su historia competa y el conseguir poder hablar de todo aquello que le ahoga.
Necesaria también la reflexión sobre esa madurez obligada a los 30 que hacen las mujeres de la novela: debemos aprender a desafiar deliberadamente los clichés y preguntarnos, una a una, si realmente las imposiciones sociales es lo que queremos de verdad.
Todo mezclado con el humor ácido de Laura Santolaya, hacen de Cara de susto un libro muy apetecible que te deja un buen sabor de boca.
Cara de susto
Autora: Laura Santolaya
Editorial: Suma de letras
Páginas: 342