La asombrosa carrera del guitarrista Javier Vargas (Madrid, 1958) hace parada en Cambrils mañana (20.30 horas). Junto a la Vargas Blues Band y la colaboración de John Byron Jagger, pondrá el cierre a una exitosa Mostra de Jazz i Blues 2022.
Oiga, ¿cuál fue la primera púa que utilizó?
Empecé a tocar la guitarra con los dedos, aunque me acuerdo perfectamente que la primera púa que tuve en mis manos fue una Tortex, había unos dibujos que me gustaban mucho.
¿Aconseja aprender a tocar la guitarra sin púa?
Puedes aprender de cualquier forma, no hay una receta única. Por ejemplo, West Montgomery empezó a tocar encerrado en una habitación, con su familia. Para no despertarles, lo hacía con la grasa de un sandwitch.
Su padre le compró la primera guitarra, ¿le marcó mucho?
Bueno, a mi padre le tuve que convencer de tres cosas; que no quería estudiar, que no quería trabajar y que quería ser estrella de la guitarra. Como puedes ver, fui la piel del diablo. Éramos una familia humilde y cuando pudo cedió, y me la compró.
La apuesta le ha salido bien.
Si lo miras con perspectiva sí. Mi padre y mi madre murieron, pero se fueron orgullosos, porque pudieron disfrutar de parte de mi carrera, incluso me vieron tocar en directo muchas veces.
«Aprender es un proceso indispensable en la vida. Colaboro con otros artistas para estar siempre atento, es una forma de aprendizaje»
Usted es un devorador de música, toca todos los palos; compone, produce y ama la carretera, las giras. Tiene muchos números de morir en un escenario.
Todavía espero dar guerra un poco más (sonríe). Sabes, de lo que más me siento orgulloso es de que he logrado hacer lo que me gusta. Cuando me vaya, me iré con la sensación de que he disfrutado de la vida que quería tener y eso, desde mi punto de vista, es un logro.
Publicó dos discos en 2021 y en 2022 otro Back in Texas. Sigue inmerso en distintos proyectos. ¿De dónde saca tanta creatividad?
La música pasa a través de mí. Mira, llevó dos meses en Madrid y he escrito un libro autobiográfico y he grabado 12 temas nuevos, además he estado preparando el nuevo directo. Incluso he tenido tiempo de trabajar con John Byron Jagger, con el que tenemos proyectos de futuro en común. Se me apaga la creatividad solo cuando estoy en la carretera, aunque empieza de nuevo encima del escenario.
Back in Memphis ¿es como volver la ciudad de sus sueños?
Seguro que sí. Cuando tenía 10 años, Daniel, un amigo de infancia en Mar del Plata (Argentina) siempre me decía que algún día visitaríamos esa ciudad. Yo veía a Elvis tocar allí y para mí era lo máximo. Una de las cosas maravillosas que me ha dado esta profesión tiene que ver con Memphis, poder estar allí, en el lugar que empezó Albert King. Allí me empapé de rock, soul y del blues de Memphis.
«El escenario no me asusta, cuando me subo a él entro en trance y se produce una complicidad increíble con el público»
Javier Vargas ha colaborado con un ramillete inacabable de totems de la música. ¿Colaborar es una forma de aprender?
Yo creo que en la vida, en general, aprendemos de forma constante. Colaboro con otros artistas para estar atento, se puede decir que es una forma de aprendizaje. En este mundo, al final, hemos venido para eso, para aprender, porque nos permite mejorar de forma constante y en la música resulta muy necesario investigar.
Con Prince ha tenido alguna anécdota sonada.
Quedé con él en el hotel Palace de Madrid y llevaba un pack de cedés entre los que se encontraba el mío, el que grabé con Larry Graham. Me llevó con su limusina a la prueba de sonido y allí me demostró que era un músico de verdad, daba igual que eso fuera un ensayo, le gustaba una barbaridad tocar con su banda. La prueba duró una hora. Luego, en el camerino, tenía un apartado con solo chocolates, de todo tipo. Y diez guitarras, me dijo que eligiera una y terminé tocando cinco temas con él.
Llega a Cambrils cuatro días antes de telonear a los Rolling Stones en el Wanda Metropolitano de Madrid. ¿Hay inquietud?
Nada me asusta, conservo el cosquilleo previo a los conciertos, pero es una energía positiva. Cuando me subo al escenario entro en trance y se produce una complicidad con el público increíble. Evidentemente, tocar en el mismo escenario que los Rolling será una experiencia grata y más hacerlo con John Byron Jagger.
¿Había estado ya en Cambrils?
De paso creo que alguna vez, pero será la primera vez que toco allí y, hay muchas ganas. La apuesta de ese festival me parece muy interesante.
Me ha hablado de John Byron. ¿Tiene similitudes con su tío Mick o las comparaciones son odiosas?
Tiene el ADN, la inquietud por la música. También una pasión desmesurada por investigar, saber de todos los ámbitos de este mundo en el que nos movemos y eso es algo que a mí me resulta muy enriquecedor.
¿Qué le aporta John al directo de la Vargas Blues Band?
Estamos en la misma onda. Muestra interés por la música actual, pero también por las raíces de los años 40 y 50. Tiene muchísima inquietud y eso nos permite compartir y conocernos cada vez mejor. Para nosotros es una aportación muy beneficiosa y seguro que en Cambrils van a disfrutar muchísimo de esta unión que hemos creado la banda y John.
