La Alba Morena más desclasada y transgresora publica nuevo EP

Hay en el camino de búsqueda de Alba Morena (Salou, 23 años) una actitud irrevocable, un respeto absoluto hacia el proceso creativo que ella misma no negocia. Su dignidad profesional no se encuentra en venta. Alba se siente cantante, compositora y productora y bajo esa premisa ha logrado convencer a un monstruo como Universal Music, que hace unos meses la incorporó a su nómina de artistas. «Mis canciones son como mis hijas», aseguró al Diari hace unos meses. Y las hijas no se tocan.

Su nuevo EP, bajo el amparo de Universal Music y Sonido Muchacho, ha calado con una contundencia extraordinaria. Yo te quiero pero se ha convertido en un trabajo desclasado, cuesta situarlo en un registro concreto, algo que habla bien del talento de la salouense, siempre dispuesta a romper con las reglas establecidas.

El pop electrónico suele aromatizar sus canciones, aunque en ellas la variedad de registros permiten descubrir nuevos sonidos y un estilo propio y genuino. Tras un primer disco totalmente autoproducido y laborado en su casa (Las dos edades, 2021), Alba mira al progreso con cinco canciones en las que, con un puñado de recursos más, exhibe una producción meticulosa y sorprendente, totalmente a su cargo.

«Soy feliz porque estoy en un lugar en el que respetan mi trabajo y eso no siempre ocurre», reflexiona con respecto al momento creativo que vive. El fichaje por Universal Music incluía un cambio de residencia. Morena se ha instalado en Madrid, la capital del bullicio artística, dispuesta a darle una vuelta de tuerca a su carrera. Yo te quiero pero ha significado llamar la atención de la industria y ha confirmado esa capacidad versátil para dominar su propia carrera.

«En líneas generales, la gente ha recibido muy bien el EP, me llegan mensajes muy bonitos, aunque en algunos casos me dicen que no saben en qué lugar etiquetarme», confirma la artista, en pleno tiempo de promoción. Los medios no han mirado hacia otro lado.

El álbum propone himnos como Otra vez, un ramillete de minuciosos detalles que, en conjunto, crean una atmósfera cautivadora y evocadora, donde el juego con las texturas vocales y la instrumentación tejen belleza y emoción. Yo te quiero pero se ha convertido en una pieza fetén que indaga entre la vida que deberíamos vivir y la que vivimos. No me queda na es un patio de juego donde convergen la electrónica más traviesa, el pop, el vocoder, las palmas e incluso un fraseo cercano al rap. El EP también abre puertas personales con el tema A mi hermano, una delicia de tres minutos. El legado conmovedor de Alba.