Nos vemos en las palabras

Nunca fui demasiado creyente de los finales, de los puntos y aparte que nos obligan a borrar las listas del pasado y crear unas nuevas llenas de propósitos que volveremos a tachar cuando llegue la siguiente. En cambio, soy una firme defensora del momento. Y no del momento como el ahora, sino del momento como realidad, como existencia. Confío en que las palabras nunca albergan los mismos significados, que los poemas nunca me cuentan las mismas cosas y que los artículos no son siempre iguales.

Por eso escribo hoy estas últimas palabras para el Diari de Tarragona con todo el amor y todo el agradecimiento que cabe en mis manos. Mi primer artículo fue en noviembre de 2017, hace ya más de cuatro años (y qué cuatro años). En él, exponía la poesía como respuesta a las preguntas que aún no nos hemos hecho. Encomendaba al lector al leerla incómodo, sin ganas, sin esperanza, pues lo que la poesía tiene que ofrecer es todo lo contrario. Desde entonces, he recomendado decenas de libros de poesía en estas líneas. A veces, poemarios que me encontraba leyendo en el momento. Otras, mis libros de referencia. A menudo, mis conexiones emocionales con los y las autoras.

Que en esta época y durante tanto tiempo haya podido disfrutar de un espacio libre en el que hablar de poesía me sigue pareciendo una suerte, un pequeño oasis en mitad del ruido. Deseo que quien me haya leído haya sentido lo mismo. Lo dejo ahora con el convencimiento de que alguien seguirá llenando de versos este hueco amable que en tantas ocasiones me salvó de mi propia cabeza.

Gracias a todos los y las lectoras por su lectura, al Diari por su confianza y a Olga por esta oportunidad llena de cariño.

Nos seguiremos leyendo. Os seguiré leyendo.