Desbancar cada año a Tom Cruise parece cada vez más difícil. Ya sea por tierra, mar o aire (Top Gun). A sus 61 años no está dispuesto a dejar de estar en el top de los actores más taquilleros de Hollywood. Sufrió durante la pandemia con dos estrenos que debían haber llegado antes, la citada Top Gun: Maverick, y esta nueva entrega de Misión Imposible. Han sido y serán como dos bombazos (en taquilla) con efecto retardado. La culpa fue del Covid-19.
Si su película del año pasado logró recaudar 1.500 millones de dólares, las previsiones para esta nueva entrega con el escurridizo Ethan Hunt como protagonista promete alcanzar también cotas disparadas. Posiblemente, y según previsiones de analistas, supere con facilidad a Indiana Jones y el dial del destino, gracias a un brutal espectáculo de acción de dos horas y media, bien entretejido con una trama que, eso sí, nos dejará a mitad de la historia. Porque la película solo es la primera entrega de los dos en que está concebida. El año que viene, el epílogo de esta historia. Porque todo a punta a que Cruise no está dispuesto a dejar de tirarse en paracaídas, saltar por los aires en moto o cualquiera otra de sus innumerables peripecias arriesgadas. Tiene mucho mérito.
Misión Imposible: Sentencia mortal (parte 1) vuelve a ofrecernos a un Cruise en pleno estado de gracia. Ahora, el agente Hunt se enfrenta a la amenaza de una inteligencia artificial que pone en peligro a la humanidad. Sin embargo, el lance no quedará resuelto hasta junio de 2024.
Pese a todo, será difícil que la continuación supere la escena más espectacular de esta entrega, esa en la que Cruise se lanza al vacío desde un acantilado con una moto y acciona un paracaídas, una secuencia que ha trufado todos los trailers de la cinta y de la que incluso se desveló en diciembre del año pasado cómo se hizo para alimentar aún más la expectación. Por si le faltaba algo. Que no era precisamente el caso.
Christopher McQuarrie repite tras la cámara, un director de confianza con el que Cruise ha hecho hasta cinco películas (cuatro de Misión Imposible y Jack Reacher). Una de las cosas que ambos tienen en común es la búsqueda de la sorpresa en el espectador y esta séptima entrega la tiene. De sobras. Pero cuenta también con un entretenido guion que enlaza bien la trama y con un reparto que consigue su objetivo, darle mayor profundidad a los personajes, que en algunos casos esconden secretos invisibles a simple vista.
Sentencia mortal (parte 1) es un ejercicio del cine acción de siempre, el espectáculo con mayúsculas que deja alucinado hasta al más insólito de los espectadores. Es también un thriller que transmite tensión, que sabe darle pausa para que el espectador mastique lo que acaba de ver, emociona y, sobre todo, entretiene. La palabra aburrimiento es el antónimo de esta primera entrega de Sentencia mortal.
Cruise, Tom, obliga al espectador a agarrarse a la butaca para no caer en picado de su asiento. Es discutible si su historia es la mejor de la saga, pero lo que es incontestable es que no da tregua de principio a fin.
Ahora, la cuenta atrás ha empezado con una claro objetivo, una misión imposible: arrasar en esta taquilla de verano.
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‘Elemental’
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