Reseña literaria: Reencuentro espectral

La nueva obra de la autora irlandesa es ganadora del Women’s Prize y el National Book Critics Circle

23 abril 2021 10:32 | Actualizado a 23 abril 2021 15:32
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Hamnet
Autora: Maggie O’Farrell
Editorial: Libros del Asteroide
Precio: 23,95€

En la villa de Stratford, a finales del verano de 1596, la niña Judith comienza a encontrarse mal de pronto. Su hermano gemelo de once años, Hamnet, busca a alguien de su familia por su casa y también por la de sus abuelos, justo al lado, y al no lograrlo corre adonde vive el médico todo lo rápido que puede, pero tampoco a este lo encuentra. No le queda otra que esperar en casa junto a su hermana a que alguien llegue para ayudarles.


Se realiza entonces un salto en el tiempo, a quince años atrás exactamente, al momento en que el padre y la madre de esos dos niños se conocieron, se enamoraron, se casaron y crearon su propia familia. Los dos tiempos se irán entremezclando hasta llegar a la bisagra de la historia, al punto culmen, en el que el chico Hamnet fallece, para dejar únicamente un profundo dolor en sus progenitores y ese proceso de duelo que cada uno lleva a su manera. Él buscándolo entre el público de sus obras, ella recordándole cada día y dejando a un lado la vida. Cuatro años después, el padre escribe una de sus obras más emblemáticas, ‘Hamlet’.


Con una prosa rica en detalles sensibilizadores que crean un entorno vívido y unos personajes llenos de matices, Maggie O’Farrell logra crear un libro que te llega hasta las entrañas. La escena en la que Agnes preapara a su hijo y le pone la mortaja para el entierro es tremendamente intensa y conmovedora: “Qué difícil envolverlo. Qué difícil levantar la sábana por las esquinas y cubrirlo, ahogarlo en su blancura. Qué difícil pensar, saber, que después de esto nunca volverá a ver esos brazos, esos nudillos, esas espinillas, esa uña del pulgar, ese callo, esa cara. Es incapaz de taparlo la primera vez. También la segunda. Coge la sábana, se la pone al niño, se la retira. Lo hace otra vez. Se la retira de nuevo. El niño yace desnudo, lavado, en el centro de la sábana, con las manos sobre el pecho, la barbilla ligeramente levantada, los ojos cerrados. Agnes se apoya en el borde del tablón, jadea apretando la tela entre las manos.”

La labor de documentación es magistral, así como la capacidad de narrar de manera omnisciente, fluyendo de un personaje a otro con una naturalidad absoluta.

La fuerza de la historia la lleva Agnes, la madre, algo salvaje, curandera y capaz de predecir el futuro, y para huir de la grandeza de los nombres y centrarse en lo cotidiano, en lo íntimo de esta familia, en el dolor, no se menciona nunca el nombre del padre, el gran William Shakespeare. De esta manera, la autora escribe una especie de fábula sobre la muerte de un niño del que poco se sabe, y establece su conexión con una de las obras más famosas del dramaturgo inglés, ‘Hamlet’, donde él podría haber hallado su propia manera de reencontrarse con su amado hijo.

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