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Susana Herman: «A las mujeres nos preocupan las mismas cosas que hace un siglo»

Autoras y protagonistas femeninas, así como el cozy crime, tendencias literarias

11 diciembre 2023 18:33 | Actualizado a 11 diciembre 2023 18:52
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Las mujeres protagonizan muchas de las obras de Ediciones Maeva, ya sean históricas como Coco Chanel, Maria Callas o una de las últimas, Dorothy Parker, escritora y guionista en una forma de visibilizarlas y aportar referentes. Igualmente, algunas de sus series más negras, como la de Mari Jungstedt, Marta Huelves, Ana Lena o Camilla Läckberg. Sin embargo, lejos del noir más sanguinario y violento, se ha hecho un importante hueco en la literatura el cozy crime, un misterio inspirado en la dama del género, Agatha Christie, más amable e inocente, sin por ello dejar de lado los asesinatos. Susana Herman, le editora de Maeva, explica en qué consiste este subgénero y nos habla también de sus mujeres.

Thriller o novela histórica, apuesta por los personajes femeninos.
En la mayoría de las novelas de Maeva, no en todas, las protagonistas son mujeres. Es evidente y cierto. Se trata de una tendencia muy global. Es decir, se están publicando muchas obras tanto escritas por mujeres como sobre mujeres. No obstante, cuando me llega una novela siempre me gusta que aporte alguna cosa interesante o que destaque respecto a otras.

¿Qué deben tener?
Deben ser mujeres excepcionales, especiales, aunque no porque hayan hecho cosas importantes. En el caso de Dorothy Parker, protagonista de Las chicas de Manhattan, es una mujer que ya conocemos, que destacó en su profesión por ser escritora, guionista. Pero además tiene que haber un argumento histórico, qué hicieron ellas como mujeres, cómo vivieron la época que les tocó vivir, cómo afrontaban los retos. Por ejemplo, los años 20 del siglo pasado fue bueno para las mujeres. Justamente comenzaba el movimiento feminista y en este sentido, algunas sabían que efectivamente estaban participando de una cosa muy gorda, pero otras no. Simplemente querían vivir la vida que querían y no sabían si eran feministas o no. Querían ser personas que consiguieran objetivos y que no les dejaran de lado por el hecho de ser mujeres. Entonces, a mí esto me interesa. Tienen que ser mujeres de las que las de hoy en día podamos aprender cosas.

$!Susana Herman: «A las mujeres nos preocupan las mismas cosas que hace un siglo»

¿Un siglo después todavía queda mucho por hacer?
Hay aspectos en los que se ha avanzado mucho como por ejemplo en el mundo cultural, que es el que describe Las chicas de Manhattan. En aquella época, los representantes de Broadway, los directores y los que decidían eran hombres. Sin embargo, también tenemos mucho por hacer y las cosas que nos preocupan, los temas por los que tenemos que luchar son los mismos que los de hace un siglo. Los problemas que tenían las mujeres de entonces están en nuestra órbita intelectual, de territorio o cultural, son los mismos. Estamos luchando por hacer compatible querer ser madres o no con una profesión; el hecho de querer que se nos escuche; de querer participar y tener una voz que cuente. Esto es exactamente lo mismo. Y esto me lo comentan las lectoras más jóvenes.

¿Se ven reflejadas en Dorothy Parker o en Jane Grant?
Sí porque cuando han acabado de leerla, han visto que estas mujeres han pasado años complicados porque las cuatro protagonistas están entre los 20 y los 30 años, esa época en que tienes que crecer, formarte y que a lo mejor quieres tener una familia y se han visto reflejadas. Pero, al mismo tiempo, ven que todas tienen éxito, cuatro mujeres reales, que existieron y que al final encontraron su lugar y esto las hace sentir bien.

«El cozy crime es el misterio más clásico, sin tanta violencia ni escenas truculentas»

Cambiando de registro, la novela de Elly Griffiths es totalmente distinta.
Esta autora británica presenta su cuarta entrega protagonizada por una mujer, por Ruth Galloway, La herencia de los huesos. Es una doctora en arqueología forense que también es profesora en la universidad de Norfolck y madre soltera. Galloway ayuda a la policía a investigar casos en los que a veces se presentan restos arqueológicos, huesos que se desconoce si son recientes o no. Entonces, recurren a Ruth para que los estudie, para que haga todas las pruebas pertinentes para tratarlos y ver su procedencia, si son de la Edad de Hierro, de la Edad Media o de un asesinato reciente. En esta cuarta entrega, la escena inicial es la apertura de un ataúd donde se encuentran los huesos de un obispo de la Edad Media, muy importantes para resolver los casos de asesinato de la novela.

Actualmente hay un boom de cozy crime.
Sí. Es un subgénero dentro de la novela negra que destaca, justamente, porque no hay tanta violencia o escenas truculentas. En la novela negra hay de todo, tramas más duras tanto psicológicamente como de escenas violentas, en diferentes grados. Pero en el cozy crime, los lectores no encontrarán este tipo de escenas o personajes especialmente crueles. Son novelas al estilo de Agatha Christie, donde lo más importante es la ambientación y los personajes, que siempre añaden alguna cosa especial, que normalmente no son policías o detectives. Y lo más importante, no se desenvuelven en un entorno duro.

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Investigadores casuales...
Pueden ser lugares pequeños, en los que nunca pasa nada y, efectivamente, son personajes que nunca investigan pero que de golpe tienen esta curiosidad por hacerlo. Un cozy crime lo podríamos protagonizar cualquiera de nosotros, de pronto nos encontraríamos en medio de un crimen, teniendo que investigar sin tener los recursos de que disponen los detectives o policías. Esta situación da lugar a malentendidos, a exposiciones de peligro que estas personas no saben muy bien cómo resolver. Y el lector se ve muy identificado. Podría ser él, le podría pasar a él.

¿Como ‘La pequeña farmacia literaria’?
Exacto, la segunda entrega de Elena Molini, Una detective en la pequeña farmacia literaria. De igual manera, la serie de la escritora Jacqueline Winspear protagonizada por Maisie Dobbs, un cozy crime internacional ambientado en Londres, que en este caso es la primera mujer detective de la capital británica quien, entre finales de la primera Guerra Mundial e inicios de la Segunda, investiga una serie de casos que tampoco son especialmente sanguinarios o violentos, que aportan al lector una visión de cómo era la vida en aquella época y qué preocupaba a las personas. Más que el crimen en sí, el misterio, sobre todo son importantes los motivos del asesinato, las razones humanas que hay detrás. Es lo que ocurría con Agatha Christie, que se quería conocer el móvil, por qué una persona aparentemente normal llegaba a cometer un asesinato. Y esto es la esencia del cozy crimen.

En contraposición a la maldad por la maldad.
Aquí no interesa la sofisticación del asesino o si es psicópata o no. Habitualmente todo ocurre en un entorno aparentemente corriente donde hay secretos, pequeños traumas o sucesos no superados que han provocado llegar a una situación a la que no se tendría que haber llegado. Es el misterio más clásico, de alguna manera.

¿Es Ruth Galloway una opción para los jóvenes lectores?
Sí. La herencia de los huesos es una buena obra para introducirlos en la novela adulta. Aunque la autora, Elly Griffiths, también tiene una serie juvenil, Los misterios de Justina Jones, La herencia de los huesos es una novela con la que pueden aprender historia y arqueología y en la que no encontrarán escenas truculentas. Es muy buena serie para enganchar a los más jóvenes a la literatura.

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