La forma en que lucimos el pelo, color y su estado reflejan un estilo, indican una actitud vital y equivalen a una clara definición de uno mismo. Cuidar el cabello es muy importante pues ofrece una imagen de nuestra manera de ser. Hay que pensar que los cabellos, en la medida de que son una prolongación de la piel, sufren como ésta las mismas agresiones y terminan debilitándose. El resultado es una pérdida de su estructura y en consecuencia, de su belleza.
El champú
El cabello debe lavarse siempre que esté sucio, incluso, si es necesario, diariamente. La contaminación, el exceso de grasa y los restos de lacas, gominas o espumas lo dañan y ahogan la raíz provocando la caída. Recordemos que el cabello lleva una carga eléctrica negativa y, como el polvo se adhiere a esos iones negativos, hay de invertir la carga con el fin de limpiarlo eficazmente. Para limpiarlo, dice la técnica, se debe utilizar siempre un champú/baño y un tratamiento específico para cada cabello. El producto ideal es aquel que lava sin agredir, hidrata las puntas sin engrasar la raíz, proporcionando brillo y suavidad y aporta nutrientes vitaminas y oligoelementos.
Para los cabellos más secos es aconsejable un champú que aplicado sobre el conjunto del cabello estimula la nutrición desde la raíz hasta las puntas. Para los cabellos debilitados recomendamos el baño de fuerza para reforzar la fibra capilar y reparar la cutícula. Los cabellos se vuelven más resistentes y sólidos.
En cuanto a los cabellos coloreados requieren un cuidado especial para ello un bálsamo lavante antidegradación para los cabellos con coloraciones exigentes. Sin sulfatos, sin parabenes, previene la perdida de pigmentos del color.
Aconsejo: Champú Revitalizante Anti-Edad+Multivitaminico de Tara. Limpia suavemente el cuero cabelludo y el cabello, eliminando impurezas sin alterar los aceites esenciales. Además lucha contra el envejecimiento del cabello, mantiene la humedad natural, fortaleciendo las fibras capilares. Gracias a sus propiedades tonificantes y revitalizantes ayudan a devolver la vitalidad al cabello.
Técnicas de lavado
Es conveniente humedecer el pelo con agua tibia (la caliente destruye sus defensas naturales) antes de aplicar el champú. Diluir este en las palmas de las manos, hacer espuma y aplicarlo sobre el cabello, desde el cuero cabelludo a las puntas, dejando que cuelgue de forma natural sin estrujarlo, retorcerlo ni frotarlo bruscamente. En realidad el objetivo del lavado de cabeza consiste tanto en limpiar el cuero cabelludo como el pelo propiamente dicho, así que haz llegar el champú hasta la base capilar y masajéalo durante algunos minutos. Si tienes el cabello largo, no lo apliques en la coronilla, ya que crearías nudos y enredos. Déjalo caer en el agua y pásate los dedos de delante hacia atrás. Si el pelo se lava diariamente, bastará con aplicar champú una sola vez; si la frecuencia es menor o se utilizan habitualmente lacas, gominas o espumas, se debe enjabonar dos veces (la primera rápida y la segunda dejándolo reposar unos minutos) para eliminar cualquier resto de suciedad. En ambos casos, hay que utilizar la menor cantidad posible de producto. Por último, aclarar con abundante agua tibia hasta eliminar por completo el champú y, si se soporta, se aconseja terminar con un chorro de agua fría para estimular el riego sanguíneo en el cuero cabelludo y cerrar las cutículas del cabello, lo que potenciará el brillo. Quita el exceso de agua, envuelve el pelo sin apretar en una toalla limpia, como si te pusieras un turbante, y presiona firmemente contra la cabeza. No frotes con mucha energía. En cuanto deje de chorrear, lo mejor que puedes hacer es dejarlo secar naturalmente. Procura peinarlo siempre con un peine de púas anchas y aplicarle un acondicionador para desenredarlo con suavidad y evitar que se rompa. El pelo mojado pierde hasta el 20 por ciento de su elasticidad y, con ella, gran parte de su resistencia natural. Por lo tanto, trátalo lo más suavemente posible después del lavado.
Técnicas de protección
Tan importante como mantener una buena higiene y utilizar los cosméticos adecuados es proteger el cabello de las agresiones externas. No se debe cepillar el pelo cuando está mojado, porque el cepillo arrastrará la proteína que lo protege y le da brillo. Es mejor peinarlo con un peine de púas anchas. Una vez seco, tampoco es conveniente cepillarlo compulsivamente, ni abusar del ‘brushing’ (alisado a cepillo), sobre todo cuando está débil o dañado. Debemos evitar los peines metálicos que pueden romperlo y cargarlo de electricidad estática; y el cepillado a contrapelo que puede abrir la cutícula. Es recomendable evitar recoger el cabello o trenzarlo cuando aún está húmedo, lo mejor es dejarlo secar libremente para que se oxigene. Tampoco se debe dormir con rulos, coletas ni recogidos apretados, porque debilitan la raíz del cabello. Tampoco se debe abusar de geles, fijadores, gominas y espumas (no más de una vez al día) y evitar aplicarlos muy cerca de la raíz del cabello.
Masajear el cuero cabelludo puede ser beneficioso para la salud del pelo y además, te relajará. Para hacerlo, utiliza las yemas de los dedos de ambas manos doblándolos hasta darles forma de cúpula. Comienza a la altura del nacimiento del pelo y avanza gradualmente hacia atrás y a los lados con un leve movimiento circular, como si estuvieras amasando, teniendo en cuidado de no desplazar los dedos más que unos pocos centímetros cada vez.
Un buen secado es esencial para la vida del cabello. Al mojarse, el pelo se hincha. Como también pierde elasticidad, es muy fácil dañarlo mediante un secado demasiado enérgico. Una buena norma es tratar siempre el pelo lo más delicadamente posible, y es mejor dejar que se seque por su cuenta y usar los dedos para darle la forma que deseas. Debemos también procurar emplear un protector térmico ya que el cabello requiere un cuidado anti-humedad, con un producto anti-frizz que nos ayude a prolongar el peinado, evitando así la penetración de humedad en el cabello. Y como cuidado diario de protección aceites nutritivos, inspirado en tradiciones orientales.
Si usas secador de mano, aprovecha las diversas posiciones y disminuye al mínimo los daños: empieza a secarlo sólo cuando el pelo esté un 75% seco; no mantengas el secador sobre una zona de la cabeza durante demasiado tiempo; no permitas que el cuero cabelludo se caliente; utiliza delicadamente el cepillo para convencer de que adopte el peinado que quieras y, sobre todo no envíes aire caliente a un pelo que ya está seco.
Aconsejo: Blow.Dry Ever.Smooth de Kevin Murphy. Formulado con una gran cantidad de proteínas beneficiosas para el cabello, sin sulfatos ni parabenos. Elimina el encrespamiento sin aportar peso. Ofrece una protección climática y un excelente alisado que permite lucir un cabello con más movimiento y manejabilidad gracias al calor del secador.
Acondicionadores, suavizantes y mascarillas
Resultan imprescindibles para los cabellos secos. Se aplican después de aclarar el champú, dejándolos actuar de uno a tres minutos. Estos productos reparan temporalmente la cutícula dañada, evitan que el pelo pierda su grasa natural y alisan las escamas, lo que mejora su resistencia a las agresiones externas; además, facilitan el peinado y potencian el brillo.
En caso de cabellos extremadamente secos, aplicar una mascarilla nutritiva y dejarla actuar de 20 a 30 minutos envolviendo la cabeza con una toalla húmeda y caliente. Todas las marcas de champú tienen también acondicionadores y mascarillas para cada tipo de cabello.
Aconsejo: Sun Care Restorative Mask de Montibello. Fortalece y repara el cabello dañado por el sol aportando nutrición capilar óptima. Desde la primera aplicación, el cabello queda hidratado, más suave y brillante y fácil de desenredar. Además protege el color del cabello y previene los reflejos verdosos.
Cabello fino, lacio y sin volumen
Conseguir un cabello con cuerpo y volumen es el sueño de muchas mujeres, pero la cantidad y el grosor de los cabellos dependen exclusivamente de la naturaleza. Sin embargo, existen algunos trucos y muchos productos que nos permiten darle otro aire.
-En la peluquería, los profesionales se muestran de acuerdo en que un buen corte es una de la base sólida sobre la que se puede trabajar el volumen de los cabellos finos.
-Si el cabello es muy fino y carece de volumen, no conviene llevarlo largo, porque su propio peso le resta cuerpo.
-Cada mañana, desenredar con cuidado el cabello (para evitar que se rompa), empezando por las puntas, hasta llegar a la raíz. Después cepillar la cabeza abajo para ahuecarlo y eliminar el aplastamiento de la noche.
-Los tintes no permanentes hacen que el pelo parezca más grueso, ya que no penetran en la cutícula, sino que se fijan en la superficie. También las mechas de diversos tonos ayudan a dar, visualmente, un aspecto de grosor.
Prevenir la caída
La pérdida normal es de 35 a 150 cabellos al día, pero hay determinados factores que incrementan la caída, como las dietas drásticas de adelgazamiento, el estrés, la tensión emocional prolongada y los bajos niveles en el organismo de algunos elementos fundamentales, como hierro, zinc, cobre, vitaminas y proteínas. Para prevenirla, conviene hacer una dieta equilibrada, rica en alimentos que contengan vitamina B5 (yema de huevo, leche, cereales, pan integral, tomates, coles y guisantes), hierro (carnes rojas, arroz, maíz, pescado azul, espinacas, legumbres), zinc (carne y crustáceos), cobre (ostras, mejillones). Y tomar algún suplemento dietético en pastillas que contenga levadura de cerveza, germen de trigo, alfalfa, cola de caballo... El tratamiento se completa con un champú anticaída y la aplicación de una loción.
Aconsejo: Revita Champú Extra Strength Hair Density de DS Labs. Ideal para prevenir la caída o el adelgazamiento del cabello y estimular su crecimiento Gracias a su fórmula innovadora, con ingredientes clave como cafeína y biotina, ayudan a detener la caída, estimular el crecimiento y revitalizar el cabello desde la raíz a las puntas.
