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En el Collao suelen darse esas batallas antiguas, amantes de la tradición. Reflejan la pureza del juego. El escenario invita a la mística del fútbol británico, noble y físico, con el cemento y las vigas casi en la garganta de los futbolistas. Sus condiciones favorecen al esfuerzo incansable.
El Alcoyano se refugia en ese papel de elegido. Cuando sus hinchas tocan la trompeta arranca la embestida. Suele haber mucho corazón en ella. Los chicos de Palop, aquel portero experto en remates imposibles, campeón de la Eurocopa con Luis Aragonés, andan obligados por su historia, que les exige el máximo compromiso. En la grada de El Collao no se perdona la dejadez, el confort. El pasado aprieta. A veces ahoga.
El Reus se va a ver metido en esa disyuntiva. Para él se trata de otra prueba de máximo nivel. De enorme rigor. Un examen de altura porque el Alcoyano no se encuentra de paso. No vive en la categoría para ser actor secundario. En realidad quiere lo mismo. El premio más lujoso. De ahí que el atractivo de la cita alcance una importancia diferencial. No decide nada, pero dice mucho. El que se lleve el botín presumirá de autoestima. Su fortaleza se convertirá en hierro puro.
Natxo González va a necesitar recomponer algunas cosas en la pizarra. Tienen que ver con la retaguardia. Miguel Marín se ausentará durante dos meses en el lateral izquierdo. Jesús Olmo no participará en Alcoy por un castigo de domingo. El míster mantienen dos opciones en su cabeza. Colocar a Ángel como lateral izquierdo y recuperar a Dinis en la cueva es una de ellas, quizás la más natural. La segunda pasa por acomodar a Benito en la izquierda, devolver el carril derecho a Cassamá y asentar a Ángel como pareja de Moyano. Cualquiera de las dos parece contar con garantías de éxito. Veremos.
Saturación de partidos
La saturación de partidos que va a vivir el Reus estas dos próximas semanas obliga a pensar mucho en el reparto de minutos. Regresan la Copa Catalunya y la Copa del Rey entre semana. Hay espacio para todos. Es por ello que Rafa podría verse en el once esta tarde y ofrecer respiro a Jaume Delgado en el eje del centro del campo. Del reto, pocas novedades se esperan. La ofensiva la completarán Colorado, Ricardo, Haro y Edgar Hernández como referencia.
Los rojinegros se han quitado el vértigo cuando les toca emigrar lejos de su gente. Han firmado una puesta en escena cirujana. Todavía no conocen la tristeza. Las derrotas no han trastocado su sistema emocional. En el Collao el reto se hace mayúsculo. Acumular una nueva fecha sin perder confirmaría la candidatura reusense. Ya nadie toma a broma el proyecto.
En Alcoy andan en una situación similar. Cerca de los cuatro elegidos, los de Palop regresan a casa tras un empate de mérito en Lleida. Con 11 puntos viven al límite del privilegio. Borja Sánchez, con rotura fibrilar confirmada, no se vestirá de corto. La duda se llama Rubén, también con molestias físicas. El resto se ha puesto al servicio de Palo para desafiar al Reus, en un domingo con aroma a fútbol británico
En el Collao suelen darse esas batallas antiguas, amantes de la tradición. Reflejan la pureza del juego. El escenario invita a la mística del fútbol británico, noble y físico, con el cemento y las vigas casi en la garganta de los futbolistas. Sus condiciones favorecen al esfuerzo incansable.
El Alcoyano se refugia en ese papel de elegido. Cuando sus hinchas tocan la trompeta arranca la embestida. Suele haber mucho corazón en ella. Los chicos de Palop, aquel portero experto en remates imposibles, campeón de la Eurocopa con Luis Aragonés, andan obligados por su historia, que les exige el máximo compromiso. En la grada de El Collao no se perdona la dejadez, el confort. El pasado aprieta. A veces ahoga.
El Reus se va a ver metido en esa disyuntiva. Para él se trata de otra prueba de máximo nivel. De enorme rigor. Un examen de altura porque el Alcoyano no se encuentra de paso. No vive en la categoría para ser actor secundario. En realidad quiere lo mismo. El premio más lujoso. De ahí que el atractivo de la cita alcance una importancia diferencial. No decide nada, pero dice mucho. El que se lleve el botín presumirá de autoestima. Su fortaleza se convertirá en hierro puro.
Natxo González va a necesitar recomponer algunas cosas en la pizarra. Tienen que ver con la retaguardia. Miguel Marín se ausentará durante dos meses en el lateral izquierdo. Jesús Olmo no participará en Alcoy por un castigo de domingo. El míster mantiene dos opciones en su cabeza. Colocar a Ángel como lateral izquierdo y recuperar a Dinis en la cueva es una de ellas, quizás la más natural. La segunda pasa por acomodar a Benito en la izquierda, devolver el carril derecho a Cassamá y asentar a Ángel como pareja de Moyano. Cualquiera de las dos parece contar con garantías de éxito. Veremos.
Saturación de partidos
La saturación de partidos que va a vivir el Reus estas dos próximas semanas obliga a pensar mucho en el reparto de minutos. Regresan la Copa Catalunya y la Copa del Rey entre semana. Hay espacio para todos. Es por ello que Rafa podría verse en el once y ofrecer respiro a Jaume Delgado en el eje del centro del campo. Del resto, pocas novedades se esperan. La ofensiva la completarán Colorado, Ricardo, Haro y Edgar Hernández como referencia.
Los rojinegros se han quitado el vértigo cuando les toca emigrar lejos de su gente. Han firmado una puesta en escena cirujana. Todavía no conocen la tristeza. Las derrotas no han trastocado su sistema emocional. En El Collao el reto se hace mayúsculo. Acumular una nueva fecha sin perder confirmaría la candidatura reusense. Ya nadie toma a broma el proyecto.
En Alcoy andan en una situación similar. Cerca de los cuatro elegidos, los de Palop regresan a casa tras un empate de mérito en Lleida. Con 11 puntos viven al límite del privilegio. Borja Sánchez, con rotura fibrilar confirmada, no se vestirá de corto. La duda se llama Rubén, también con molestias físicas. El resto se ha puesto al servicio de Palo para desafiar al Reus, en un domingo con aroma a fútbol británico
