Arnau Padrós, centenario en la ACB

El árbitro afincado en Tarragona pitó su partido número 100 (Joventut-Andorra) en la élite del baloncesto español

01 junio 2021 13:00 | Actualizado a 01 junio 2021 14:41
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Arnau Padrós Feliu (Arenys de Mar, 1987) ya es un árbitro centenario en la Liga ACB, la máxima del baloncesto español y la considera por mucho como la mejor liga doméstica del baloncesto europeo. Palabras mayores. El colegiado nacido en Arenys de Mar, pero afincado en Tarragona pitó su encuentro número 100 en la máxima categoría nacional de baloncesto el pasado jueves. Fue un Joventut-Andorra que terminó con victoria de los locales (99-92).

Padrós atiende al Diari de Tarragona días después y todavía con la emoción en sus venas: «Es una cifra récord y que me hace mucha ilusión. Además fue todavía más especial, ya que pocos días después cumplí 34 años».

Padrós comenzó a pitar con 18 años después de una charla con su entrenador que derivó en la que es su pasión: «Yo era un jugador muy visceral y me dijo que era imposible que fuese árbitro. Acepté el reto y desde entonces he ido pasando por todas las categorías del baloncesto español hasta que a los 29 años di el salto a la ACB».

A Tarragona llegó hace ya unos cuantos años. «Me encanta Tarragona y me quedaré toda la vida. Soy muy feliz con mi pareja y mis dos hijos que siempre están a mi lado y apoyando. Me considero un tarraconense de adopción», explica el árbitro de la ACB.

El partido centenario se disputó en el Pabellón Olímpico de Badalona, un lugar que ya era especial para el colegiado y que a partir de ahora todavía lo será más. Allí pitó su primer partido con 18 años en mini básquet, su primer partido ACB, un Joventut-Barça y su partido número 100, tal y como recuerda: «Es curioso que estos tres momentos tan especiales hayan sido en el mismo escenario. Recuerdo con mucho cariño que en mi debut en la ACB vinieron muchos familiares y amigos a verme, ya que gracias a la federación pude conseguir entradas para todos. Guardo un recuerdo muy bonito».

Cuatro años en la ACB dan para mucho, pero su recuerdo más especial no se remonta demasiado atrás en el tiempo, ya que fue hace relativamente poco: «Nunca voy a olvidar la última Copa del Rey que fue la primer que pité. En ella arbitré dos partidos y estuve presente en la final como árbitro reserva. La única pena que me queda es que fue sin público y se vivió un ambiente impactante y desangelado a lo que se le conoce y se le llama la fiesta del baloncesto español».

Arbitrar un partido de la ACB resulta una faena exigente y que conlleva mucha preparación. Cuando se conoce el partido que se va arbitrar, normalmente con 10 y 20 días de antelación, se inicia una tarea de scouting al milímetro de los dos equipos y sus jugadores. Nada puede fallar y todo se quiere tener controlado. Padrós lo explica con naturalidad y consciente de que es un elegido para imponer su ley entre gigantes.

Respeto con los jugadores

Respecto al trato con los jugadores, el árbitro afincado en Tarragona recalca que reina el «respeto» y da argumentos sólidos para ello: «Los jugadores a los que arbitramos son muy profesionales y eso se nota. Cuanto más arriba estás, mayor respeto hay porque saben lo exigente que es. Además, a un equipo se le suele pitar entre cuatro y cinco veces a lo largo del año y eso provoca que nos terminemos conociendo todos».

Arnau Padrós ya es centenario. En el horizonte unos play off por la Liga ACB en los que solo habrá un campeón. Cuatro años en la élite y los que quedan porque ese es su objetivo. Quiere 100 más y los que vengan por delante. Tarragona puede presumir de tener un hijo adoptivo en la élite del baloncesto español. Un orgullo en toda regla.

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