‘Atrapados’ por el kayak

Miki Linares y Óscar Sánchez 'Moski' nunca olvidarán la escena. Sucedió hace diez años, en el rompeolas del puerto de Cambrils. Ambos suspiraban para que el banco de anjovas que divisaban desde su posición se acercara y picasen a los anzuelos que culminaban sus cañas. Apareció sin embargo en ese momento un tipo subido a un pequeño hinchable a remo, se situó sobre ellas y se llevó el botín en forma de varias capturas. Uno y otro no podían dar crédito a lo que había sucedido. Pero fue también para ellos toda una lección. Al día siguiente ya estaban buscando información en internet sobre cómo equipar para la pesca una embarcación sencilla.      

Así fue como dieron con el kayak. De entrada se las ingeniaron para adaptar un modelo de paseo a la pesca, con cañeros y otros artilugios rudimentarios que les permitieron poner en práctica esta modalidad que por aquel entonces ya había despuntado en otros lugares de la costa mediterránea como Valencia, Murcia y Andalucía, así como también en diversos puntos del Cantábrico.

«Lo bueno del kayak es que llegas donde no lo hace la caña y eso te abre las máximas posibilidades a la hora de pescar», explican ambos. De hecho pueden capturar cualquier tipo de pescado, así que es habitual que regresen de sus salidas al mar con ejemplares de caballa, jurel, bonito, pez limón, palometón, anjoba, dorado, pajel, dentón... La normativa les permite adentrarse hasta dos millas náuticas de distancia de la costa con su embarcación.

«Es una modalidad que te permite combinar nuestra pasión de pequeños que es pescar (ya sea en la modalidad fondeada, al curricán o en jiging); al mismo tiempo haces deporte, porque te desplazas remando; es también de lo más divertido y relajante cuando sales en un día calmado; y además es bastante asequible», prosiguen Miki y Moski, para quienes el kayak se ha convertido ya en un compañero casi inseparable para ambos en su día a día.

Tanto que es muy fácil verles navegando cerca de la costa de Cambrils, donde residen. Solos, acompañados por José Manuel Rodríguez y desde hace unos meses muchas veces también por Nils Bonfill, que se aficionó a través de ellos la pasada primavera.

Un kayak básico parte de los 350 euros. Los hay propulsados a pedales, también a vela e incluso a motor. Estos últimos son los más caros. Pueden alcanzar un precio de casi 5.000 euros si además utilizan elementos con la más avanzada tecnología, caso las sondas que determinan la profundidad a la que están los bancos de peces y su densidad.

Hay, eso sí, funcionalidades básicas e imprescindibles que cualquier practicante debe llevar como el GPS, para geolocalizar tu posición como medida de seguridad en caso de un imprevisto.

Su sencillo transporte, la facilidad que tienen para poder acceder con él hasta la orilla de cualquier playa y el poco espacio que ocupan son otros de los elementos que juegan a favor del kayak.

Miki Linares y José Manuel Rodríguez son los delegados territoriales del Club de Pesca amb Caiac Taurons de Catalunya

Además de practicantes Miki Linares y José Manuel Rodríguez son dos de los cofundadores y delegados territoriales en la provincia de Tarragona del Club de Pesca amb Caiac Taurons de Catalunya, constituido en 2017 y con plena actividad desde 2018.

La entidad, con base en el Port de Badalona, es la que cuenta con mayores afiliados en Catalunya además de ser la organizadora de los principales campeonatos que se celebran en la costa catalana. Sin ir más lejos en junio montaron el de Catalunya en l’Hospitalet de l’Infant, y en septiembre serán los anfitriones del de España en Badalona.