Bernabé domina en la nieve

El Nàstic suma un punto en Andorra gracias a la enorme actuación del portero andaluz. Los de Seligrat mantienen la fiabilidad defensiva 

26 enero 2020 18:50 | Actualizado a 28 enero 2020 14:07
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Bernabé Barragán ha vuelto. El portero de Los Palacios está recuperando su mejor versión partido tras partido. Creciendo en base a sus virtudes y limitando la afectación de sus defectos. El arquero andaluz es uno de los principales motivos por los que el Nàstic ha sellado su marco. Cuenta con una defensa confiada y un entramado general muy ordenado y fiable. Pero sin sus estelares intervenciones, hubiera sido imposible acabar tres partidos consecutivos (Llagostera, Barça B y Andorra) sin un gol en contra. En la primera vuelta, ante esos mismos rivales se encajaron ocho tantos. 

A Bernabé se acogió el Nàstic en el Principat para sumar un empate que aprovecha a medias el tropiezo de los equipos de la zona baja. Al Andorra no le resultó tan fácil manejar al cuadro tarraconense como en el Nou Estadi. Se encontró a un equipo convertido en puro hormigón. Un bloque sólido, con pocos descosidos, pero que adolece de un punto de creatividad. Se echó en falta esa figura de perfil ofensivo en el centro. Goldar y Miranda ofrecen pasión y entrega, pero la salida en el despliegue no es clara. Mucha velocidad pero escaso sentido para aprovechar los puntales ofensivos.

Repitió estructura Seligrat ante el Andorra. La misma que le funcionó ante el Barça B para manter ordenado y firme. Ve al equipo cómodo. Fiable en el estilo que pretende instalar el técnico valenciano. Enfrente un Andorra que discute a los puristas de Segunda B su máxima de que en el fútbol de bronce la posesión no sirve de nada. Ahí están los de Gabri García, otro producto de La Masia, peleando con unas atractivas armas en su estreno en la categoría. Y haciéndolo muy bien y con resultados. Lo que cuenta, al final, es la idea y la convicción en ella de todos los estamentos. 

Para hacer frente al frío pirenaico se necesitaba una salida caliente. Sin dudas ni tibiezas. Consiguió incluso manejar el duelo en los primeros minutos. Un espejismo que no sirvió para construir una llegada al área. Enseguida el Andorra tiró de sus directores de juego para llevar el partido al cauce esperado. Los locales con la posesión y los tarraconenses con el repliegue y despliegue ofensivo tras recuperación.  

Ni a uno ni a otro ese guión le funcionó de entrada. Costó muchos soporíferos minutos poder ver algo de acción en las áreas. Los de Gabri no conseguían desordenar al Nàstic por dentro y lo intentaron por fuera con su futbolista más desequilibrante, Moha. El extremo senegalés encaraba con descaro pero no pudo superar a un Albarrán que se creció con cada intentona del africano. 

El Nàstic no tenía ni fuerza ni precisión para atrapar al Andorra al contragolpe. Los jugadores atacantes no se encontraban y perdían más balones que los que aprovechaban. 

Las llegadas se produjeron en los compases finales del primer acto. Muha aprovechó una permuta de posiciones para perder de vista a Albarrán y liársela a Juan Rodríguez. Aún le duraba al central gallego el temblor que le dejó ese centro de Feher que trató de despejar y casi se cuela en el arco de Bernabé. Se lanzó al corte y el senegalés le dejó atrás. Miranda leyó bien las intenciones del futbolista del Andorra para cortar su centro. Un despeje flojo que Riverola recogió para sacar un latigazo bien despejado por Bernabé. El rechace le cayó a Bover que no pudo conectar bien, por fortuna para el Nàstic.

El mismo jugador generó la segunda ocasión más peligrosa de los locales. Alcanzó la línea de fondo y raseó al punto de penalti donde Moha, solo, remataba alto. 

Empezaba a sufrir el Nàstic que miraba con angustia el reloj para llegar al descanso. Justo antes el conjunto grana tuvo su gran momento. Pol Ballesteros tapó el despeje del meta y se quedó con el balón. Intentó marcar sin prácticamente ángulo. Casi lo logró. El cuero se marchó por centímetros. 

Nada cambió en el segundo tiempo. Las llegadas eran a cuentagotas. Golpeó primero Oliva con una volea muy desviada. El Andorra seguía con su mapa posesivo. Muy estéril por la capacidad tarraconense de achicar los espacios. Lo más interesante de los locales fue Bover. El que más claro vio por dónde debían atacar y deshilachó el entramado defensivo. Su mayor obstáculo fue Bernabé Barragán. Andorra vivió otra gran actuación del portero sevillano. Primero con la cara, después con una estirada monumental mantuvo la igualada en el equilibrio y redondeó su partido con un despeje volador a tiro de Musa.

Ficha tecnica

FC Andorra. Ratti, Adri Vilanova (Bessone, min. 75), Martos, Moha (Musa, min. 75), Riverola, Rai, Jilmar, Casadesús, Bover, Iker (Ludo, min. 89) y Feher.

Nàstic. Bernabé, Albarrán, Juan Rodríguez, Pol Domingo, Bonilla, Goldar, Miranda, Pedro, Pol Ballesteros (Habran jr. min 55), Brugui (Giner, min. 74) y Gerard Oliva.

Árbitro. Miguel García (c. valenciano). Amonestó a Riverola, Ludo, de los locales, Goldar, Oliva
 

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