Fran Carbia pone fin a su etapa en el CF Reus tras 167 partidos con la zamarra rojinegra. Un histórico de club que con trabajo y humildad se ha ganado el respeto de la afición y de todos los entrenadores que ha tenido en su etapa en el club reusense. El futbolista tarraconense se marcha gratis tras acogerse al proceso abreviado después de acumular varios meses sin cobrar,
El delantero aprovechó el último día del año para despedirse del club con una emotiva carta. En el texto se podía leer lo siguiente:
“Hola a todos,
Me cuesta mucho redactar estas líneas ya que pensaba que nunca llegaría este momento. Llegue al Reus como un niño y me voy siendo un hombre. Como todos los comienzas fueron muy duros: En 2013 llegué a un equipo humilde de 2ªB, una familia con la que me sentía muy identificado. Ese año aprendí a no bajar los brazos, a que si me golpeaban seria lo suficientemente para levantarme. Aprendí muchísimo y tengo que dar las gracias a Emili Vicente, una bellísima persona que ya no está con nosotros.
En 2014 se propuso hacer un Reus más ambicioso de la mano de Natxo González. Cuando cualquier entrenador me hubiera dado la patada por no jugar mucho el año anterior, Natxo confió en mi y le debo mucho por estar en el fútbol profesional. Ese año hicimos play off de ascenso a 2ª. Al final, el equipo acabó eliminado por el Racing de Ferrol. Un duro golpe porque nos veíamos haciendo cosas grandes.
En 2015 el proyecto seguía siendo ambicioso. Los jugadors nos mirábamos y veíamos que podíamos hacer grandes cosas, soñábamos con el fútbol profesional. Fue un año muy difícil ya que las cosas extradeportivas no acompañaron (el equipo estuvo cinco o seis meses sin cobrar). En lo deportivo fue un año precioso, el equipo consiguió jugar la Copa del Rey contra un equipo de Primera como el Atlético de Madrid y por supuesto y lo más importante conseguimos ascender a Segunda División. Sí, el Reus en Segunda División, un sueño para aficionados y jugadores.
En 2016 fue el debut del Reus en el fútbol profesional. Todavía recuerdo ese partido en casa contra el Mirandés, mi primer gol en Segunda, quien me lo iba a decir cuando jugaba en ese campo de tierra de la Salle de Tarragona. Fue un año increíble porque el equipo hizo un temporadón.
En 2017, el segundo año en Segunda, un compañero como Artiz se convirtió en nuestro entrenador. Para cualquier otro hubiera sido muy difícil gestionar, pero estuvo muy a la altura. El equipo también hizo una gran temporada y nos salvamos con solvencia.
En 2018 empezaba una temporada en la que parecía que podíamos tener una gran plantilla para aspirar a grandes cosas. Por desgracia, antes de que se cerrara el mercado no sé pudo inscribir a jugadores como Vítor Silva, Tito, Karim o Cuenca. Fue la primera de tantas. Suerte de tener un gran vestuario, desde Xavi Bartolo que ha sabido gestionar todo lo que le ha venido, hasta el último. Todas las promesas incumplidas durante meses han ido afectando a la plantilla. Se ha hecho muy duro aguantar el día a día con todo lo que nos estaba pasando, pero el equipo ha dado la cara y ha competido al máximo.
Llegue a un club familiar y sobre todo unido, pero esta última temporada se ha ido ensuciando todo y ha dejado de ser ese club en el que empecé muy ilusionado. Estos últimos meses posiblemente han sido los peores como jugador del Reus. Psicológicamente he acabado desgastado y no encontraba esa felicidad llamada fútbol.
Me cuesta muchísimo ver al Reus en situación, aficionados, trabajadores que están sin cobrar y han tenido que pasar unas navidades horribles, compañeros que están en un sitio donde ahora mismo es imposible ser feliz.
Ahora tocan nuevos retos y un nuevo destino, pero al 2019 me gustaría pedirle que no se apague la luz del Reus. Ciudad, afición, jugadores y cuerpo técnico no merecen todo este sufrimiento por una gestión pésima.
Força Reus, gràcies per tant...".
