Cerrojo rojinegro

Con el de Mallorca, los de Natxo González suman nueve partidos oficiales consecutivos sin encajar ningún gol en contra

19 mayo 2017 18:22 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:54
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El partido ante el Mallorca refrendó la seguridad defensiva en la que vive el Reus desde la llegada de Natxo González. Hacerle un gol al Reus se ha convertido en una tarea casi utópica para los rivales. El equipo juega con una seguridad y confianza defensiva asombrosa. Suele defenderse con balón, pero cuando le obligan a hacerlo con repliegue ordenado también demuestra el trabajo táctico inmaculado que hay alrededor del equipo.

9 partidos sin encajar

Los números son los principales valedores del cerrojo rojinegro. Desde el 16 de abril de 2016 lleva el Reus sin recibir un gol en contra en partido oficial, cuando el Valencia Mestalla le derrotó por dos a cero. Nueve partidos consecutivos. Huracán, Eldense, Xàtiva, Cornellà, Racing de Santander, fuera y en casa, UCAM Murcia, en casa y fuera, y Mallorca. Cuatro de liga regular del Grupo III de la 2ªB, cuatro de fase de playoff de ascenso a Segunda y el partido ante el conjunto bermellón en su estreno en la categoría de plata. 840 minutos en total.

En el fútbol no hay casualidades. Todo lo que ocurre es por algo. En este caso también. La imbatibilidad coincide con un cambio en lo táctico. Desde el partido ante el Huracán, Natxo González ha apostado por jugar con tres mediocentros: López Garay, Rafa García y Ramón Folch. Este último juega algo más adelantado. De trequartista como dirían en Italia. La fórmula ha impregnado al Reus de un mayor control del partido y equilibrio. En su estreno en Segunda, los rojinegros cambiaron las piezas pero no los movimientos. López Garay y Ramón Folch siguieron en la medular, pero Rafa García dejó su sitio a Álex Albístegui, el nuevo caballo de guerra para el centro del campo reusense. La idea no se vio trastocada. Todo volvió a funcionar. Folch siguió dándole esa naturalidad y fluidez a la medular. Albístegui y López Garay le guardaron las espaldas. El quedarse con uno menos tres cuartas partes del partido no influyó.

Natxo González sabe que la fiabilidad defensiva es un elemento capital para alcanzar los objetivos marcados. Hay delanteras en Segunda que sólo leyendo su nombre ya causan pavor. Los partidos se deben llevar por el camino que marquen los rojinegros. Con control. Evitando la ida y vuelta. Que batir una línea rojinegra sea un auténtico rompecabezas. Ante el Mallorca se logró. El Mirandés será la siguiente víctima a la que sujetar bajo la estrategia marcada.

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