Santi Castillejo (Valtierra, 1971) es voz autorizada para hablar de fútbol, de Segunda B y del CF Reus. Mantiene el honor de ser el entrenador del último ascenso a Segunda B (2011). El navarro ha vuelto a los banquillos tras su mala experiencia en Llagostera. Ahora busca salvar del descenso a la UE Olot.
¿Añoraba esto?
- Claro. Después de la última experiencia desconecté dos o tres semanas, pero rápidamente me di cuenta de que este es mi mundo y lo que quería era entrenar. Hubo que esperar, pero Olot me dio la opción y aquí andamos.
- Tras lo de Llagostera, ¿no pensó que el fútbol estaba en deuda con usted?
- El fútbol no entiende de injusticias y sí de goles y resultados. Los entrenadores estamos expuestos a ello y lo aceptamos. Cuando decides sentarte en un banquillo sabes lo que significa. Dependemos de los resultados, no importa lo que haces bien. Decidí analizar y mejorar, no sólo vale echar la culpa al resto.
- ¿Se acostumbra uno al olvido cuando no entrena?
- Debes mantener la cabeza fría y comprender. Cuando ejerces tu nombre está ahí para bien o para mal. Cuando no es comprensible que se olviden un poco de ti.
- Y, ¿qué hace un entrenador cuando está parado?
- Evolucionar. Ver mucho fútbol. Aprender de otros entrenadores y de sus métodos. A eso me he dedicado. Pienso que cada día es un buen motivo para aprender y ser mejor.
- Pues vaya reto tiene en Olot. ¿La presión por no descender ahoga más que la presión por estar arriba?
- Son muy distintas. La presión por evitar el descenso es angustiosa, mentalmente bloquea mucho más a los jugadores. Yo considero que la presión por estar arriba, por tener que ganar, es más bonita.
- En Olot se ha encontrado la plantilla hecha, con virtudes y defectos. ¿Hay que ser comprensible o exigir desde el principio?
- Lo más importante es informarte, saber qué plantilla manejas e intentar sacarle el mayor rendimiento. Cuando llegué, anímicamente el equipo estaba tocado. Creo que hemos mejorado en algunos aspectos, pero necesitamos más.
- ¿Lo sacarán?
- Quedan cuatro partidos y tres de ellos los jugamos en casa. Depende de nosotros. Vamos a intentarlo.
- El grupo está terrible, con resultados sorprendentes.
- Pienso que hay mucha diferencia entre el grupo III y el resto. Cada partido es una lucha y cualquier rival te puede ganar. Todos nos jugamos mucho. Por eso hay tantas sorpresas. La necesidad recorta las distancias entre plantillas.
- Oiga, tengo que preguntarle por su Reus. ¿Le tiene fe?
- Es una plantilla para aspirar a todo y estoy convencido de que se van a clasificar. Se han dejado algunos puntos, pero todos fallan últimamente. En el play off creo que tienen muchas posibilidades porque no veo equipos superiories. Ninguno que digas, «este tiene que subir sí o sí».
- Usted tuvo a Natxo de entrenador. ¿Le gustaría que le relevase como técnico del último ascenso?
- Siempre digo que en la parte final de mi carrera aprendí de grandes entrenadores y Natxo González, sin duda, es uno de ellos. Claro que deseo que el Reus logre el ascenso. Es el paso que le falta.