Derrota en las áreas

El Nàstic falló en defensa y en ataque y lo pagó con una derrota que deja al equipo donde estaba antes de La Nucía

27 octubre 2019 19:54 | Actualizado a 29 octubre 2019 13:33
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La dinámica grana sigue en negativo. El triunfo ante La Nucía no tuvo continuidad. El equipo que parecía dar pasos adelante volvió a cometer errores que se creían olvidados. Fallos que te hacen perder un partido que como mínimo merecías igualar.
La derrota en Olot se fraguó en la falta de contundencia en las áreas. Achacable tanto a la defensa como al ataque. Los primeros volvieron a ser esa zaga endeble y temerosa que concede goles inexplicables. Dos disparos a puerta hizo el Olot. Los dos acabaron en gol.

La línea ofensiva tampoco tuvo el día. Se mostró horrorosa en la toma de decisiones. No supo resolver esas buenas acciones que conseguía tras un par de buenas secuencias. Un control de más, un pase impreciso o un egoísmo exacerbante echaban a perder contragolpes muy favorables. En niveles generales el cuadro grana supo interpretar el juego, pero no remató esa lectura y lo pagó.

Los primeros minutos transcurrieron con lentitud. Forzados por las interrupciones y los largos periodos que se tomaban ambos equipos para poner en juego el balón. Esa pesadez inicial vaticinaba un partido de espacios milimétricos. De poco terreno para moverse y mucho cálculo a la hora de ejecutar cualquier movimiento ofensivo. 

El posicionamiento era crucial. Perderlo implicaba conceder terreno peligroso, porque abría unos espacios aprovechables. No lo consiguió el Nàstic en su primer acercamiento. Un contragolpe de 3 contra 3 que Brugui malversó con un tiro contra las piernas de un defensor. 

Todo lo contrario que el Olot. Héctor Simón agarró un balón suelto a media distancia y lo reubicó en el fondo de la portería de Bernabé. Llegó demasiado solo el mediocentro local. Sin nadie que le tapara o incomodara el cuerpo y el tiro.
El Olot adivinaba los movimientos granas, mientras que el conjunto de Bartolo era sorprendido y superado por velocidad. De nuevo esa sensación de que el rival iba con una marcha más. 

El Comité de Árbitros debe asumir las nuevas normas y después exigir a los jugadores que las cumplan. No llenarse la boca explicando que si las manos abiertas son todas sancionables y que las entradas al Talón de Aquiles son roja directa para después aplicar otra reglamentación. Porque así es difícil entender el criterio. El colegiado Lluc Bestard no sancionó según las últimas novedades normativas en el Olot-Nàstic. A la media hora de partido Natalio cometió una brutal entrada sobre el talón de Aquiles de Pol Valentín. Lo que para Bonilla fue la roja directa, para el jugador del Olot se quedó en amarilla. O Lluc Bestard, árbitro del encuentro, se pasó la norma por el arco del triunfo o algo ha cambiado en el Comité Técnico de Árbitros y no se ha explicado. 

El conjunto tarraconense comenzó a acechar el arco de Ballesté. Sin continuidad, pero con mucho peligro fue advirtiendo de que había comprendido el partido. Pol Ballesteros insinuó el empate con un tiro desde la frontal que rechazó espectacularmente el arquero local. No podría hacer lo mismo en la siguiente llegada grana. Un envío largo de Bernabé hacia Pedro que el delantero convirtió en el empate. El goleador ganó el duelo al defensa local y sorteó la salida del meta como lo hacen los killers definidores. 

Al Olot se le notaba pesado y acobardado. Superado por un Nàstic más confiado que pudo marcharse al descanso con ventaja. Pol Ballesteros no supo dirigir el contragolpe, cuando iban cuatro granas para tres del Olot.

El segundo tiempo ninguno de los dos equipos acababa de coger el partido. Empezó mejor el Nàstic pero un par de errores defensivos generaron inseguridad y el Olot también inquietaba a Bernabé. El tiempo se cobró la lentitud de los minutos iniciales porque aceleró el partido. El medio del campo saltó por los aires. Las defensas sufrían las embestidas de los ataques. Pedro lideraba el grana aunque fue Habran el que quiso finalizar todas las llegadas. Siempre con disparos lejanos que el arquero atrapó con más o menos apuros. 

El Olot se aferraba a pérdidas visitantes para poder acometer alguna aproximación. Le sirvió un mal rechace defensivo de Juan en un córner para que Carles Mas hiciera el segundo de chilena.

El árbitro volvió a demostrar que a él las nuevas normas no le han quedado claras. Con 2-1 en el marcador no sancionó una acción dentro del área en la que el futbolista olotense golpeó el balón con el brazo, ostensiblemente abierto. Hubiera sido la tabla de salvación de un Nàstic que siguió atacando hasta los últimos segundos del partido y fallando todos los disparos.

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