El CR Tarragona, obligado a unirseal INEF L’Hospitalet para competir

RUGBY. La falta de jugadoras ha llevado al club a buscar un acuerdo de colaboración para jugar en Segunda

18 octubre 2019 10:00 | Actualizado a 21 octubre 2019 16:04
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El equipo femenino del Club Rugby Tarragona competirá esta temporada en la Copa Segona Catalana, pero no lo hará ni con el nombre ni con los colores del club. Las tarraconenses disputarán el campeonato como CE INEF L’Hospitalet.

La falta de jugadoras para completar una plantilla puso en riesgo la participación de las chicas del CR Tarragona. Necesitaban unirse a otro club para poder alcanzar unos efectivos mínimos que garantizasen cumplir con los requisitos de la competición. La primera opción que se puso encima de la mesa fue un acuerdo con el CN Poble Nou de Barcelona. No se acabó de concretar y tuvieron que buscar una alternativa. Esta se presentó en L’Hospitalet de Llobregat.

El CE INEF presentó una propuesta atractiva y favorable para los intereses de las lilas. El acuerdo supuso la satisfacción de las 14 jugadoras tarraconenses. Iban a tener que viajar con frecuencia a la Feixa Llarga. Unos días para jugar los partidos como locales (aunque también lo harán en el Complex Esportiu Laboral de Tarragona) y dos veces al mes para entrenar junto con el resto del equipo. Un esfuerzo que tras superar esa fase de incertidumbre sobre el futuro del equipo en competición asumen como un mal menor.

Los problemas del equipo femenino del CR Tarragona se produjeron en una coyuntura de cambios nominales de la competición. La Copa Primera se ha pasado a llamar Divisió d’Honor Catalana Femenina mientras que las jugadoras tarraconenses competirán con INEF L’Hospitalet en Copa Catalana Segona. La misma división que la pasada temporada pero con diferente nombre.

El rugby sigue arrastrando un estigma de deporte violento de la que es difícil descargarse. «Es un deporte de contacto y claro que hay lesiones, es inevitable en cualquier deporte, pero todo está controlado», explica Ana Jorba, una de las jugadoras del CR Tarragona. Los clubes de rugby, como el tarraconense, hacen mucha pedagogía.

Acuden a colegios para ofrecer una introducción a este deporte en las clases de educación física. Pero en el caso de las chicas la barrera suele estar en casa. «Hace falta tener más contacto con los padres. Invitarles a una jornada de rugby porque la mayoría de las veces lo asocian con un deporte violento y cierran la puerta desde el principio», cuenta Ana Jorba. El desconocimiento acerca del rugby lleva a menudo a confundirlo con el fútbol americano. Dos deportes cuya única similitud es la pelota ovalada y dos porterías ciertamente parecidas.

En el caso de la jugadora tarraconense el camino ya lo tenía abierto por su hermana Cristina Jorba, un año y medio mayor que ella y que actualmente forma parte de la Selecció Catalana y del INEF L’Hospitalet de la Liga Iberdrola, máxima categoría estatal. «Las dos teníamos una edad (17 años y 19 años) que nuestra madre ya no se podía oponer demasiado», dice divertida Ana.

El Club Rugby Tarragona sigue esperando con tanta resignación como indignación, el traslado al campo de Camp Clar. Un terreno que debería estar habilitado desde la conclusión de los Juegos Mediterráneos hace un año, pero que sigue sin estar en condiciones no solo de acoger un partido de rugby sino de la práctica deportiva. Para Ana Jorba esa mudanza acercaría el rugby a la ciudad y relanzaría el número de practicantes. Y así las Voltors no deberían recorrer 100 kilómetros para poder competir a su deporte favorito.

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