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El Nàstic ha comenzado la temporada con una mala racha de resultados que es difícil de entender ante las expectativas generadas. Son muchos los factores que han sido responsables de esta situación. No obstante, es evidente que la fragilidad defensiva del equipo es el principal argumento a la hora de explicar porque el conjunto grana solo ha sumado uno de los nueve puntos que se han disputado hasta el momento.
No se puede responsabilizar a nadie de forma individual. Ni siquiera a ninguna línea en concreto. Las malas actuaciones en fase defensiva son de responsabilidad colectiva y eso es algo evidente. Porque el Nàstic recibe muchos goles y lo fácil sería responsabilizar a la defensa, pero ciertamente no es así. Se puede decir que el conjunto grana está defendiendo mal y eso es culpa del equipo entero.
El Nàstic es en estos momentos el equipo más goleado del grupo III de la Segunda División B con ocho tantos encajados. Uno más que el Orihuela y tres más que el Badalona. Si se tienen en cuenta los 80 equipos de la categoría de bronce, nadie supera a la entidad tarraconense en esta negativa estadística aunque sí que lo igualan tres equipos: San Sebastián de los Reyes, Marina de Luanco y el Arenas.
La sangría comenzó ante el Llagostera. Avisaron en varias ocasiones antes de marcar. Al Nàstic se le veía tenue e inseguro en la retaguardia. Además, se echó excesivamente para atrás con el 1-0 en el marcador.
El 1-1 llegó fruto de una mala salida desde atrás que desembocó en una perdida y un centro lateral que remató a bocajarro Nahuel. Un tanto que no estuvo mal defendido en cuanto a acumulación, pero sí en cuanto a colocación.
El segundo gol del Llagostera fue otra acción en la que faltó contundencia. Balón largo del portero y Sascha conectó una pared vertiginosa que acabó con un disparo cruzado que superó a Bernabé Barragán. Un gol perfectamente ejecutado por el rival, pero que evidenció la falta de maldad en la propia área.
El tercer gol tuvo como protagonista otra vez la falta de contundencia. Un balón que se embarulló dentro del área y que la defensa grana no fue capaz de despejar. Finalmente, la acción terminó en un penalti que transformó Lledó para colocar el 1-3 en el marcador.
Ante el Barça B, el Nàstic no mejoró demasiado en fase defensiva, pero sí en la ofensiva. En todo caso, la sangría defensiva siguió vigente y el Barça B anotó dos goles, pero en la tromba inicial podría haber hecho más de no ser por Bernabé.
El primer gol fue en un córner en el que Jorge Cuenca superó claramente a Viti en el salto y el segundo tanto fue una genialidad colectiva del Barça, pero que vino precedida de una falta de intensidad preocupante por parte de Romain Habran en la marca.
Precisamente, el francés también tuvo cierta responsabilidad en el primer tanto del Andorra del domingo pasado. Lejos de achicar sobre Musa, se desentendió de la jugada y el crack del Andorra cargó la pierna con una presión insuficiente de Carreón. Otro gol en el que se evidenció que a este Nàstic le falta oficio en la parte trasera.
En el segundo gol, ya con uno menos, otro centro lateral generó problemas otra vez ante la falta de maldad a la hora de despejar. La acción culminó con un Pachón que tuvo tiempo para amagar y disparar dentro del área pequeña.
El octavo y último tanto que ha encajado el Nàstic en lo que va de temporada llegó ya con el conjunto grana roto. Una contra bien llevada por al Andorra que culminó en un mano a mano con Bover como vencedor.
El conjunto grana es consciente de que debe mejorar en fase defensiva y ya trabaja en ello. Ante el Ebro quiere más solidez.
