El Nàstic reacciona ante la adversidad

El bisturí. El Lleida Esportiu se adelantó en el Nou Estadi, pero el buen trabajo defensivo y la eficacia en ataque permitieron al Nàstic mantenerse invicto en el 2020

18 febrero 2020 06:46 | Actualizado a 21 febrero 2020 12:33
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El Nàstic sigue sumando en su huída de las posiciones de descenso. El trabajado punto ante el Lleida Esportiu sirvió para distanciarse un poco más de Ejea y Orihuela y mantener los cuatro puntos de colchón con el Valencia Mestalla -promoción de permanencia- y los seis con Hércules y Badalona -zona de descenso a Tercera. En cuanto al partido fue un duelo entre clubes históricos de los de toda la vida. Con ese espíritu competitivo que traspasa los límites del terreno de juego y se mete de lleno en los huesos de los espectadores de uno y otro bando. Un partido que da gusto ver. No tanto por la calidad sino por el carácter que todos los futbolistas aplicaron en cado uno de los 90 minutos de juego.

Reacción al marcador contrario
El Lleida Esportiu consiguió en el Nou Estadi lo que nadie había logrado en este 2020, ponerse por delante en el marcador ante el Nàstic. Una novedad a la que el equipo respondió de la mejor manera. Contó con un movimiento táctico desde el banquillo que vino acompañado de una respuesta impetuosa en el campo. Argumentos suficientes para poder equilibrar el marcador e incluso haber podido voltearlo. 

Poca presencia ofensiva 
La fase ofensiva grana es la parte más débil del sistema de Toni Seligrat. No hay una idea muy firme de ataque colectivo, más allá del aprovechamiento de las segundas jugadas y del robo tras presión. La ausencia o convalecencia de Javi Márquez, único mediocentro con un perfil de talante creativo de la plantilla, tampoco ayuda a planificar estrategias de circulación. 
Una acción protagonizada por Gerard Oliva -que acabó en penalti por manos de Luso y gol de Javi Bonilla- y otra de Pol Ballesteros -con el doble palo de Fran Carbia como epílogo- fue el bagaje más destacable del Nàstic en fase ofensiva.

Efectividad 
Para empatar y casi remontar el 0-1 de Marc Martínez tampoco hizo falta un aluvión de ocasiones. Con una oportunidad y media bastó para conseguir mantener la imbatibilidad del 2020 y la racha positiva de siete jornadas sin perder (5 empates y dos victorias).  Si fueron pocas las ocasiones del equipo grana no hay nada que objetar a su efectividad de cara a portería. Solo el palo evitó que pudiera tener un porcentaje de acierto de casi el 100%.

Lesión de Goldar 
El domingo fue uno de los peores días de David Goldar desde que llegó a Tarragona. Suplente por primera vez, salió en la segunda mitad para tener que abandonar el partido antes de tiempo. Ni 20 minutos pudo disputar el futbolista gallego. Salió con su energía habitual. Dispuesto a demostrar al técnico Seligrat que merecía estar en el once. Pero una desafortunada caída le provocó una lesión en el tobillo. Un problema que el entrenador grana apunto a un mínimo de dos semanas. Las pruebas médicas acabarán de precisar el alcance del esguince y el periodo de baja del futbolista.

Más nivel, mejor competencia
Goldar fue víctima del aumento evidente del nivel del equipo. A nivel individual varios jugadores han empezado a demostrar su valía, además de la aportación de los refuerzos de invierno. Juan Rodríguez estaría en el primer grupo. El salto del central ex del Sporting de Gijón es evidente. Con Seligrat el de Cedeira ha recuperado la confianza y se muestra ahora como el central contundente, rápido, seguro y rocoso que se suponía. Jesús Rueda entraría en el segundo grupo. Un veterano del fútbol que se ha adaptado rápido a la dinámica del equipo. Miranda, Albarrán, Fausto Tienza -que completó un extraordinario partido- han conseguido que el Nàstic diera el paso necesario.

Sin portería cero 
Pese a esa mejora en la plantilla, el Nàstic no pudo dejar su portería a cero, una de las grandes premisas del entrenador valenciano. Bernabé Barragán apenas intervino en el partido, lo que habla muy bien de la parcela defensiva del equipo. Pero tampoco pudo hacer nada para evitar el 0-1. El disparo colocado de Marc Martínez desde el interior del área, tras una excelente combinación ilerdense, requería más que uno de los habituales milagros del arquero de Los Palacios. 

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