El hincha sin fronteras del CF Reus

Mark Wilson, un escocés residente en Dublín, presume de nueva pasión. Ha construido amistad con Álex Colorado a través de Twitter y dice sentirse un rojinegro más. Se estrenó en el Estadi en el partido ante el Hércules

19 mayo 2017 20:20 | Actualizado a 21 mayo 2017 21:27
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Mark Wilson es un vendedor escocés con una extrema pasión por el fútbol. Reside en Dublín, en donde defiende a capa y espada su amor por los colores del viejo y mítico Celtic de Glasgow. Este empresario de 38 años vio como el Reus se cruzaba en su vida de la forma más inesperada. En un avión. Les transportó a los dos a Palma de Mallorca. Allí nació un idilio que ha convertido a Mark en el hincha internacional más fiel. El pasado mes de abril, la expedición rojinegra emprendía viaje hacia la isla para medirse al Baleares, en aquel encuentro que terminó en derrota por 1-0. Ni siquiera eso alejó a Mark de la escuadra. El protagonista de esta historia pudo presenciar aquel partido. No ha sido el único.

Las redes sociales le han acercado al vestuario. Concretamente a través del capitán, Álex Colorado, con el que ha construido una bonita amistad. Twitter se ha encargado de unir lazos y de derribar fronteras. El escocés no pierde detalle de la actualidad del equipo gracias a la capacidad de acortar las distancias que posee internet. En cada retransmisión en directo por la red, Mark conecta su ordenador y sigue de forma apasionada a los chicos de Natxo. No sólo eso. El pasado domingo tomó un avión relámpago para poder vivir su primer partido en el Estadi.

Se presentó en el Aeropuerto de El Prat sobre las 10.00 horas y cogió un taxi al que obligó a volar para poder llegar a tiempo y a salvo a la hora del partido. Eligió un rival de postín para estrenarse en casa. El tradicional Hércules quería romper la velada. Mark se presentó en el polígon Agro Reus sonriente. Su plan había salido perfecto. En el Estadi esperaba Álex Colorado. En esta ocasión, el escocés no tuvo la oportunidad de disfrutar de su socio sobre el césped. Colorado ultima su puesta a punto, tras una lesión muscular que le ha mantenido dañado durante algunos días. Por lo menos, los dos compartieron experiencia en la grada, justo detrás de la zona del banquillo de Natxo González.

«Estar aquí con Álex es una pasada. Hacía tiempo que quería venir, me gusta el campo y el ambiente. Soy un fan del Reus y este año tenemos que ascender», soltó animado. Fue antes del partido. Sólo el resultado final ante los herculinos estropeó la experiencia. A Mark no le importó demasiado. Es un optimista en potencia. El hincha se llevó una recuerdo que considera tesoro. Una camiseta rojinegra firmada por todo el plantel, al que pudo conocer palmo a palmo. Álex Colorado, por su parte, recibió el obsequio más valorado por su colega. La zamarra del Celtic.

El día especial para el escocés finalizó viendo entrenar a Colorado. Todos los suplentes y no convocados para actuar ante el Hércules trabajaron justo después del partido. Un buen aperitivo con el jerezano puso punto y final al primer contacto directo de Mark con su nueva familia.

El hincha europeo del club se recogió en un viaje de vuelta el mismo domingo, donde seguramente pudo recordar emociones y frustraciones. Las derrotas nunca se reciben con agrado, pero no empañan el ingreso de un nuevo miembro en la familia ganxet. Bienvenido.

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