En sus cuatro meses al frente del Nàstic, José Antonio Gordillo (Morón de la Frontera, Sevilla, 44 años), ha navegado entre la euforia desmesurada por lograr la salvación y el pesimismo exacerbado al acumular cuatro derrotas consecutivas. El triunfo ante Osasuna y el empate ante el CF Reus han traído algo más de calma para seguir exponiendo su idea en el Nou Estadi.
Cuando llegó dijo que tenía ganas de ser entrenador. Mantiene esas ganas.
Sabía dónde me metía porque he sido segundo entrenador en Primera y sé lo que sucede en el vestuario y las situaciones por las que atraviesa el técnico. Me gusta y me siento cómodo, a pesar de que hay momentos delicados en los que el entrenador está muy solo.
Has sido jugador, director deportivo y ahora entrenador ¿Qué posición es más difícil?
La de entrenador. Las decisiones que tomas y la responsabilidad es máxima. Sobre todo respecto a la gente más cercana a ti. Si además, estás en un club, como es el caso, que conozco muchísimo y en el que tengo amistades fuera del fútbol con gente del Consejo, de las oficinas, preparadores físicos, médicos, fisios, etc. hace que quizás asuma más responsabilidad aún.
¿Cómo se gestiona una crisis en cada uno de los cargos?
Cuando eres jugador solo piensas en jugar. Eres egoísta y cuando te vas para casa te olvidas. De director deportivo tienes la responsabilidad de confeccionar una plantilla acorde con la masa salarial y tus necesidades. Una vez se cerraba el mercado te tenías que ocupar de preparar la plantilla de la próxima temporada. La del entrenador es la responsabilidad de mucha gente. Que todo funcione. El jugador esté contento, que el físioterapeuta esté en sintonía con el readaptador, que el cuerpo técnico funcione en su parcela. De todos tienes la última palabra.
En el banquillo, ¿el fútbol es más intenso y efímero?
En este país cuenta el resultado. El trabajo mío es el mismo desde el primer día que llegué. Estuvo muy bien en las tres últimas jornadas de la temporada pasada y ha estado muy mal en las primeras jornadas. Somos resultadistas. Yo debo reconocer que siento que he tenido el apoyo del Consejo, pero si te das cuenta, en Tenerife, el entrenador ha caído en la cuarta jornada. Eso te hace pensar a corto plazo, sabiendo que tienes fecha de caducidad. Las cosas que no puedo controlar me pueden preocupar pero hasta un punto. Lo que sí puedo es preparar mi trabajo, los entrenamientos llevarlos a cabo en función de cómo hemos estado y lo que queremos buscar. Estoy tranquilo por la preparación y las horas que le dedicamos al equipo para sacar el máximo provecho a la plantilla.
¿El ruido de fuera (redes sociales) te afecta?
No tengo redes sociales. Alguna vez la abro cuando no trabajo para ver alguna foto de un amigo que está lejos, pero si trabajo no. Porque al final sí te influye. Hay demasiada gente que opina. Me tengo que mantener al margen. Junto con mi cuerpo técnico tenemos muy claro el trabajo que venimos a desarrollar y cómo queremos que sea nuestro equipo y no me puedo salir de ahí.
¿Te has achacado muchos errores en este inicio de liga?
Puede ser que alguna decisión en cambios de jugadores que han podido entrar. Pero es que ha sido un inicio tan atropellado, por motivos que ya he repetido varias veces. Que no es excusa, pero nos ha costado encontrar el equilibrio táctico-físico-mental que tenemos ahora. Pero creo que tengo la capacidad de dar marcha atrás cuando me equivoco.
¿Se ha tardado demasiado en cerrar la plantilla?
Puede ser que hayamos tardado en algún jugador, pero no ni Arnal ni el presidente ni yo ni nadie lo hemos hecho porque nos apetece. Es la situación del Nàstic. Tenemos que saber qué equipo somos y la masa salarial que tenemos. Tocas jugadores que al final se van a Las Palmas o el Zaragoza, porque tú no llegas. Tienes que esperar a que te toque. Está marcado así. Entre el Deportivo y nosotros hay una diferencia abismal de presupuesto. Me da hasta vergüenza. Todo eso te marca a que tengas que llegar apurado hasta final de mercado. Como lo puede pasar a Córdoba, Lugo y el mismo Reus.
La apuesta 4-4-2 tan clara (en la confección de la plantilla, ¿resta capacidad para sorprender?
No, porque cambiaremos cuando tengamos todas las piezas. Vamos a tener variantes. Ahora mismo tenemos dos mediocentros. No sé si Javi me llegará. En el momento que tenga a los cuatro seremos un equipo más rico tácticamente. En los tres últimos partidos de la temporada pasada hubo cambios técnicos.
¿Le falta desequilibrio al equipo?
Sí, puede ser que, sobre todo, cuando llegamos a la zona de tres cuartos nos falte frescura. Centrar más y pisar más el área.
¿El Nàstic es más destructor que constructor?
No sé. Jugamos con dos delanteros, Sebas y Tete que son hombres de ataque y un organizador. Cinco jugadores ofensivos. Defendemos bien. Hemos crecido con balón pero hay que seguir haciéndolo.
En defensa, se ha notado la llegada de Albentosa
Es un jugador de Primera División que llega en una edad óptima. Tiene jerarquía, tácticamente entiende el juego y en esta categoría se trata de tener muchos jugadores de este tipo.
¿El cambio de Becerra por Bernabé estaba programado?
No tenía nada previsto. Delego en la gente que trabaja conmigo. Hay un entrenador de porteros y decidimos que empiece Bernabé. Estamos muy contentos con los dos porteros que tenemos. Bernabé será muy buen portero. No salen los resultados y hacemos cambios. No solo en la portería. Ganamos contra Osasuna con Bernabé y le damos continuidad.
Tres goles, dos marcados por defensas en jugadas de estrategia. El balón parado funciona, pero el ataque le falta
El 66,6% de los goles de estrategia. Ante Osasuna, Reus y Tenerife merecíamos algún gol más. No es normal que falle los dos que falló ante el Tenerife, que Luis falle la del día de Osasuna que se la entrega al portero. No seremos de los equipos más goleadores, cierto, pero tampoco para tener solo tres goles.
Has dicho que esa proximidad con el club y la gente de Tarragona te da más responsabilidad. ¿Qué te dicen tus amigos?
Al final, lo que quieren es que su equipo gane. Te dan respaldo y cariño, pero todo el mundo quiere que su Nastic gane y el equipo salga de abajo. Entiendo que la gente esté disgustada porque son dos años de pasar penas. El equipo y club tienen que crecer. Saber el modelo que quiere y yo ayudaré en todo lo que pueda.
