La Duodécima en el saco

El Real Madrid suma una nueva orejona a su palmarés histórico tras un gran partido

04 junio 2017 09:36 | Actualizado a 24 noviembre 2017 19:57
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Cristiano Ronaldo lideró con dos goles la conquista de la duodécima Copa de Europa del Real Madrid, en una final grandiosa ante el Juventus, que impuso el poder del bloque en el primer acto pero acabó cediendo ante un equipo que es leyenda, el primero en reeditar el título y que firma doblete 59 años después.

Zinedine Zidane instala a su Real Madrid en la excelencia. Destrozando récords de máxima magnitud. El primer entrenador que levanta dos Ligas de Campeones consecutivas con un estilo unido a la elegancia. Acusado de estar aliado con la fortuna en sus primeros pasos. Lo silenció dando un golpe de entrenador en una temporada impecable. Respondiendo con fútbol a la máxima exigencia que le pudo poner un rival como el Juventus.

La final fue un monumento al fútbol. Presentaba un duelo de estilos llevado a su máxima esencia. El camino a la leyenda del Real Madrid tenía enfrente al equipo más trabajado del planeta. Intensidad máxima, presión agresiva, líneas selladas. De Mijatovic a la era de Cristiano. De la séptima a la duodécima. Con el Real Madrid con un dominio del fútbol moderno. Tres ‘Champions’ en cuatro ediciones. Un dato demoledor.

A Amsterdam llegó sintiéndose inferior. A Cardiff con el orgullo de sentir como escribe historia del fútbol. Consciente de que tenía al mejor de los rivales enfrente. Isco titular para intentar generar desorden en la disciplina táctica. Bale, como arma reserva en la que era su final soñada. La Juve sin sorpresas.

CR7, Casemiro y Asensio, los goleadores

La agresividad con la que comenzó el conjunto de Allegri, era el escenario donde se desarrollaría la final. Entraron mejor al partido, mordiendo en cada balón, con hambre de un título que no ganan desde hace 21 años. Muchas finales perdidas -seis-, heridas por curar ante el rival más laureado. Fue la casa de un Higuaín, con ganas de mostrar que la felicidad también se encuentra lejos del Madrid. En el minuto 3 avisaba con una doble ocasión. Cabezazo al centro de Mandzukic, a las manos de Keylor. 

El aviso estaba captado. El mejor bloque defensivo del torneo también sabía hacer daño con su ataque. La necesidad de balón para el Real Madrid era urgente. Solo con la posesión escaparía de la presión asfixiante. Kroos y Modric aparecían para romper líneas en minutos en los que Benzema y Cristiano chocaban ante el muro italiano. Bonucci y Chiellini, defensas de oficio.

Era el minuto 20 cuando Kroos irrumpió con fuerza, Benzema conectó con Cristiano que abrió a Carvajal para que inventase su undécima asistencia del curso. Rasa, al jugador que siempre aparece en las grandes citas para que marcase de disparo limpio de derecha a la red. Imparable para Buffon. Ronaldo máximo goleador de Liga de Campeones por quinto año consecutivo, el tanto 500 del Real Madrid en la competición, primer jugador que marca en tres finales.

Era el momento de demostrar la grandeza para el club dominador total del fútbol italiano. Y respondió con celeridad. Solo siete minutos tardó en igualar el duelo. A la espalda de Isco, sin Carvajal en banda, apareció Sandro para lanzar un centro que controló el Pipa y la dejó en el aire, para que de tijera y sin dejarla caer, Mandzukic inventase un golazo.

Cristiano busca el único tanto que le falta, de chilena, y perdonó de cabeza en momentos en los que Ramos y Carvajal recibían dos amarillas evitables que les podían condicionar.

Lo debía plasmar en goles. Era el momento clave de la final. Y apareció un invitado sorpresa. Desde 30 metros chutó Casemiro para aliarse con la fortuna. El disparo lo desvió el tacón de Khedira ante la impotencia de Buffon que veía escaparse de nuevo el único título que le falta. En tres minutos la final quedó sentenciada. Modric robó, desdobló a Carvajal y puso un pase al matador del área, el mejor nueve. Cristiano se adelantaba a todos y firmaba su doblete.

Los intentos de Allegri por resucitar la final eran en vano. Metió a Alves de lateral para buscar velocidad con Cuadrado, que entró tan acelerado que acabó expulsado. El 61 por ciento de la posesión era del Real Madrid. Seis tiros a puerta en la segunda parte. Cristiano, Marcelo buscaban más goles. Bale entraba en su casa y rozaba el tanto. Sandro acariciaba la resurrección de la final con un testarazo ajustado al poste, pero os cambios de Zidane cumplían y el broche lo ponía el niño de oro, Asensio, tras una subida de Marcelo. Los mejores laterales del momento abrieron y cerraron una gran final. El Real Madrid engrandece su leyenda.

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