La estabilidad del Olot se estrena

El conjunto de La Garrotxa tiene una filosofía de club y un modelo de juego definido que le ha permitido ser un proyecto referente en la categoría

31 octubre 2020 19:10 | Actualizado a 06 noviembre 2020 14:57
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Cuesta analizar a un rival que lleva desde el pasado 8 de marzo sin jugar un partido oficial. Por ello este retrato del Olot se basará más en lo que ha sido que en lo que es o en lo que quiere ser. El conjunto de La Garrotxa no ha podido disputar las dos primeras jornadas de campeonato debido a que ha tenido a varios positivos tanto entre sus jugadores como en su cuerpo técnico. Este motivo ha obligado a tener a la plantilla al completo aislada durante diez días y ver como la competición ha comenzado sin ellos en la rueda. Una consecuencia de la pandemia y que afectará a más equipos durante el resto de la temporada.

Por lo tanto, el Olot debutará mañana de manera oficial esta temporada. Lo hará en el Nou Estadi frente al Nàstic muchos meses después de su último partido en Segunda B. Hay que remontarse hasta el 8 de marzo cuando los de La Garrotxa se impusieron por 2-0 al Badalona en la jornada 28 del pasado campeonato.

Pese a que todavía no se ha podido testar al Olot en una prueba de fuego este curso, nadie tiene dudas de que al feudo tarraconense llega un equipo que se ha ganado el respeto de la categoría de bronce en los últimos años. Una filosofía de club que apuesta por los jugadores nacidos en Catalunya, Valencia y las Islas y que ha permitido a los gerundenses vivir en la estabilidad durante los últimos años.

Gran parte de la tranquilidad que se respira en Olot viene motivada por la importancia de Raúl Garrido en el banquillo. El técnico valenciano es un conocedor absoluto de la Segunda División B y está protagonizando una bonita aventura en el banquillo de La Garrotxa. De su mente ha nacido un equipo con una idea definida en la que el balón es protagonista. No hay rival o escenario que varíe la filosofía de juego del Olot. El balón es protagonista y busca mandar en el terreno de juego con el cuero en su poder.

Solo cuatro fichajes

La estabilidad de la que se hablaba antes se demuestra con un hecho y es que el Olot solo se ha reforzado con cuatro caras nuevas este verano (Albert Batalla, Roger Escoruela, José Antonio Soler y Juan Delgado). Además, ha recuperado a Joel Arumí tras su cesión al Figueres de Tercera División. En total, solo cinco refuerzos.

Estas pocas incorporaciones le permiten a Raúl Garrido contar con una plantilla a la que conoce perfectamente y de la que ya supo sacar partido en lo que duró la pasada campaña. De hecho, finalizó el curso en séptima posición y a solo cuatro puntos de los play off ascenso. Un hecho que permite aventurar que el Olot ha pasado de ser un equipo humilde que tenía la permanencia como único objetivo a ser un conjunto que no se pone techo, aunque no olvida de lo que cuesta sacar la cabeza en una exigente categoría como es la Segunda B.

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