La herencia del 'Flaco'

El equipo benjamín del club holandés está dejando una grata imprensión en el Mundialito. Su idea de juego es particular

19 mayo 2017 15:41 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:41
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Johan Cruyff engulló ideales futbolisíticos durante su paso por la cantera del Ajax.  La idea de juego era una cuestión dogmática que había implantado Jack Reynolds muchos años atrás. Todos los equipos de las categorías inferiores debían jugar a lo mismo. Una idea de ‘fútbol total’ que asegurase la llegada constante de futbolistas al primer equipo. Algo que se ha cumplido con creces si se echa la vista atrás. Cruyff adoptó este modelo y lo trasladó a La Masia azulgrana, donde hoy las similitudes entre ambos conjuntos son evidentes. 
Con el paso de los años, las innovaciones fueron llegando a la cantera del club tulipán. La más importante fue  la remodelación de la ciudad deportiva, conocida como De Toekomst. Actualmente, se trabaja mucho de forma individual en los jugadores. Se piensa antes en el individuo que en el colectivo. El objetivo no es ganar sino aprender.  Tanto, que hay entrenadores específicos que entrenan a grupos de niños que se dividen en las siguientes edades: de 6 a 12; de 13 a 16; y de 17 a 19. Cada seis semanas, los entrenadores se van turnando con el objetivo de poder tener varias visiones distintas de un mismo jugador. 
En el Mundialito de Cambrils, se puede apreciar de forma evidente que la ‘Filosofía Reynolds’ está más instaurada que nunca en el ADN tulipán. El benjamín del Ajax está participando el torneo, donde está protagonizando auténticos recitales de juego. Un equipo muy trabajado que plasma a la perfección la idea de juego que tenía ‘el flaco’. No debería sorprender, pues todos los equipos de las categorías inferiores del Ajax lo hacen. Sin embargo, verlo en directo impresiona.
Las claves de su estilo
El portero juega prácticamente de líbero con y sin balón, el objetivo es obligar a sus compañeros a adelantar las líneas. Con este posicionamiento, la presión al contrario se vuelve asfixiante, provocando la pérdida de múltiples balones en la iniciación del juego o despejes sin ningún tipo de sentido. La salida del balón con balón también es muy característica. El esférico no se rifa, se saca con mimo desde atrás y los triángulos de posesión son constantes. Una harmonía ofensiva donde el balón es el cuadro y los críos los artistas. 
Todo esto bajo la supervisión de un poblado cuerpo técnico. Hasta cuatro son los entrenadores que han venido con el benjamín del Ajax. Un claro ejemplo de que la supervisión es extremadamente exhaustiva.  Las indicaciones son constantes, todo está bajo control. Lo que más sorprende es que  al acabar el encuentro, uno de los entrenadores coge la voz cantante y da una intensa charla táctica a la que los niños no le pierden detalle. Saben que el aprendizaje del modelo es una cuestión práctica, pero también teórica. De algo se puede estar seguro, la herencia de Jack Reynolds está en buenas manos. Quién sabe si por este torneo pasará el nuevo Johan Cruyff. El tiempo dirá. 
Johan Cruyff engulló ideales futbolisíticos durante su paso por la cantera del Ajax.  La idea de juego era una cuestión dogmática que había implantado Jack Reynolds muchos años atrás. Todos los equipos de las categorías inferiores debían jugar a lo mismo. Una idea de ‘fútbol total’ que asegurase la llegada constante de futbolistas al primer equipo. Algo que se ha cumplido con creces si se echa la vista atrás. Cruyff adoptó este modelo y lo trasladó a La Masia azulgrana, donde hoy las similitudes entre ambos conjuntos son evidentes. 

Con el paso de los años, las innovaciones fueron llegando a la cantera del club tulipán. La más importante fue  la remodelación de la ciudad deportiva, conocida como De Toekomst. Actualmente, se trabaja mucho de forma individual en los jugadores. Se piensa antes en el individuo que en el colectivo. El objetivo no es ganar sino aprender.  Tanto, que hay entrenadores específicos que entrenan a grupos de niños que se dividen en las siguientes edades: de 6 a 12; de 13 a 16; y de 17 a 19. Cada seis semanas, los entrenadores se van turnando con el objetivo de poder tener varias visiones distintas de un mismo jugador. 

En el Mundialito de Cambrils, se puede apreciar de forma evidente que la ‘Filosofía Reynolds’ está más instaurada que nunca en el ADN tulipán. El benjamín del Ajax está participando el torneo, donde está protagonizando auténticos recitales de juego. Un equipo muy trabajado que plasma a la perfección la idea de juego que tenía ‘el flaco’. No debería sorprender, pues todos los equipos de las categorías inferiores del Ajax lo hacen. Sin embargo, verlo en directo impresiona.

Las claves de su estilo

El portero juega prácticamente de líbero con y sin balón, el objetivo es obligar a sus compañeros a adelantar las líneas. Con este posicionamiento, la presión al contrario se vuelve asfixiante, provocando la pérdida de múltiples balones en la iniciación del juego o despejes sin ningún tipo de sentido. La salida del balón con balón también es muy característica. El esférico no se rifa, se saca con mimo desde atrás y los triángulos de posesión son constantes. Una harmonía ofensiva donde el balón es el cuadro y los críos los artistas. 

Todo esto bajo la supervisión de un poblado cuerpo técnico. Hasta cuatro son los entrenadores que han venido con el benjamín del Ajax. Un claro ejemplo de que la supervisión es extremadamente exhaustiva.  Las indicaciones son constantes, todo está bajo control. Lo que más sorprende es que  al acabar el encuentro, uno de los entrenadores coge la voz cantante y da una intensa charla táctica a la que los niños no le pierden detalle. Saben que el aprendizaje del modelo es una cuestión práctica, pero también teórica. De algo se puede estar seguro, la herencia de Jack Reynolds está en buenas manos. Quién sabe si por este torneo pasará el nuevo Johan Cruyff. El tiempo dirá. 

 

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