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Que Chemo Domènech ha dejado una huella imborrable en el pádel tarraconense es innegable. Tres semanas después de su adiós continúan las muestras de afecto hacia su persona. Su bondad y talante le convirtieron en un jugador enormemente querido por rivales, compañeros y conocidos.
La más reciente muestra de cariño llega desde Valls. La que era la pista número uno del Pádel Indoor Valls lleva ahora el nombre de Chemo Domènech en su memoria. Así lo atestigua la placa que cuelga en la reja lateral que el tarraconense solía buscar en sus partidos, previo bote de la bola en el suelo, para cerrar sus puntos.
La familia de Chemo ha acogido este homenaje póstumo de muy buen grado. El sábado, en un acto de lo más íntimo, sus allegados visitaron la pista acompañados del propietario del Pádel Indoor Valls, Gorka González, y de uno de los socios de la firma Orbital, Xavi Pizarro, los dos impulsores de la iniciativa.
Uno y otro mantenían un fuerte vínculo con él. Chemo animó en su día a Gorka a dar el paso para hacerse con el traspaso de la instalación y tenían pactado que ejercería como monitor en el Pádel Indoor Valls, antes de conocerse su enfermedad; las palas de Xavi fueron las últimas con las que el 'guerrero del pádel' golpeaba unas veces las bolas y en otras las acaricibia a su antojo.
En marcha también hay un torneo memorial al que se está dando forma.
