Maratón de emociones

La parisina Agathe venció en Tarragona ocho años después de sufrir un derrame cerebral. El zaragozano Héctor Franco le dedicó el triunfo a sus dos abuelos, fallecidos hace unos días

02 febrero 2020 20:23 | Actualizado a 10 febrero 2020 12:55
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La parisina Agathe, pelo blanco, sonrisa dulce, apareció en la meta como un rostro sorprendente, atípico. Cruzó la línea de llegada y saboreó un triunfo reparador entre el público que era también una victoria íntima, todo un ejemplo de superación en esa Tarragona que ofreció un tiempo primaveral a los valientes. Hace ocho años la corredora francesa sufrió un derrame cerebral que la dejó tocada y la mantuvo entre la vida y la muerte. Lo pudo superar pero nadie apostaba por que pudiera volver a correr una maratón, palabras mayores.

Tras varios triatlones en los últimos años, ayer se atrevía con los 42 kilómetros legendarios del soldado Filípides y conseguía la victoria en su sexta maratón, la primera tras el grave percance de salud. Agathe Braud-Zilberstein, enamorada de esta primera incursión en la Marató de Tarragona, marcaba 3:32:44 en la Anella Mediterrània de Campclar, a última hora de la mañana, cuando empezaba a azotar un viento que no empañó la matinal espléndida, hasta calurosa. Superó la gala a Assumpta Vila (3:38:15) y a Ester Arbos (3:54:08). 

No menos emoción tenía Héctor Franco (2:39:01), el corredor de La Puebla de Alfidén (Zaragoza) que vencía en hombres, mejorando el tiempo del año pasado, cuando azotó el vendaval y eso impidió lograr buenos cronos. Franco había llegado como espoleado por dos pérdidas recientes y dolorosas, la de su abuela, hace cuatro días, y la de su abuelo, hace menos de un mes. «Me han dado ánimo en la carrera», confesaba al borde de la lágrima al llegar a la meta, después de una carrera vibrante como pocas, igualada en todo momento. Franco se dejó ver en la cabeza desde el principio, aunque en los primeros kilómetros fue el luxemburgués Alex Servais quien mandó, liderando la carrera a la altura de la Rambla Nova, por delante del ilerdense Hugo Figueras, del propio Franco y de Jorge Tricas. 

Paula Hritiuc, Abel Carretero o Vieito, clásicos de la cita, ganaron en otras distancias

Entre esos nombres, y el del incombustible ebrense Ferran de Torres, iba a jugarse la victoria en un cuadro masculino siempre disputado en esta distancia reina. Jesús Posadas, uno de los favoritos, tuvo que abandonar. Apenas 20 segundos de renta tenía Servais sobre Franco en el kilómetro 11, en el primer paso por la escollera y el Dic de Llevant, la zona más árida y exigente del recorrido, puesta a punto a contrarreloj estos días por el Port tras la borrasca Gloria. 

Ese primer regreso desde el centro a los barrios de Ponent (los 42 kilómetros incluían dos vueltas a un mismo circuito) hizo de criba, de forma que en el kilómetro 21, en Campclar, Franco había logrado su ‘sorpasso’: le sacaba ya 20 segundos a Servais, y algo más descolgados trotaban Tricas, De Torres y Figueras. Fue una dura pugna, donde Franco supo dosificar y gestionar con inteligencia sus fuerzas para mantener a raya a sus rivales y abrochar su gloria sin demasiados apuros. Al final, Tricas, también de Zaragoza, refrendó el poder maño en el podio y remontó para superar a un Servais que fue de más a menos y que quedó relegado a la tercera plaza del cajón. Especialmente vibrante fue ese mano a mano entre los zaragozanos, ya que Tricas (2:40:05) llegó solo un minuto más tarde. La décima edición de esta maratón esculpió nuevos nombres en el palmarés pero también imprimió apellidos clásicos, habituales de los podios en algunas de las otras distancias que se celebran. 

En el 30 K, Sergio Montes supo culminar su dominio, que instauró desde el principio sobre el asfalto, aunque tuvo que afrontar un peleado cara a cara con Bernat Vaqué, que llegó solo a 30 segundos y protagonizó uno de los duelos más emocionantes. En el cuadro femenino, el triunfo fue para Mireia Pons, corredora de Rubí que el año pasado fue campeona de España de carreras de montaña y que dio galones a la cita tarraconense.

1.400 participantes 
En los 10 kilómetros, otra de esas disciplinas que popularizan carreras así y ensanchan la nómina de participantes –hubo un total de 1.400 inscritos–, José Manuel Vieito, gallego afincado en Tarragona, se apuntó una victoria más, reafirmando su dominio de los últimos años. Laura Galan, atleta de Calella, hizo lo propio en féminas. Mientras, en el 5 K, una distancia más asequible, que hasta congregó a niños compitiendo en un ambiente familiar, hubo nombres bien conocidos para el público asiduo a eventos atléticos. Abel Carretero logró su tercera victoria consecutiva y confirmó una preciada polivalencia: de acumular ultras y ser experto en carreras de montaña a desenvolverse también a la perfección en citas explosivas sobre el asfalto.

Los cinco kilómetros femeninos fueron para Paula Hritiuc, la deportista de Alforja que milita en el Barça, se entrena junto a la vallense Marta Galimany y que reeditó la victoria del año pasado en el 10 K; kilates competitivos para una cita que conjuga el alto nivel con gestas más modestas pero de gran valor. Joan Ceperuelo, de Altafulla, llegó con una camiseta en recuerdo a la lucha de su entrenador, que padece ELA; otros lucían la camiseta de Kobe Bryant; y las célebres comitivas de atletas entregados a la causa de ‘Xq no Àlex?’ empujaban a personas con movilidad reducida. El periodista Xavier Bonastre sumó su maratón número 56. Le saca diez Laurent Couret, que acumula la brutalidad de 66, todas ellas desde 2014, entre Francia, Marruecos, Portugal, Irlanda o España. Todos forman parte ya del paisaje de la  maratón de Tarragona, que cumplió un decenio con buena salud. 

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