El templo pedía la heroica y el Reus se arropó a ella. 3-4 para el Barcelona y partido en un alfiler. Garcia sacrificó a su portero para ganar superioridad en el último ataque. Curiosamente, sus chicos lo elaboraron con una paciencia asombrosa. Con el corazón encendido. Trasladó la pelota el Reus al segundo poste y Julià la acompañó para el éxtasis. 4-4 y el invicto resiste a caer. Esta vez le tosió al eterno enemigo, el Barcelona.
Muchas veces no importa demasiado si el Barcelona juega bien o mal, le sostienen las desmesuradas exhibiciones de sus dos arqueros, Egurrola y Sergio.Esta vez le tocó a Aitor, que vivió su enésimo Clásico, y colaboró a la resistencia en la primera inferioridad del partido. Vio azul por una falta torpe Joao Rodrigues, cuando el Reus iniciaba su despliegue para la transición. Egurrola sujetó al Barça primero solucionando el tiro directo de Julià, un especialista en ese oficio. Luego no se rompió ante el asedio de misiles exteriores del Reus, con el rival refugiado en ese triángulo de la supervivencia.
La noche se había inaugurado un poco antes, con remate de primeras al poste de Pablo Álvarez, el mejor interior del planeta tierra, además en un estado de forma deslumbrante. Pronto se conocieron los roles. El Reus, con menos fondo de armario, más paciente, menos osado. Su enemigo prefirió el vértigo. Imprime a sus actuaciones un ritmo terrible, consciente el Barça que podría utilizar hasta su utillero en la rotación. De momento, se conforma con sus ocho estrellas.
El Reus había diseñado un plan defensivo con intercambio de sistemas. Cuando eligió la zona se encontró con el gol de Joao Rodrigues, muy del portugués. Rescató una pelota en la cueva, tras un ataque repleto de criterio del Barcelona.
Joao congeló el templo, que se había conectado muy rápido para empujar al Reus, repleto de entusiasmo, invicto en un campeonato que necesitaba un golpe de efecto para robarle la jerarquía al Barcelona. Dominador incontestable.
Empat en l'últim instant en l'últim partit de l'any. Ja disponible la crònica del @ReusDeportiu Miró 4-4 @FCBhoquei https://t.co/ZHFfYvnLr0 pic.twitter.com/mKE0abI4M6
— Reus Deportiu (@ReusDeportiu) 22 de diciembre de 2018
Le ocurrió al Reus lo mismo que le había ocurrido semanas atrás ante el Porto, un rival en la misma esfera que el Barcelona. Careció el equipo de Garcia de tacto para gestionar el momento-. Había levantado un marcador terriblemente adverso, pero se olvidó de alargar su disfrute, y de reforzar su autoestima. En cinco minutos perdió el tiempo que había ganado.
En la acción posterior al empate de Àlex, Matías Pascual resolvió otro disparo desde media distancia para poner en ventaja de nuevo al Barça. Y eso ya es conceder mucho. Demasiado.
Se cayó lógicamente el Reus, sin tantos argumentos para arreglar adversidades. En la décima falta rojinegro, a los 34 minutos, Joao Rodrigues definió para el 2-4.
Pero cuando todo parecía perdido, cuando asomaba otra derrota ante el poderoso campeón, el templo resistió y vio otra hazaña de su Reus, un maravilloso invicto. En el stick de Julià, inmenso toda la noche, nació el 3-4, con un servicio al segundo poste para el remate de Cristian. De esa última jugada para el 4-4 se acordará mucho tiempo el templo. Con Julià colgado de la red, celebrando un empate con aroma a éxito.
Reus Deportiu Miró. Càndid Ballart, Marc Julià, Àlex Rodríguez, Salvat y Bancells. También jugaron: Tiago Rafael y Cristian Rodríguez.
FC Barcelona. Egurrola, Panadero, Gual, Bargalló y Pablo Álvarez. También jugaron: Nil Roca, Rodrigues, Pascual, Alabart.
Goles. 0-1, Joao Rodrigues (17’), 0-2, Gual (28’), 1-2, Julià (27’), 2-2, Àlex Rodríguez (28’), 2-3, Pascual (28’), 2-4, Joao Rodrigues (34’), 3-4, Cristian (39’), 4-4, Marc Julià (50').
Árbitros. Óscar Valverde y Sergi Mayor, Cartulina azul para Joao Rodrigues.