¡Nàstic, qué bueno volverte a ver!

Fútbol. Después de seis meses, el Nàstic regresó a un Nou Estadi vacío para disputar ante el Horta el primer partido de la pretemporada que acabó sin goles

09 septiembre 2020 20:23 | Actualizado a 11 septiembre 2020 10:40
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185 días después el Nàstic volvió a disputar un partido de futbol. Qué lejos queda esa derrota en La Nucía. El Covid-19 ya estaba en nuestras vidas lo que no alcanzamos a predecir es cuánto nos iba a cambiar el mundo. Como individuos y como sociedad. Ni cuántos se iban a quedar en el camino del regreso a una normalidad que no lo es tanto. Porque jugar un encuentro amistoso de pretemporada sin aficionados no será nunca normal. Ni contra el Horta, ni contra el Barça. Porque el fútbol sin hinchas en las gradas es un deporte vacío. Sin alma.

Y así lo fue en un Nou Estadi que echaba mucho de menos el fútbol, pero aún más a esos aficionados que pese a la incertidumbre de la competición han vuelto a renovar sus abonos religiosamente. Esa hinchada, como la de muchos otros equipos, se merece un esfuerzo de quienes dirigen el cotarro para permitirles regresar con las medidas de seguridad sanitarias adecuadas.

Al menos, volvieron los partidos. Los tiros, las entradas, los pases, centros, controles, gambetas, luchas, etc. Todos esos aspectos puramente deportivos que tanto enamoran. Solo por eso valió la pena. Porque es indicativo de que hay luz al final del túnel pandémico.

Fue como un reencuentro de amor tras varios meses separados. Pasional y entregado, pero a la vez extraño por las condiciones y la pregunta de si todo estaría en el mismo sitio de antes. En el caso del Nàstic, Toni Seligrat volvió a disponer de las cosas en su estricto orden. Como le gusta. Un bloque agresivo y bien estructurado en defensa con la velocidad necesaria para lanzar transiciones rápidas, especialmente por los costados, que descosan las costuras del rival. Unos principios que se mantienen sea el que sea el planteamiento numérico sobre el tapete. El 4-4-2 al que nos tenía acostumbrados de la pasada temporada o con el 4-3-3 con el que sorprendió ante el Horta.

El equipo entrenado por Víctor Valdés fue un rival digno. Se adaptó a un escenario inusual para su categoría (Tercera) y compitió hasta el final. La presencia de muchos ex de la Pobla (Sergi Moreno, Ivan De Nova, Víctor Bertomeu y Adri Gimeno) y del exgrana Bruno Perone ayudaron al cuadro barcelonés a no sentirse tan extraño en Tarragona.

La ausencia de público permitió comprobar la intensidad con la que Víctor Valdés vive los partidos. Las fuertes broncas a sus jugadores cuando no ejecutan las órdenes y los ánimos cuando la acción sale según el plan. El exfutbolista azulgrana siempre fue un jugador caliente. Un tipo con un temperamento forjado en los poco más de 40 metros cuadrados del área pequeña. Para ser entrenador ha tenido que abandonarla y adaptarse a gestionar el juego en zonas que veía lejanas cuando ocupaba la meta del Camp Nou. Sin embargo, la cercanía de grandes maestros del juego le ha permitido entenderlo, cómo no, a su manera. Sin cerrarse a formar un equipo de combinación permanente, sino acompasando su mentalidad dinámica al talento que posee. Su equipo trabajó bien para contrarrestar a un Nàstic de superior categoría y fue lo suficientemente activo para rozar el gol en una ocasión que se estrelló en el poste. El Horta hizo una exposición notable en Tarragona y dejó entrever en su técnico un potencial que cabalga con paso firme, pero a su aire.

Seligrat presentó dos combinaciones de experiencia y juventud. Una por parte. La segunda mezcla resultó ser mucho más calibrada que la primera. Más intensa, más convencida del plan a seguir y mejor centrada. Entre los que primero saltaron al terreno de juego figuraban tres futbolistas del primer equipo que se estrenaban con la camiseta del Nàstic: Joan Oriol, Javier Ribelles y Gonzi. Con apenas un par de entrenamientos el cambrilense expuso su candidatura para apropiarse del carril zurdo. Ribelles por fin pudo lucir los colores tarraconenses tras llegar en invierno y no poder inscribirse por una lesión. Tuvo un buen debut pese a no jugar en su posición natural. Lo hizo de central en una defensa que tras la salida de Goldar demanda un nuevo inquilino.

El segundo grupo tuvo más presencia. La anticipación de Trilles, que llegó justo para debutar, y la fuerza de Tienza dieron el equipo la solidez que necesitaba para añadir explosividad en ataque. Una línea ofensiva que encontró en Amang su hombre más inspirado. Sus extrañas galopadas fueron lo más peligroso del partido.

Faltaron los goles y el público pero al menos volvió al fútbol. ¡Cuánto te echábamos de menos!

0- NÀSTIC. Gonzi, Rueda, Ribelles, Pol Prats, Brugui, Fran Miranda (Óscar Sanz, min. 29), Pedro, Fran Carbia, Joan Oriol, Guiu y Caballero. Segunda parte: Wilfred, Albarrán, Bonilla, Trilles, Fausto Tienza, Gerard Oliva, Pol Ballesteros, Amang, Joel Lasso, Óscar Sanz, D. Grifell.

0- HORTA. Muth, Eric, Kapa, Víctor, Edipo, Perone, Adilson, Genís, Buba, Joel y Sergi. También jugaron: Ivan De Nova, Adri G, David L, Momo, Marcel, Mario, Vale y Xavi.

Árbitro. Bruno Montoro (C. catalán). Mostró amarilla a Javier Bonilla, Momo y Eric. 

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