Raúl, de Los Pajaritos al Día Después

No sólo perteneció a aquel Numancia rebelde de Segunda B, que conquistó los cuartos de final de la Copa en 1995-96, inmortalizó el cruce ante el Barça de Cruyff con un reportaje que le llevó a la gran pantalla

19 mayo 2017 16:27 | Actualizado a 24 diciembre 2019 23:00
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El viejo estadio de Los Pajaritos no escapaba de la modestia del fútbol de guerrillas. El campo apenas contaba con una grada y escaseaban las comodidades. En la caseta no había azulejos ni calefacción, aunque aquel Numancia que lideró Miguel Ángel Lotina desprendía un entusiasmo maravilloso por el fútbol. Hablamos de curso 1995-96 y en el plantel destacaba Raúl Ruiz Benito (Logroño, 1966) un atacante que se crió en el mítico Logroñés, con el que llegó a ascender a Segunda División y a Primera. De hecho, compartió vestuario y carrera en activo con el mismo Lotina. Sí, en el irrepetible estadio del «gol en Las Gaunas!!», que tanto inmortalizó José María García y que el Tato Abadia convirtió en patrimonio de la humanidad.

Entre Raúl y Reus existen lazos comunes. En la 1981-82, Ruiz se coronó goleador en el Estadi, en un Reus-Logroñés que se consumió en empate a uno, en el estreno histórico rojinegro en el fútbol de bronce. En todo caso, la gran conquista de aquel futbolista de virtudes para el ataque se dio en Soria, en aquel equipo que demostró al mundo que, con pasión, hay espacio para las gestas. En la Copa del Rey de 1995-96, el Numancia de Lotina inició la rebelión de los humildes.

Raúl compartía viaje con Barbarín, un cazador de goles empedernido, y un jovencísimo Movilla, el centrocampista que posteriormente hizo carrera en el Atlético. Real Sociedad, Racing y Sporting, exponentes de la Primera División del momento, se convirtieron en las primeras víctimas de la heroicidad. Se encendió de ilusión Soria. Lotina llegó a reservar jugadores sólo para la Copa, ya que la inyección económica creó el germen de lo que hoy es el Numancia, el club que dirige todavía Paco Rubio. En cuartos de final, al Lotina Team le tocó el gordo. El Barça de la última etapa de Cruyff, con Guardiola, Figo y De la Peña, iluminó Soria. Propició que la ciudad se enamorara del fútbol.

De hecho, los dirigentes precisaron remodelar Los Pajaritos con gradas supletorias. Por aquel entonces, Raúl se había convertido ya en una especie de infiltrado para el programa El Día Después, en el prime time futbolístico de la parrilla. Aquella eliminatoria copera marcó su vida. Tras el sorprendente 2-2 de la ida, se desató la locura entre la hinchada, que viajó numerosa hacia el milagro del Camp Nou. Raúl, por encargo del programa, grabó con una vídeo cámara cada detalle del viaje. El bus del Numancia recibió una petición de prima peculiar en una estación de servicio de Zaragoza, camino a Barcelona. Los jugadores vieron a un entusiasta ciclista y le empezaron a chillar aquel famoso «Induráin, Induráin». El ciclista les prometió 300.000 pesetas si eliminaban al Barça. En el vestuario, Ruiz rotuló los nombres en las camisetas de los once elegidos, ya que en Segunda B esa moda no se había establecido. No tuvo tiempo para hacerlo con los suplentes. «Me acuerdo que del túnel al césped iba con la cámara, grabando todo, y Figo me miraba extrañado y sorprendido», reafirma el protagonista. Aquel reportaje le abrió las puertas de la comunicación. Al final de aquella temporada, Canal Plus le convenció para que se retirara y se incorporara al equipo. Y ya han pasado 20 años.

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