Se agota el tiempo (Rayo 1-0 Nàstic)

El Nàstic cayó en Majadahonda sin ofrecer la resistencia ni la voluntad que debe tener un equipo que quiere pelear por la salvación hasta el final

02 febrero 2019 19:06 | Actualizado a 03 febrero 2019 23:02
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Lejos de acercar el corte con la salvación, la herida del Nàstic se ensanchó en Majadahonda con una derrota justa ante un Rayo que jugó mejor de lo que necesitó para liquidar al conjunto grana. Los madrileños rompían con la dinámica negativa (todavía no habían ganado en el Cerro del Espino desde su regreso y acumulaban nueve jornadas sin victoria) a costa de un Gimnàstic que deja escapar sus últimas esperanzas de permanencia. No demuestra tenerlas.

El lavado de cara que la dirección deportiva grana ha hecho en este mercado de invierno no ha servido de mucho. Todo sigue igual. Exactamente igual. Da lo mismo que del once que presentó Enrique Martín en el Cerro del Espino solo cuatro de ellos comenzaron el curso en la primera plantilla del Gimnàstic. La revolución para intentar despejar el vestuario de dudas y la negatividad que habitaba a consecuencia del desgaste acumulado en las últimas tres temporadas ha sido en vano.

El complejo de inferioridad que asola al equipo fuera de casa es un peso que le hace comenzar los partidos con el marcador en contra. Todos los futbolistas parecen peores de lo que son y de lo que muestran en el Nou Estadi.

A domicilio el desorden conquista al equipo. Se vuelve previsible e incapaz de hilvanar una acción ofensiva coherente. Es casi un milagro que consigan un gol. Y ahí siguen las estadísticas anotadoras. Empeorando cada jornada. Ya son cuatro partidos sin marcar.

Fiel a su estilo, el Rayo de Iriondo impuso su dominio sobre el Cerro del Espino con asociaciones rápidas buscando generar los espacios desde la posesión. Benito fue el que mejor supo leerlos y encontrarlos. En los primeros minutos apareció por todas las parcelas ganando la partida a los tres centrales granas. La precisión perdonó al Nàstic.

El equipo de Enrique Martín tampoco opuso mucha resistencia. Salió al terreno de juego frío. Congelado en los 4 grados y el aguanieve que le acogió a su llegada a Majadahonda. Ofreció demasiadas facilidades. Los futbolistas madrileños llegaban siempre antes que los tarraconenses a los balones. Estaban mejor colocados sobre el tapete y más intensos. Todos los duelos y rebotes caían de su lado. No extrañó que la suerte también se les aliará en el gol de Luso. El futbolista local se la jugó con una chilena muy plástica como recurso para rematar una pelota rebotada en el área. Bernabé se confió y el cuero acabó en la red.

Tampoco con el gol rival hubo reacción. El Rayo siguió mandando con un Manu del Moral activo. Con ganas de marcar ante su exequipo los goles que no hizo en Tarragona.

En solo tres partidos Thiouné se ha vuelto imprescindible. Nadie es capaz de ocupar todo el espacio que abarca el senegalés en la medular. Su despliegue ha hecho pequeño hasta a Fali.

Tampoco en la claridad para dar juego que tiene el africano encuentra respuesta en sus compañeros. Barrada tiene la calidad pero está fuera de forma. No da pie con bola. Ni en esas faltas hechas para él. Imanol le echó mucho de menos y sufrió como cuando empezó en Tarragona.

El Nàstic dio salida a Barreiro pensando que Sadik podía hacer el mismo trabajo. Pero las diferencias son abismales. El juego de espaldas del finlandés está a años luz del del gallego. No aportó ni un balón descolgado, acumulando errores en entregas fáciles y lanzando movimientos al contrario de donde se requería.

El Rayo pudo hacer el segundo en una jugada embarrullada que sacó de rebote Bernabé, mientras que Basilio solo se inmutó al filo del descanso, en un disparo de Abraham que se marchó por encima de su portería.

 Bajó prestaciones el Rayo en el segundo acto, más preocupado de detener el juego que de seguir mostrando su buen fútbol, y el Nàstic aumentó las suyas. Mínimimante. Suficiente para meter algo de miedo en las filas majariego. Solo eso. Miedo. Tuvo más llegada el Rayo sin despeinarse. Manu del Moral pudo lograr su ansiado gol tras un error garrafal de Mikel. Disparó a puerta vacía contra el lateral de la red.

Fali volvió a tener uno de sus excesos. Con una amarilla fue a todo y se ganó la expulsión.Va camino de estar más tiempo sancionado que jugando.  La llama de la esperanza se apaga. El mercado no ha conseguido superar el desazón y el técnico tampoco consigue animar al grupo. La permanencia suena a quimera.

Ficha técnica

CF Rayo Majadahonda. Basilio, Benito, Óscar, Verza (Verdés, 92’), Galan, Rafa, Iza, Manu del Moral (Héctor Hernández. 79’), Aitor, Luso y Varela.

NÀSTIC. Bernabé, Pipa, Salva, Noguera, Mikel, Abraham (Cotán, 75’), Imanol, Fali, Barrada (Palanca, 57’), Luis Suárez y Sadik (Brugui. 75’).

Gol. 1-0, Luso (15’)

Árbitro. Vicandi Garrido (Comité Vasco). Amonestó a Óscar, Luso e Iza, de los locales, y a Pipa y Cotán de los visitantes. Expulsó a Fali por doble amarilla (21’ y 73’)

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