Una UE Rapitenca B de números y extremos

Historias tras el balón. El equipo ebrense ha firmado grandes goleadas en lo que va de temporada, ocupa un puesto en mitad de la tabla en Tercera Catalana

20 enero 2020 07:22 | Actualizado a 20 enero 2020 07:25
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Ya sea en la derrota o en la victoria, la regularidad es una tónica que recorre las competiciones de fútbol, ya sea profesional o amateur. La zona media de dichas clasificaciones acostumbra a estar ocupada por los que rompen con esta regla: los irregulares, que navegan sorteando algunos tropiezos, cosechando otros tantos puntos y sobreviviendo así en el ecuador de la tabla en un equilibrio entre el ascenso y la caída. Esta irregularidad, un lastre y una bendición, les acompaña en las derrotas ajustadas, en las remontadas en el último momento y en los empates. Parece tan obvio como pensar que, para un combinado irregular, puede ocurrir cualquier cosa. 

La UE Rapitenca B, en Tercera Catalana, es la excepción que confirma la regla. Es un equipo de extremos. De todo o de nada. Mientras que muchos combinados irregulares suman gran parte de sus puntos a través de los empates y cuando ganan lo hacen sufriendo, el combinado ebrense solamente entiende esta temporada dos posibles finales de un partido: con una goleada conseguida o, por lo contrario, con una goleada encajada. 

Este equipo joven, que suma su segunda campaña en Tercera Catalana, ya apuntaba el año pasado en esta dirección, en la que firmó cinco triunfos con cuatro o más goles anotados (uno de ellos con nueve dianas) y cuatro derrotas en las que encajó los mismos goles (la mayor derrota, encajando nueve).

En esta ocasión, este año, la historia se repite con unos números que auguran el desastre o, en otras ocasiones, hacen pensar en lo mejor. Son contadas las ocasiones en las que la UE Rapitenca B no se ha decantado por los extremos (cuando eso sucede, el encuentro termina en derrota) y más contados aún son los empates: uno, en la jornada inaugural. Desde entonces, el conjunto blanquiazul ha sido capaz de ganar por cuatro tantos a cero y de perder en con el mismo resultado en la jornada siguiente, y de golear con nueve tantos a uno de los equipos más en forma de la liga para que, una semana después, sea goleado por tres dianas a cero por un combinado de la mitad de la tabla.

Es por eso que, cuando estamos frente a los números, éstos sorprenden: cuentan con más tantos a favor que el líder, pero han dejado escapar tantos puntos por el camino que ocupan la onceava posición en la clasificación, registrando ocho victorias y, como no podría ser de otra forma en un equipo de extremos, ocho derrotas.

Gran parte de culpa de la irregularidad de este conjunto reside en la juventud de sus jugadores y, por lo tanto, en la falta de experiencia para cerrar partidos, para tomar las mejores decisiones en los momentos clave y acabar de cerrar así la grieta (cada vez más estrecha) que les separa de ser un equipo redondo. Pero los engranajes están ahí: los recursos en ataque de la UE Rapitenca B son variados, y su máximo goleador, Cristian Regolf, se encuentra tercero en la carrera por el pichichi. Y cuando el equipo funciona bien, también lo hace en defensa: el equipo se ha mantenido imbatido en cinco de las ocho victorias que ha conseguido, demostrando que el combinado funciona como un dominó en el que, cuando algún mecanismo se atasca, complica el funcionamiento del once que se encuentra sobre el césped, pero también que se trata de un combinado muy complicado de batir cuando todas las piezas se encuentran en sintonía. 

Y esta sintonía parece haber escapado, de momento, de la irregularidad: el conjunto ebrense suma por primera vez esta temporada tres victorias consecutivas, en las cuales ha sumado un total de once dianas a favor y una en contra. Este UE Rapitenca B, que rezuma juventud y potencial, parece crecer sin límite.

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