Xavi Bartolo: 'Somos esclavos del resultado'

Fútbol. El técnico ilerdense repasa su corta etapa en el Nàstic, meses después de su adiós

16 mayo 2020 19:34 | Actualizado a 18 mayo 2020 12:34
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Xavi Bartolo (Bellvís, 1968) repasa su presente y su pasado después de ser cesado del Nàstic el pasado mes de noviembre.

Han pasado ya unos meses de su destitución del Nàstic. ¿Qué análisis ha hecho más en frío?
Básicamente que al final el fútbol de hoy en día es el resultado. Da igual cómo trabajes durante la semana, la metodología y el estilo, lo importante es el domingo. Si ganas todo es perfecto y si pierdes todo está mal. No se valora tu labor a nivel general, pero eso no solo pasa en el Nàstic, en España lo ves en casi todos los clubs. Puede que haya proyectos esporádicos que crean un poco más en la paciencia y en la estabilidad, pero en la mayoría de lugares condiciona el resultado. En Tarragona pensamos que íbamos a disfrutar de un inicio correcto de temporada y eso nos ayudaría a consolidarnos, pero no fue posible y me convertí en uno de los 10 o 12 entrenadores que han pasado por el Nàstic en los últimos años.

Entonces, los entrenadores de fútbol son auténticos esclavos del resultado.
Totalmente. Trabajamos condicionados por el resultado. Intentamos controlar todos los detalles, pero hay situaciones en los partidos que tampoco dependen de nosotros. Es la realidad del entrenador, sobre todo en el fútbol español.

Las urgencias de los clubs, en este caso en el Nàstic, ¿acentúan la inestabilidad?
Cuando fichas por un equipo, antes debes de analizar su contexto, las situaciones que ha vivido en los últimos años y cómo se han gestionado los momentos difíciles. Sabíamos que íbamos a trabajar en un contexto complicado. Conozco perfectamente a la gente que gestiona al Nàstic, porque ya había coincidido con ellos en otra etapa y era consciente de dónde iba. Pensé, eso sí, que al iniciar un proyecto nuevo, con otras ideas y nueva gente al frente del apartado deportivo, quizás íbamos a tener algo más de margen, aunque reconozco que los resultados estaban lejos de lo esperado. 

¿No cree que existe demasiada distancia entre los conocimientos futbolísticos de los entrenadores y de los dirigentes?
Sin duda. Hay dirigentes que no saben de fútbol, que no conocen cómo funciona un vestuario o cómo se trabaja con una metodología determinada durante la semana. Todo lo valoran en función del resultado. Por ejemplo, si has jugado un mal partido, te generan ocho ocasiones y tú tienes una, aciertas y ganas, para ellos todo es perfecto. Has jugado un partidazo. En cambio, si es al revés, haces un buen partido, tienes ocho ocasiones, pero no aciertas y pierdes, todo es horrible. Así funcionan los análisis de muchos dirigentes.

¿En qué se equivocaron?
Sinceramente la categoría no nos sorprendió, pero hay un trabajo previo a la pretemporada, que es el de la elección de jugadores que al final te marca mucho el resultado. Y en eso creo que no estuvimos acertados. Y yo me incluyo el primero porque también participé. También existe otro aspecto, más relacionado con el juego, que nos penalizó mucho. Al principio de la temporada hablé con los jugadores y les comenté que si éramos de los cinco equipos menos goleados de la categoría haríamos play off seguro. Les dije que todo iba a partir de la seguridad defensiva y que lo otro ya llegaría. Nunca logramos ser un equipo fiable y mira que insistimos mucho en ello. No encontramos las soluciones. Nos marcaron muchos goles por errores individuales y no de concepto. Muchos de ellos llegaron en situación defensiva estable y con superioridad numérica. No pudimos controlarlo.

En el último año y medio, Xavi Bartolo ha tenido dos experiencias como primer entrenador distintas pero no fructíferas. ¿Cómo ve el mercado?
Lo veo complicado, sobre todo en España. Sólo hay dos categorías profesionales y en Segunda B existen pocos proyectos de los que puedas vivir del fútbol. La pandemia del coronavirus lo agrava todo, porque, por ejemplo, en Segunda B los clubs viven de su masa de socios o de los mecenas que ponen dinero, aunque esos son 8 o 10 como mucho. La próxima temporada se presume a puerta cerrada, por lo que los ingresos de abonados van a quedar reducidos al mínimo. Va ser complicado poder vivir del fútbol. A nivel personal no soy un entrenador con mucha experiencia y, como bien dices, en Reus y Tarragona no me ha ido del todo bien, aunque creo que el trabajo que hicimos en Reus ahí está y nos puede ayudar. Siempre queda la esperanza.

¿Valora salir al extranjero?
Lo tengo que pensar mucho, sobre todo a nivel familiar, si conviene o no, pero lo cierto es que fuera de aquí el entrenador español está muy valorado y hay mercados abiertos. 

Este verano pudo seguir en Segunda A, pero prefirió Tarragona. ¿Se arrepiente?
A toro pasado es fácil decir que sí. Preferí Tarragona, a parte de porque me permitía seguir en casa, porque me daban la opción de continuar con el equipo de trabajo de Reus y pensé que era una forma de premiar los malos momentos que vivimos allí a nivel económico. Es cierto que había la opción de un equipo de Segunda A y que ahora puedes arrepentirte.

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