Aarón, ‘Rey’ de asistencias

Andaba la afición grana algo frustrada con el rendimiento colectivo del Nàstic, pero también con el de algunos de sus jugadores. Fichajes que no habían dado el paso adelante que se esperaba. Entre ellos estaba Aarón Rey. El atacante gallego llegó procedente del Sabadell con la etiqueta de ser uno de los jugadores más desequilibrantes de toda la categoría. No hay que engañarse, lo era y lo es porque ya son demasiados brochazos los que ha dado en el bronce como para dudar de ello.

En el esquema de Agné, Rey no había encontrado la fortaleza de sus virtudes. Se le veía apagado. Lo intentaba, pero no generaba esos estragos que solía generar en la Nova Creu Alta. Allí el año pasado destrozó al propio Nàstic y enamoró a una afición grana que le apuntó en rojo para su lista de sueños.

El talentoso futbolista de Ferrol había jugado por las bandas e incluso como segundo punta. Agné le había colocado en diferentes zonas de juego para intentar encontrar su mejor versión, pero no llegaba. Todo era demasiado discontinuo. Como si solo tuviese fuelle para realizar un par de acciones mágicas por partido.

Un palo ante el Calahorra y una buena jugada por banda frente al Intercity habían sido sus contribuciones más llamativas en los últimos partidos.

Frente al Murcia, Agné le devolvió al costado izquierdo y pareció darle libertad. No pasaron demasiados minutos de partido y en el rostro de Rey se auguraba jaleo. Pisaba el balón, se le veía dinámico, fresco y con ganas de protagonismo. Vamos, se comenzaba a ver esa versión excelsa que el Nàstic fichó.

De sus botas nació el primer gol, aunque sería injusto no darle mérito al tremendo remate que se sacó Guillermo. Eso sí, el gallego tuvo la capacidad de romper cinturas y encontrar al vasco dentro del área para empatar el partido. Click, la cabeza de Rey pareció en ese momento terminar de soltarse. La tormenta que se auguraba se dio por completo y el juego grana se volcó por la izquierda porque allí había un jugador que tenía el día.

La segunda parte fue la confirmación de que Rey quería ganar ese partido solo. No lo hizo, pero casi. Se inventó dos jugadas en las que estuvo tan determinante como claro. No se nubló en el mar de piernas. Primero condujo una contra con calidad y naturalidad y dejó solo a Pablo Fernández ante el portero que no falló.

Después recibió un cuero en la frontal y rápidamente detectó la subida de Joan Oriol por el costado izquierdo, le encontró en pleno vuelo y el cambrilense no falló. Se confirmaba el petardazo, Rey había logrado un triplete de asistencias.

Más allá de su incidencia direca con los tres pases de gol, Rey fue un jugador combinativo, eléctrico y que dio último pase. Un perfil que el Nàstic echó en falta el año pasado y que este año por primera vez encontró. Para eso se le fichó y por eso la ovación del Nou Estadi cuando fue sustituido fue atronadora. Rey es de esos jugadores que enamora.

Elogios de Agné

Agné quedó encandilado con un jugador que siempre le ha enamorado. En la sala de prensa del Nou Estadi le ratificó como uno de los mejores jugadores de la categoría. «Si no es el mejor, es de los mejores jugadores de la categoría en su posición. Lo que pasa que los jugadores que son diferenciales, también son diferentes en su forma de ser y los tienes que saber tratar y hoy se ha comenzado a ver lo que queremos de Aarón», aseguraba el entrenador del Nàstic. Palabras mayores, pero lo cree de verdad porque hay argumentos firmes para ello.

La mejor versión de Rey todavía está por llegar, así lo reconoció el propio gallego, pero la versión del pasado domingo se acerca mucho. Siempre ha sido un futbolista con un talento diferencial, si de una vez por todas le empieza a añadir tangibles, la Primera RFEF se le quedará muy pequeña.

l Aarón Rey fue el primer jugador de Primera RFEF esta temporada en conseguir un triplete de asistencias y el quinto desde la creación de la nueva categoría. Los otros cuatro jugadores que habían conseguido este hito son los siguientes: Raül Sánchez, Juanmi Callejón, Miguel Gutiérrez y Fran Álvarez.