“A Barrada le conozco desde que era un niño y el Abdel que yo he conocido aquí no está”. Así de contundente se mostró Enrique Martín a la hora de analizar al fichaje estrella en este mercado de invierno del Nàstic y que va camino de convertirse en un fiasco si la situación no da un vuelco en las próximas semanas.
Barrada estaba llamado a marcar las diferencias. A ser ese futbolista determinante que le diera al Nàstic ese salto cualitativo en la fase ofensiva que tanto demandaba el equipo. Sin embargo, ese rol parece haberlo adquirido José Kanté y el futbolista marroquí se ha convertido en uno más de la plantilla que ni siquiera ha ido convocado en las últimas semanas.
Sorprende, puesto que al principio se excusó que Barrada era un futbolista que había llegado fuera de forma tal y como se pudo comprobar en su debut con el Nàstic en el Cerro del Espino. Las semanas fueron pasando y el mediapunta grana mejoraba. De hecho, tuvo unos minutos ante el Cádiz en el Nou Estadi que despertaron unas falsas esperanzas entre los aficionados. Sus buenas sensaciones ante el conjunto gaditano no pudo refrendarlas en la media hora que tuvo en el Sadar. Se le vio algo más gris pese a que dispuso de una ocasión clarísima para hacer el empate en el marcador.
Desde entonces, Barrada no ha vuelto a jugar con el Nàstic de manera sorprendente. Ante el Cádiz se le vieron rasgos diferenciales, pero efímeros, puesto que no les ha dado continuidad en el tiempo. Básicamente porque no ha tenido oportunidades para ello. Se podría pensar que el franco marroquí no está teniendo un comportamiento ejemplar, pero eso fue una cuestión que Enrique Martí desestimó ayer de manera pública. “Realmente le está costando y nos cuesta verlo en los entrenos. Él pone interés, pero no acaba de llegar a ese punto que todos esperamos”, aseguraba el técnico navarro.
Los primeros meses de Abdel Barrada en el Nàstic se resumen en 142 minutos. Ni dos partidos completos. Unos tangibles que evidencian que el futbolista desequilibrante que imaginó el conjunto grana que fichaba no lo está siendo. Su pasado le respaldaba, pero su presente es desalentador. Todavía quedan jornadas por delante, pero el tiempo corre en contra tanto del Nàstic como de Barrada.