Becerra, listo para entrar en acción

Juan Camilo Becerra llegó a Tarragona el último día del mercado de invierno. Después de un intento en verano por hacerse con los servicios del futbolista propiedad del RCD Espanyol, la operación conseguía concretarse tras un primer tramo de temporada perdido en Ponferrada. El club perico aceptó las condiciones del Nàstic y cedía al colombiano al conjunto grana hasta final de curso. Era la guinda que necesitaba el equipo para reimpulsar una línea de ataque que daba muestras de estar atascada. Él y Dani Romera eran las apuestas del club para mejorar una pobre producción goleadora. Los números defensivos que ofrecía el conjunto de Raül Agné eran propios no solo de play-off sino de ascenso directo (más de una decena de porterías a cero), pero faltaba apuntalar ese excelente rendimiento con más ‘punch’ en el área rival.

Nada más llegar, el delantero de Valledupar (Colombia) debutaba con el ‘9’ a la espalda. Tuvo media hora contra el Real Madrid Castilla en la que se le vio algo falto de ritmo. Una circunstancia que entraba dentro de lo previsible después de jugar apenas una hora en casi seis meses de competición. Frente al Algeciras redujo su tiempo de juego a 17 minutos y una semana después, en la visita del Nàstic al Atlético Baleares, únicamente participó de los diez minutos finales del partido.

Desde entonces nada. Cero minutos. Una ausencia que el técnico del Nàstic explicó en rueda de prensa después de ganar por la mínima al Cornellà (1-0) y sufrir en los minutos finales por la falta de concreción a la hora de cerrar el encuentro. La respuesta fue todo un impacto para el entorno y para el propio futbolista: «Becerra lo primero que tiene que hacer es bajar kilos y luego tendrá minutos». Un mensaje directo al jugador colombiano para que se aplicara en recuperar la forma física adecuada para un jugador profesional. El enfado del entrenador era evidente, puesto que no entendía que tras varias semanas, el cafetero no hubiese cogido el tono físico.

El aviso tuvo su efecto. Becerra se puso las pilas para encajar su grasa corporal en los parámetros establecidos por el cuerpo técnico, perdiendo hasta seis kilos. Hace días que ha cumplido, pero sigue sin tener oportunidades ahora por una cuestión puramente técnica. El club tenía (y sigue teniendo) puestas muchas esperanzas en el atacante de Valledupar. También el Espanyol que consideraba el Nàstic como un buen escenario para recuperar a un jugador que se apagaba en Ponferrada y por el que hicieron una apuesta cuando lo incorporaron procedente del Watford. Y obviamente el jugador que persigue recuperar esa imagen que ofreció la pasada temporada en el filial blanquiazul.

Se esperaba que pudiera tener minutos ante el Sanluqueño, pero Agné se quedó sin cambios y apostó antes por Fran Carbia, Pablo Fernández y Jannick Buyla, uno de esos futbolistas que un día te enamora y al otro te desespera. Ninguno, así como tampoco los dos delanteros titulares, Dani Romera y Edgar Hernández, ofrecieron prestaciones decisivas, mientras Becerra acababa en el banquillo su quinto partido consecutivo sin haber olido el césped.

Mientras, el delantero al que venía a relevar, Pedro Martín jugaba los 90 minutos. Si bien, tampoco le están yendo las cosas maravillosamente al malagueño en Sanlúcar. Lleva siete partidos y solo ha marcado un gol.

Mientras los cuatro delanteros que participaron en el último partido siguen atascados, el último gol de uno de ellos fue el de Pablo Fernández en Baleares, hace ya cinco jornadas, Becerra está listo para volver al verde y demostrar que tiene el gol que le falta al equipo. Ganas de ayudar ha mostrado después de recuperar el tono físico adecuado para un jugador profesional. Ahora quiere volver a contar con una nueva oportunidad del técnico, ofrecer esos goles que están haciendo que el Nàstic desperdicie ocasiones de oro para situarse en zona de play-off.