Carbia da una victoria merecida ante el Barça B (Nàstic 1-0 Barça B)

Fútbol. El Nàstic fue mejor que el filial azulgrana pero tuvo que esperar al minuto 82 para certificar el primer triunfo de la temporada

05 septiembre 2021 16:59 | Actualizado a 06 septiembre 2021 11:36
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El Nàstic ató la primera victoria de la temporada con un buen partido ante el Barça B. Apenas sufrió en defensa y en ataque generó suficientes ocasiones como para ganar de manera abultada. Tuvo que esperar al minuto 80 para premiar el buen hacer del equipo de Raül Agné. Joan Oriol le tiró larga a Fran Carbia. Sabiendo que si tenía que pelear el menudo tarraconense lo haría como si le fuera la vida. Controló, cargó con el peso del defensa, literalmente, y tocó lo justo para superar a Iñaki Peña por debajo de las piernas.

Fue un trabajo colectivo de desgaste y buenas lecturas. Tanto del juego propio como del rival. Taparon los atajos que podía encontrar un escaso Barça B y aprovechó los valores intrínsecos. La velocidad de Robert Simón y Carbia. La habilidad de Pedro del Campo y la capacidad de sacrificio de Pablo y Pedro. Un despliegue de oficio del que gusta al seguidor.

El Barça B no reluce como antaño. Quizás La Masia se encuentra en un punto intermedio entre camadas. Tampoco parece Sergi Barjuan un técnico de recorrido. Parece. Pero el Barça B es el Barça B y cualquier jugador medio podría ser titular en el 90% de los equipos de la Primera RFEF, como mínimo. Por no hablar de un estilo, que se ejecute más perfecto o no, llevan jugando desde que son niños. Lo hacen de memoria. Con apenas tres pases y una genialidad individual te crean un problema como la de Jutglà que Manu García resolvió despejando el tiro con un los pies.

Pero la inmensa mayoría de las veces el Nàstic supo maniatar al filial culé. Los jugadores tarraconenses leyeron muy bien las ideas visitantes y se anticiparon para robar y salir rápido a la contra. Así llegaron algunas de las mejores ocasiones granas. El encomiable esfuerzo de Pablo Fernández y Pedro para recuperar en plena salida azulgrana tuvo el premio de dejar a Robert Simón solo en carrera hacia portería. Le costó adoptar una decisión. Anduvo en exceso y Mármol recuperó fuelle para tapar el disparo de badalonense. Esa acción le seguía rondando en la cabeza al ‘20’ grana cuando unos minutos después Pablo Fernández le volvía a dejar solo ante Iñaki Peña. Esta vez no se lo pensó. Tenía tiempo para acercarse, pero con el recuerdo de Mármol tapándole el chut, disparó en cuanto la pelota se le puso a tiro. Iñaki Peña estiró toda su envergadura para evitar un más que merecido 1-0 al descanso.

Robert Simón fue el gran protagonista del primer tiempo ofensivo. No solo por las ocasiones, sino porque todo el peligro grana se fabricó por su costado. Haciendo una gran pareja con Pol Domingo. El Búfalo de la Pobla de Montornés se comió a todos cuantos se interpusieron en su camino. En general toda la defensa grana rayó a gran altura.

Desgaste especial el de Ribelles. Sufrió la soledad del pivote defensivo ante la acumulación de jugadores azulgranas en el carril central. Entre Nico, De Vega, Matheus y las veces que caía Jutglà obligaban al valenciano a derrochar energía a borbotones. A ello se le sumaba su participación en la salida del balón. Ribelles se incrustaba entre los centrales Aythami y Quintanilla no ya para iniciar el juego, sino para obligar al Barça a tirar la presión y activar el programa de contragolpe.

Un plan en el que Pablo Fernández tiene un papel principal. El atacante de Candás es un valor seguro en los balones largos. N pierde ni uno. Todo lo que va hacia su posición acaba en posesión grana. Por no hablar de la capacidad para controlar el tiempo y escoger el receptor perfecto. Un delantero a los que habrá que juzgar por lo que genera más que por lo que marca.

El Barça B anduvo más suelto en el segundo tiempo. Ganó más duelos y alteró el pulso del Nou Estadi con llegadas peligrosas que ni Jutglà ni Lucas de la Vega supieron aprovechar. Pero si alguien fue capaz de poner a cien al Nou Estadi, y no en el buen sentido, fue el colegiado Ivan Muñoz. Sus controvertidas decisiones encendieron a los aficionados tarraconenses.

La locura la puso Pedro del Campo. El Demonio de Figueres lo mismo te cierra el equipo en defensa que te manda un balón al larguero después de un acción personal de película. El Nàstic no se desesperaba. Aunque Guillem Jaime volaba para despejar en la línea de gol una falta de Joan Oriol que olía a 1-0.  Merecía el gol. No llegaba, pero seguía intentándolo. Hasta que apareció Fran Carbia. El delantero de Tarragona tiene un don. En cuanto se planta ante el arquero rival da lo mismo cómo le pegue al balón. Mordido, con fuerza o de rebote. O que tenga un defensor adversario colgado en la chepa. El destino es el mismo. Gol y para casa.

El 1-0 puso al Barça B en el abismo. No había hecho nada y se vio en la obligación de darse prisa para sacar algo positivo del Nou Estadi. Demasiado tarde. En entramado defensivo local estaba tan firme que ni una avalancha les hubiera arrebatado el merecido botín.

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