El Nàstic va lanzado. En un partido trabajado y sufrido, en el primer acto, los granas resolvieron el choque ante el Lugo desde la estrategia. Es su arma de destrucción masiva. No hay equipo más acertado en ese aspecto. Ya pueden estar más o menos precisos con pelota, que llegan las jugadas a balón parado y deciden. Marc Fernández y Trigueros pusieron los goles en la quinta victoria consecutiva. Un dinámica brutal.
El Nou Estadi se mantiene como un fortín. El cuadro tarraconense se mantiene invicto y con solo tres goles en contra. El Lugo tuvo su momento, en el primer tiempo, pero la portería está resguardada por Águila que defiende su nido con uñas y dientes.
Alberto Varo está en un momento espectacular. El portero de la Canonja es uno de los motivos por los que el Nàstic está en plena vorágine positiva. Si acabó el choque ante el Celta Fortuna con una intervención magistral para aferrar la victoria, ante el Lugo, su primera aparición fue igual de crucial.
El colegiado Irurtzun Artola se inventó un penalti a favor del Lugo que no se lo creyó ni su asistente. Tenía mejor visión de las supuestas manos, pero no marcó nada. No lo era, pero el árbitro principal decidió regalar una pena máxima ante la incredulidad de todos los jugadores granas y la grada del Nou Estadi.
En un abrir y cerrar de ojos, la indignación dejó paso a la confianza en Alberto Varo. Un especialista en los lanzamientos de penaltis. Si a ello se le añade el trabajo analítico de Manuel Oliva, entrenador de porteros grana, la fe es más lógica. Y el resultado, igual. Varo adivinó el tiro y detuvo la pena. Segundo penalto que detiene el tarraconense en la temporada.
El Lugo ofreció personalidad en Tarragona. No le falta a la plantilla gallega. Tiene talento, pero le faltan resultados. Dominó balón y controló el ritmo del partido.
Al Nàstic le costaba hilvanar posesiones. Defendía constantemente. No es un planteamiento que le resulte incómodo a este equipo. Exhibió ese músculo que le ha convertido en un muro inexpugnable al Nou Estadi.
Fue la defensa (y Varo) la que aguantó el tipo en el primer acto. El meta tarraconense volvió a aparecer a la media hora de juego para detener un remate de Willy Ledesma en el corazón del área. Dos minutos más tarde de nuevo Jozabed ponía en vilo al Nou Estadi con un remate bajo.
A los granas el balón les duraba poco. Borja no daba con la tecla y no había circulación alguna. Todo el ataque tarraconense se reducía a pases largos a la espalda de la defensa lucense, esperando que los tres delanteros tuvieran la chispa en un contragolpe. Un guion similar al del Celta Fortuna. La coordinación entre Jardí, Marc Fernández, Pablo y Andy no fue tan acertada.
La única situación de riesgo que consiguió generar el Nàstic en el primer tiempo fue Pablo Fernández. Una acción personal ‘marca de la casa’. Solo y rodeado de rivales consiguió plantarse en los dominios de Taboaça y sacar un córner favorable.
El segundo tiempo mejoró algo para el Gimnàstic. Consiguió retener más el balón, aunque el ritmo seguía siendo lento y la precisión baja. El Lugo seguía queriendo más, pero sin la fluidez de la primera mitad. Los locales les tenían más controlados y reducieron las aproximaciones.
El choque se endureció. El árbitro instigó a ello. Permitió mucho golpe. Excesivo en algunas acciones de falta clara.
En ese momento en el que el partido se dirige a un claro empae sin goles es cuando el Nàstic despunta con su golpe maestro: la estrategia. Tiene lanzadores exquisitos y rematadores potentes. Dos saques de esquina y partido sentenciado con dos goles.
La puso Borja cerradísima, casi en paralelo a la líne de gol, y Marc Fernández tocó lo justo para desviarla a gol. Segundo tanto para el barcelonés de la temporada.
El Nàstic se animó. Todas las acciones que no le habían salido en la primera mitad le empezaron a salir. Encerró a un Lugo que encajó muy mal el 1-0. Tanto, como para que en menos de diez minutos llegara el 2-0.
En un saque de esquina muy similar al primero, pero desde el costado derecho. Jardí sirvió con la zurda y Trigueros se alzó para cabecear al arco. Tabuaço detuvo, pero el asistente señaló que había cruzado la línea.
Con un tiempo de prolongación que superó los diez minutos, por la atención que precisó Willy Ledesma y los cambios, el Nàstic jugó a placer. Gorostidi empezó a mostrar comodidad en la mediapunta y dio seguridad en la circulación para asegurar la quinta victoria consecutiva. Tres puntos que le sitúan segundo, después del tropiezo del Celta Fortuna en Sabadell (2-1).