David Abraham (Argentina, 37 años). El central jugó en el Nàstic en la temporada 2007-2008. El argentino se retiró del fútbol tras una larga etapa en el Eintracht de Frankfurt.
¿Qué ha sentido al volver a pisar el Nou Estadi?.
No había vuelto al Nou Estadi desde que estuve de jugador. He sentido nostalgia y felicidad, como la frase que llevo tatuada. Disfruté mucho aquí, aunque solo fuese un año.
El Nàstic fue su primera experiencia en Europa en su carrera. ¿Qué recuerda de aquella etapa?
Yo en Argentina jugaba en primera división, pero es totalmente diferente. Aquí es mucho más profesional y exigente. Eso me hizo madurar rápido y me adapté muy bien. El fútbol era más técnico y mucho más rápido con los compañeros que había.
¿Qué le marcó en ese año en Tarragona?
Todo, pero sobre todo la gran afición que había. Este campo es muy lindo y cuando se llenaba se creaba un ambiente muy bonito. Se esperaba mucho de nosotros para volver a Primera División, pero la cosa se complicó y luego, con el nuevo entrenador, la gente se volvió a enchufar.
Después se fue a Basilea, donde el Nàstic recibió una buena inyección económica por su fichaje. ¿Cómo recuerda esa etapa?
Muy buena, aunque el primer año me costó mucho por el idioma y el cambio de jugar en Segunda División a pasar a jugar Champions League y encima contra el Barça de Pep Guardiola que lo ganó todo. Esa temporada a nivel de títulos fue nulo, pero los siguientes tres años ganamos tres ligas y dos copas.
¿Y cómo es eso de jugar en el Nou Estadi a jugar Champions contra el Barça y además, jugar en un estadio tan histórico como el Camp Nou?
Pues mira, en el Camp Nou fue muy bien porque ellos estaban clasificados y conseguimos empatar 1-1. Pero cuando ellos vinieron a Basilea en la jornada 2 ese fue el peor. Tenían una superioridad increíble. Me acuerdo de que después del partido, nos llegaban las hojas del partido con las estadísticas y Xavi Hernández había tocado 102 veces el balón y solo había errado un pase. Tenías la pelota y tenías tres jugadores del Barcelona encima. Tocaban como querían y era imposible jugar contra ese equipo.
¿Y jugar contra Messi?
Es una locura. Él jugaba en banda esa época y cuando iba a defenderle, agarraba el balón y madre mía, sé lo que me iba a hacer, pero me lo hacía igual y más rápido. Tú vas y él lee tu cuerpo y decide en milésimas de segundo lo que va a hacer y siempre se va a ir. Nunca nadie lo ha sabido parar, es imposible.
Después vuelve a España con el Getafe en Primera División. ¿Qué recuerda de esa etapa?
Yo venía del cambio de fútbol y se notaba mucho. En España es todo muy táctico y defensivo y a mi me gustaba siempre jugar al ataque, pero fue bonito volver al país de habla hispana, pero la situación era complicada porque empecé a no cobrar y llegó una oferta y me marché.
Y luego llega el inicio de la gloriosa etapa en Alemania.
Sí, primero en Hoffenheim, me fue bien. No fue un mal paso, pero tampoco fue de los mejores. Era un equipo que fichaba jugadores jóvenes, para luego venderlos, pero fueron unos buenos años.
Y después llega el Eintrach de Frankfurt, donde es una institución allí.
Sí, allí es un equipo con una afición espectacular, muy numerosa. Del primer año al segundo hubo un gran cambio. Pasamos de jugar la promoción por no descender a pelear por una final de copa que perdimos con el Dortmund y entramos en puestos de Europa League donde llegamos a semifinales contra el Chelsea donde perdimos por penaltis.
¿Cuál ha sido el jugador que más le ha impactado defender?
¿Quitando a Messi, no? (Risas). En Alemania hay muy buenos jugadores, pero el que más aluciné fue Leroy Sané. Hacía unos movimientos espectaculares y fue complicado cubrirle.
¿Por qué decidió dejar tan pronto el fútbol? ¿Piensa dedicarse a formarse como entrenador?
Por la pandemia, estuve seis meses sin ver a mi hijo y en enero decidí retirarme y no volver a querer saber nada del fútbol, solo quería estar con mi hijo. Y no, el fútbol se acabó para siempre.
¿Cuál es el estadio que más le ha impactado jugar?
Pues mira, mi primer partido en el Hoffenheim fue precisamente frente al Frankfurt allí. Yo llego un miércoles y el sábado estoy en la convocatoria en el banquillo y aluciné del ambiente de ese campo, me recordó mucho a Argentina con los cánticos de los ultras. Y en Europa también la grada del Dortmund donde hay 25.000 personas detrás de la portería, es espectacular.