El CB Salou arrolla al Girona B y saca su billete para la fase final

El combinado de Jesús Muñiz cuajó un excelente partido en el que fue de menos a más

25 abril 2022 14:12 | Actualizado a 25 abril 2022 14:18
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El plan funcionó a la perfección. El CB Salou tuvo un partido relativamente plácido, dada la entidad de su rival, y consiguió la ansiada plaza para la fase final de ascenso a LEB Plata. La tranquilidad no vino dada por un mal partido del Girona B, que trató de superar a los salouenses con todas sus armas. Fue la perfecta ejecución del plan de Jesús Muñiz por parte de sus jugadores la que desactivó a los gerundenses. El equipo de la capital de la Costa Daurada mantuvo la cabeza fría en los momentos en que el filial gerundense estuvo más atento en defensa, contrarrestándolo con un gran acierto desde el perímetro y paciencia a raudales para encontrar el espacio. 

Aunque si hablamos de una gran tarde, es inevitable sacar el nombre de Artur Alaminos. El jugador del Salou disputó un excepcional encuentro. Triples, recuperaciones que desencadenaban transiciones rápidas o esa virtud que tiene de estar siempre bien colocado en el rebote defensivo. 19 puntos, 11 rebotes y 32 de valoración. 

Un triple de Adrià Aragonès  estrenó el marcador. Una canasta que ya dejaba intuir que el pabellón salouense, prácticamente lleno, iba a ser una olla a presión. Los gerundenses respondieron con un dos más uno y una contra rápida. Las transiciones eran una de las facetas que Muñiz quería controlar para frenar al Girona B y lo consiguieron. De hecho, esta fue una de las únicas que pudieron lanzar de forma cómoda, puesto que los salouenses lograron replegarse con velocidad cada vez que perdieron el balón. 

En los primeros minutos fue cuando el Salou tiro más de triples, ante la rocosa defensa gerundense. Alaminos no desaprovechó la buena posición de tiro de tres y anotó tres triples seguidos que pusieron a los suyos por delante (13-12). 

Baltà y Moreno mordieron cuando la zaga visitante se empezó a abrir y Ngomo arrancó su recital en la pintura. Dos puntos suyos cerraban el primer periodo (19-17) y él mismo se encargaba de que el ritmo no decaiera en el segundo. Su testigo lo recogió CJ Barksdale, que también causó estragos en la defensa rival, incapaz de frenarlo cuando se giraba y ensayaba el tiro. 

El Salou estaba cómodo sobre la pista, alcanzando los nueve puntos de diferencia (36-27). Por lo contrario, el Girona B tenía cada vez más problemas para anotar con la facilidad de los primeros minutos de partido. Solamente la calidad de Espinosa recortó distancias antes del descanso. Completamente encimado, la estrella gerundense se sacó un tiro de la nada para dejar el 36-29 al descanso.

Como ya sucedió en la primera mitad, Aragonès estrenó también el marcador tras el paso por los vestuarios. Por su parte, Ngomo se fabricó los espacios para desangrar al Girona en el juego interior. Los visitantes tenían serios problemas para reducir diferencias en el luminoso. El Salou estaba cuajando un gran tercer periodo y mantenía una ventaja de  entre siete y nueve puntos que parecían un mundo para el combinado gerundense. El equipo se crecía con cada jugada exitosa. En una de ellas, Alaminos le cerró la puerta a Espinosa e inició una galopada imparable para que Aragonès culminara la jugada (46-37). 

Control total

De poco sirvió el tiempo muerto que pidieron los visitantes para reordenar el equipo. El Salou fue un martillo incansable. Es difícil recordar algún instante en el que los de Muñiz se desconectaran. En especial en la segunda mitad, en la que mostraron un perfil muy sólido. Antes del fin del segundo periodo, CJ colocó los once de diferencia (54-43), que confirmaban el buen momento. 

A pesar del dominio local, el Girona B salió en el último tiempo compacto atrás. A los salouenses les costaba poder anotar ante una defensa que volvía a morder como en los primeros minutos. Con casi tres minutos transcurridos, llegó Baltà para anotar y abrir de nuevo el duelo. Además, el filial rojiblanco sumó otro contratiempo, más allá de su inferioridad sobre el parqué. Un trompazo de Larry Ewulu con Gifreu dejó al gerundense dolorido del hombro y se tuvo que marchar del partido. 

Con la ventaja en el marcador, el Salou también encontró más espacios a la contra para destrozar a su rival. Aragonès se puso las botas en más de una ocasión en las que se metió hasta la cocina para anotar, con mate incluido. El pabellón era una fiesta. Por contra, el Girona estaba noqueado y había perdido también a su gran estrella. Espinosa se torció el tobillo en la recta final y tampoco pudo terminar el partido. 

Para cerrar la tarde fantástica, Baltà y Alaminos se llevaron una sonada ovación por parte de sus aficionados. El pabellón reconoció la gran temporada de los dos estandartes del equipo, que se fueron del terreno de juego con un sentido abrazo con el míster. 

La victoria holgada por 73-57 permite a los salouenses meterse en esa fase final, en la que se medirán a los mejores conjuntos del resto de confederaciones. El reto es mayúsculo, pero el aura que rodea a este equipo da pie a soñar.

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