El efecto Del Riu ha agitado al CE Vendrell, que parecía dormido en un letargo interminable, instalado en la insufrible zona de descenso. Suele resultar una pesadilla esa presión por evitar el fuego y el derrumbe para los equipos acostumbrados al lujo de la zona alta. A eso se había habituado el CE Vendrell, con una labor silenciosa, impregnada de reinvenciones cada verano para rearmar sus planteles. En esta ocasión, al mandamás de la sección, Víctor Romagosa, no le ha valido esa pócima. Ha necesitado dar un golpe de efecto casi con la luz de urgencia activada, en la segunda vuelta del campeonato.
El proyecto actual ha sufrido una mayor austeridad económica y eso ha conllevado a diseñar un equipo con menos argumentos. El Vendrell invirtió en juventud como Nájera, Pellizzari, Miquel y Crespo con el curso ya a mitad de camino. La adaptación a la exigencia de la categoría de oro se cobró con malos resultados y el agobio constante de no salir de los puestos de descenso. Ha convivido en ellos hasta hace cuatro días el Vendrell, aunque no se ha rendido. El espíritu de supervivencia le ha mantenido cerca del objetivo, aunque ha precisado de un cambio de timón. Hace tres semanas se produjo el relevo en el banco. Josep Lluís del Riu por Gonzalo Medina.
Llegar y ganar
Hace prácticamente un mes, Romagosa decidió sustituir a Medina y a su mano derecha, Xavier Nicolás, un tándem que se había convertido en una apuesta personal del presidente tras la salida del club de Jordi Garcia. Aterrizaba por El Vendrell un entrenador con experiencia en los banquillos, ya que había dirigido al Vilanova, además de con un cartel importante en activo. Militó en el Vilafranca y en el Vilanova, entre otros equipos.
El último éxito en el derbi ante el Calafell (4-2) ha corroborado una mejoría indiscutibleDel Riu entrenó por primera vez con el equipo vendrellense un jueves 21 de febrero. Por aquel entonces, el CE Vendrell disponía de 12 puntos en su casillero de méritos. Dos días después del primer contacto con el plantel se enfrentó a un examen de urgencia en Caldes. Lo superó con una solvencia sorpredente. El Vendrell se apunto tres puntos de oxígeno con un éxito incontestable. Venció por 1-4 y pareció quitarse las sospechas de su rostro. Todo lo que ha venido después lo ha corroborado.
Del Riu había mostrado en sus anteriores experiencias como estratega un modelo más cercano al ataque que a la especulación, aunque en El Vendrell, con tan poco tiempo para inataurar una idea, su conquista más importante ha sido la emocional. Sus jugadores vuelven a creer y los resultados han terminado por aparecer.
A pesar de que el calendario deparó dos salidas consecutivas, El Vendrell volvió a ganar, esta vez en Sant Cugat, ante un rival directo, en una tarde que rozó la perfección defensiva. El 0-2 delata una solidaridad colectiva extraordinaria de los rojinegros, que consolidaron su mejoría el día señalado. En el gran derbi del Baix Penedès ante el Calafell.
En una fecha donde el ambiente dignifica los partidos de la OK Liga porque suele resultar espectacular, los vendrellenses dieron otro golpe encima de la mesa con un 4-2 que les hizo sumar su tercera victoria consecutiva, alcanzar los 21 puntos y salir de la zona de descenso después de un millón de semanas. A siete jornadas para el final dependen de sí mismos.