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    El Nàstic alarga la mala racha (Osasuna Promesas 1-0 Nàstic)

    Un gol de Eneko Aguilar tumba a unos granas que salen del play-off

    05 noviembre 2023 09:20 | Actualizado a 05 noviembre 2023 22:00
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    El Nàstic ha entrado en una fase de la temporada en la que no le sale nada. Lo que antes eran todo sonrisas, ahora son lágrimas. El fútbol ya no le premia, sino que le castiga. No le sonríe la suerte y para mayor desespero no marca y le marcan. Osasuna Promesas le tumbó en un encuentro en el que no fue superior, pero sí castigó el error.

    Dani Vidal ha demostrado desde su aterrizaje en el banquillo del Nàstic que la meritocracia con él al mando existe. Por eso no fue tan sorpresa que Mario Rodríguez estrenara titularidad en el Tajonar. El extremo ya llevaba varias semanas picando a la puerta y demostrando que el rol de revulsivo se le empezaba a quedar pequeño. Agitar desde el banquillo está bien, pero... ¿Por qué no hacerle desde el inicio?

    Se encontró el Nàstic de primeras con un rival enérgico que no negocia la intensidad. Osasuna Promesas le incomodó desde el primer minuto. Le saltó a la primera línea de circulación y no le dejó encontrar fluidez. Tocaba ponerse el mono de trabajo porque era día de pelea. Un encuentro de esos que suele dibujar el fútbol vasco. Al pincho le habían puesto demasiada sal. Cada mordisco pedía agua.

    Pasaron los minutos y el juego grana encontró fases de respiro. La mayoría de ellas llegaron de las botas de Andy Escudero que en su zurda tiene la virtud de acelerar y pausar según a él se le antoje. La inercia llevó al Nàstic a volcar el juego a la derecha porque ahí se juntaban él, Pablo Fernández y Pol Domingo ofrecía profundidad desde el carril. Solo faltó mayor colmillo porque solo el asturiano generó en metros finales con dos remates que ni siquiera metieron miedo en cuerpo rival.

    Murió la primera mitad con un partido feo de ver. De esos en los que se impone el físico y el talento desaparece como si el frío congelase almas. Por lo menos el Nàstic no había concedido atrás. Esa era la lectura positiva. Quedaba toda una segunda mitad por delante. Para ganar se necesitaba algo más, para empatar quizás con eso bastaba, pero el fútbol a veces es caprichoso. Mejor no jugar con él. Lleva malas intenciones.

    Comenzó la segunda mitad bajo la lluvia y con el Nàstic casi bailando bajo ella. Pablo Fernández se inventó una transición que culminó con un pase a Escudero en pleno vuelo. El alicantino llegó y golpeó de primeras cn el interior. Puso tensa a la grada, pero su disparo se marchó a las nubes. Consuelo para uno, rabia para otros.

    Fueron unos minutos iniciales en los que por fin pudo tener el balón en campo contrario con algo de pausa. Lo añoraba porque sin ese contexto, Montalvo y Borja desaparecen del mapa y la brújula grana pierde el norte. Lo malo, que duraron poco.

    Se marchó la lluvia y con ella ese versión mandona del Nàstic. Otra vez el partido volvía a ese terreno de incertidumbre y brega en el que no hay vencedor que se atisbara.

    El partido estaba en el error y lo cometió el Nàstic. Nacho cedió mal, Varo intentó evitar el córner y lo que hizo fue dejar a Osasuna Promesas con un ataque firme ante una defensa descolocada. Acabó todo de la peor manera. Gol rojillo. Eneko Aguilar no perdonó tras recibir el cuero ante Varo. Cruzó el balón al palo largo y metió al Nàstic en el foso.

    Los de Dani Vidal casi salen rápido del agujero, pero no sonrió la fortuna. Un córner llegó a Nacho en el segundo palo que conectó un cabezazo inapelable. Solo lo frenó el larguero que lo escupió fuera de la portería rojilla, dejando a los granas con el alma en vilo.

    El partido enloqueció y se abrió. El Nàstic fue con todo y Aguilar casi penaliza de nuevo, pero Varo sacó una parada milagrosa con los pies que dejó a los granas con vida en el marcador. Vidal movió piezas y metió a Jardí, Santamaría y Tirlea para intentar encontrar la luza en el banquillo. Pero no fue así y el Nàstic sumó la quinta jornada seguida en liga sin ganar y salió de los puestos de play-off. La situación ahora sí que preocupa, pero es momento de mente fría y paciencia.

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