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Entrevista a Noé Monroy: «El éxito del basquet provincial sería llenar el Palau d’Esports»

El técnico del CBT coge el relevo de Berni Álvarez con la intención de mantener la misma filosofía de cantera y consolidar el equipo en LEB Plata

10 junio 2023 22:25 | Actualizado a 11 junio 2023 07:00
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Pocos entrenadores conocen mejor el baloncesto de la provincia que Noé Monroy. El técnico nacido en Puertollano, pero criado en Tarragona, lleva 30 años entrenando. Ha pasado por todas las categorías, incluso femenino, y por equipos de todo el territorio. Después de nueve años en el CBT asume el reto de reemplazar a Berni Álvarez en el banquillo del Serrallo y hacerlo en LEB Plata.

¿Cómo le ha sentado convertirse en entrenador del CBT?

El lunes, después de mi presentación, y el martes, fueron muy intensos (mensajes, notificaciones en redes sociales, llamadas, etc). Es normal, hacía 13 años que no se cambiaba de entrenador.

Y que se convierte en el entrenador del considerado equipo de referencia.

Para mí, un enamorado del baloncesto, que llevo 30 años entrenando, que he salido de abajo del todo y que hasta hace unos años compaginaba mi labor en los senior entrenando a equipos de base, llegar al primer equipo de tu ciudad, no te diré que es el techo, pero es algo que poca gente puede decir. Es un orgullo.

Su vida es baloncesto.

Lo cierto es que no jugué toda mi infancia. Probé el fútbol sala y el fútbol once. Hasta que en cadete me centré más en el básquet. Como jugador era una castaña. Por eso, cuando acabó mi etapa de júnior, consciente de que no daba para más, me ofrecieron la oportunidad de entrenar. De hecho, mi último año de júnior hice de entrenador-jugador. El paso fue natural.

No hace falta haber sido un buen jugador para ser un buen entrenador, como tampoco un buen jugador es un buen entrenador.

Se tiene la leyenda que el paso natural de un jugador, de cualquier deporte, cuando deja de jugar es hacerse entrenador. Habrá gente que lo pueda hacer y le saldrá bien, como Pep Guardiola, pero no todo el mundo sirve. Sin embargo, se le da antes la oportunidad a ellos que a entrenadores que llevan más de una década entrenando, pero que no han sido jugadores profesionales. Cuando me saqué el Nacional, en Málaga, me encontré con que iban Perasovic y Toni Espinosa. Yo tuve que hacer el primer nivel, segundo nivel, clínics, dejar pasar dos años, firmar 20 actas al año, etc. Un montón de requisitos que ellos no tuvieron que hacer. Entiendes por qué no hay tanta gente arriba.

¿Se pierden muchos pasos?

Conozco a gente que entrena en altas categorías que me admiten que serían incapaces de llevar un Primera Catalana o un equipo de base. Requiere mucha capacidad de organización, porque los entrenos, por mucho que te los prepares, 20 minutos antes se te caen jugadores y te obligan a cambiar todo. Eso sí, la recompensa se disfruta más en las categorías base. Entrenar a niños es más agradecido. Ver que te ejecutan un concepto que has trabajado en el último mes te llena mucho.

En este sentido, ver jugadores que han crecido contigo y encontrártelos ahora en el primer equipo, forma parte de esa satisfacción.

En el último derbi CBT-CB Valls hubo un momento que se juntaron en pista ocho jugadores que había entrenado. He entrenado a muchos jugadores. Hay veces que me paran por la calle y me saludan y yo no me acuerdo. Claro, es que llevo 30 años, los primeros niños que entrené ahora tienen 40 años.

Has recorrido buena parte del territorio entre clubes y colegios.

El primer sénior que llevé fue el TGN Bàsquet. Soy socio fundador. Luego estuve en el Valls femenino, Reus Deportiu cinco años, volví al Valls, para coger el sénior masculino y también en el ADT, antes de venir al CBT, que ya estuve llevando el júnior. Yo llego al CBT para llevar al filial. De hecho, hice la pretemporada. Pero coincidió con que se marcha Gorka, que estaba de segundo en el primer equipo, y Berni me pide que le acompañe.

¿Supuso un paso atrás?

Es cierto que la gente que me conoce me decía que tenía que volver a entrenar. Pero para mí fue una excelente experiencia. Me sirvió para aprender muchas cosas buenas y malas. Habrá gente a la que le puede más el ego, para mí era una etapa que me encajaba en lo que quería y me motivaba.

Estuvo en LEB Plata, seguro que ahora le vendrá de perlas.

Claro. Recuerdo que el primer año me chocó mucho porque yo venía a entrenar al filial y me encuentro peleando en un play-off para subir a LEB Oro con jugadores como Salvó, Orion, Jamal Wilson, etc. Hace dos, pudimos salvar la categoría, pero se juntaron muchos condicionantes entre lesiones y fichajes que no dieron el rendimiento. Fue una pena.

¿Cómo ha sido esta etapa en el B?

He disfrutado como un enano. Cuando se decide hacer un sénior B, propuesto y peleado por Berni, no se sabía en qué categoría íbamos a salir. Si Primera Catalana o Segunda. A mí me daba igual, pero cuando me llama Aleix (Boada, director general) y me dice que será Copa Catalunya, le digo que mejor, más nivel y que si luego bajamos tampoco pasaba nada, porque la idea era estar en Primera y Segunda. Resulta que al final nos metimos en la final a ocho.

Había buen equipo

Pues fíjate. Adrià Trouvé, Kristian Mendes, David Loras, Marc Buscail, Tomás Kohan, etc. En el primer entreno, comienzan a colgarse de dos manos. Yo había estado en Copa Catalunya con el Reus y si tenías un jugador que se colgaba del aro ya era alucinante. Fue un año impresionante. Luego pensaba, ¿qué hubiéramos hecho en Segunda Catalana?

Nos hemos centrado en la generación actual de Marc Buscail, Kristian, Gerard, etc. ¿Qué hay detrás?

Pues está Ander, que este año ha tenido dos lesiones que le han parado 3-4 meses. Estaba en dinámica de primer equipo. O Miki Femenía. Son sénior de segundo año. Tienen que ser la piedra angular del Copa y estarán en dinámica del primer equipo. Luego, en el júnior hay tres o cuatro que pueden entrar en el B. De eso se trata.

Como cuándo empezaste, sabías que ibas a reemplazar a Berni, pero no la categoría. ¿En qué cambia?

En EBA tenías el equipo prácticamente hecho. En LEB Plata es más trabajo. Tenemos un núcleo duro que espero, sea el que estaba. Pero hay que reforzarse en cuanto a físico.

No hay que engañarse, es un salto importante.

Hay equipos que ya están entrenando y con fichajes.

¿Cuál es el potencial del CB Tarragona?

La gente de la casa. El principal problema en la provincia de Tarragona es que la gente no se identifica con los equipos. No merece la pena estar en LEB Plata con jugadores de fuera. No vamos a hacer un Athletic de Bilbao, pero la gente tiene que sentirse identificada con el jugador. Volvemos al principio de la entrevista. El lunes me felicitó mucha gente, la mayoría de aquí. Si viene alguien de fuera, esta chispa la pierdes. Hay que buscar perfiles como Miquel Salvó, que en un año parecía de aquí y la gente se sentía identificada con él.

¿Es muy ambicioso soñar con un proyecto provincial en lo más alto?

Con tantos años que llevo y en tantos sitios, no diré imposible, pero casi. Se tiene que arremangar todo el mundo. Dejarse de viejas rencillas y de protagonismo y sumar. Clubes, administraciones públicas, sector privado, etc. Al final, ganamos todos. Es muy fácil decir que «Tarragona se merece un equipo ACB o en Liga Femenina», mientras los clubes se ponen a parir. Es una mentalidad que impide avanzar. Se ha hecho en muchos sitios. Sentarse y hablarlo. Pero, insisto, es difícil. El éxito sería jugar en el Palau d’Esports y llenarlo. Me da igual en la categoría que sea.

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