Mario Rodríguez (Barcelona, 26 años) ha conseguido enlazar dos titularidades. Después de un inicio con poco protagonismo, ha conseguido convencer al técnico Dani Vidal para apostar por él en el extremo izquierdo.
¿Cómo notas al equipo?
Tranquilo. Sabemos que hacemos muchas cosas bien. Simplemente, estamos en una dinámica no tan positiva. Hay que seguir por el mismo camino. Trabajar en determinados aspectos para revertir esta situación. Desde la tranquilidad.
¿Todo el mundo pensaba que ante el Sestao se iba a romper la dinámica? ¿Ha afectado el no haberlo conseguido?
Empatar en casa nunca sienta bien. En esta liga todos los partidos son difíciles. Teníamos la esperanza de revertir la situación en casa, con nuestra gente. Era una buena oportunidad. Pusimos todo de nuestra parte. No pudo ser. Hay que seguir tranquilos. Nos preocuparía si no tuviéramos el juego y las oportunidades, pero no es el caso.
Se habla de la falta de gol, como delantero, ¿cómo ves la situación?
Es verdad que nos cuesta. Antes, con poco hacíamos un gol. Son momentos y hay que pasarlos, también. A nivel personal, la gente de arriba nos afecta, porque queremos hacer goles y ayudar al equipo. Pero, no estamos nerviosos. Estamos concentrados en trabajar para mejorar y, sobre todo, ayudar a sumar puntos al equipo.
¿La falta de gol es un bloqueo mental o es cuestión de dinámica?
No creo que sea un bloqueo mental. El fútbol son pequeños detalles que a veces caen de un lado y otras veces de otro, como parece que estamos ahora. El equipo está bien y el ánimo dentro del vestuario no ha bajado.
¿El vestuario está encajando bien esta situación?
Tenemos un buen equipo, muy complementario, con varios perfiles en la plantilla y unido. Por eso, sí, lo estamos llevando muy bien. Sin dejar de trabajar para que la victoria pueda llegar esta semana.
¿En la jornada 6 erais los mejores y ahora los peores?
Esto forma parte del fútbol. Cuando las cosas van bien enganchas a la gente y parece que vas a tocar el cielo y cuando estás mal da la impresión de que estás hundido. No es un extremo ni el otro. Hay que encontrar el equilibrio. Nos faltan los detalles que, en determinados momentos, hace falta que caigan de tu lado.
¿Séptimos a tres puntos del play-off, la situación no es dramática?
Todo está muy igualado. Si conseguimos tres puntos, volvemos a estar arriba. No hay que preocuparse. Insisto, hay que trabajar desde la tranquilidad. Si no, puede ser negativo para nosotros.
¿Solo falta que entre un gol?
Sí. En cuanto entre un gol, llegarán las victorias.
¿Qué tal sienta la titularidad?
Feliz. Todo futbolista quiere jugar y sentirse partícipe desde el inicio. De todas formas, desde que he llegado al Nàstic he estado feliz y contento. Ya sea en el campo o fuera, siempre he intentado ayudar al equipo.
¿Cómo gestionaste el principio de temporada con poco protagonismo?
No es sencillo. Si no juegas puede ser consecuencia de muchas cosas. La decisión del entrenador, pero también molestias musculares. Es entender que no estás al cien por cien y que el entrenador toma decisiones por el bien del equipo. La experiencia me dice que hay que tomárselo con tranquilidad y seguir trabajando para que llegue tu momento.
¿Cómo llegaste a Compostela?
El fútbol da muchas vueltas y a veces es más duro que lo puedes esperar. Me fui a Polonia y tuvo la mala suerte lesionarme de gravedad. Estuve mucho tiempo recuperándome allí, sin poder jugar. Fue complicado anímicamente. Estaba solo. Quería volver a España. Rescindí con el mercado cerrado y no pude entrar en un Primera RFEF que era mi idea del principio.
¿Estuviste en el filial del Levante?
Sí. Quedaban dos meses de competición y convenimos, con mi representante, que era mejor para mí jugar, aunque fuera en Segunda RFEF. Jugué, pero el equipo descendió e influyó en las ofertas que me llegaron. Todas las buenas eran de Segunda RFEF. Tuve que dar ese paso atrás de transición para volver a dar el salto a Primera RFEF.
¿En el Estadio Vero Boquete se vio su mejor versión?
No la mejor, sí una gran versión. Recuperé lo que era antes de la lesión. Coger confianza, sentirme querido y estar a gusto.
«En Compostela recuperé el jugador que era antes de la lesión»
¿La confianza, sobre todo después de una lesión, es vital?
Sí. La base y lo más importante es la confianza. Las cualidades todos las tenemos. El tenerla, en uno mismo, y también de fuera, te ayuda a estar cerca de tu mejor nivel.
¿Más allá de la lesión, como fue tu experiencia en Polonia?
Fue bonita y complicada, a la vez. A nivel de liga, no me esperaba que fuera tan elevado. Cuando llegas allí y la vives, ves que es un mercado potente y que salen muchos jugadores hacia la Bundesliga alemana y la Serie A italiana. Hay nivel. Fue más complicado el tema extradeportivo. Es otro ritmo de vida y otra cultura y estaba solo.
Fuiste el primer jugador español del Warta Poznan.
En mi época no había muchos jugadores españoles. Los que estaban en Primera eran porque habían ascendido de Segunda. Había equipos con más españoles, pero yo estaba solo en el Warta. Además, como me operé en Barcelona, no me llegué a integrar del todo.
¿Cómo fue tu debut en LaLiga con el Granada?
Tuve la suerte de poder debutar, el sueño de cualquiera, y la mala suerte de que ese año el Granada peleó hasta el final por entrar en Europa. Si el objetivo hubiera sido el inicial, la permanencia, que lo consiguió con cinco jornadas de antelación, seguramente habría podido jugar más. Tenía buen feeling con el técnico Diego Martínez, al que estoy muy agradecido.
¿Qué te ha faltado para consolidarte en un equipo?
En cada caso ha sido por motivos diferentes. En Granada, era mi último año de Sub-23. Querían hacer un equipo para pelear por Europa y me ofrecían el filial. Yo consideraba que mi etapa en filiales se había acabado. Lo que he buscado siempre ha sido mejorar a nivel deportivo. Por eso he ido dando saltos.
Estuviste años en Valdebebas, la Ciudad Deportiva del Real Madrid ¿Qué destacarías?
Son muy estrictos con los estudios. Te pueden poner castigo si no vas bien. En lo deportivo, imagínate. Entrenando con jugadores que hoy están en la élite. La base sigue el modelo del primer equipo. Es un club señor. Es difícil controlar una residencia de tantos chicos, tan diferentes y lo hacen muy bien.
¿Mantienes relación con algún jugador de tu época?
Álvaro Fidalgo, que está en Mexico, con Ahcraf, me llevaba muy bien y, de tanto en tanto, todavía hablamos. También los Zidane. Íbamos a su casa. Haces muchas amistades. Algunas se pierden, porque cada uno hace su vida.