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Dolor y rabia son dos de las palabras que podrían definir el estado de los jugadores del Reus y de su afición tras la derrota por la mínima ante el Badalona.
Dolor porque los badaloneses marcaron en uno de sus pocos disparos a portería, y rabia porque el equipo jugó uno de los mejores partidos de la temporada.
Y es que salió a por todas el conjunto dirigido por Marc Carrasco. A los cinco minutos, Aitor Serrano, activo y aportando amplitud por la derecha, ganó la línea de fondo y puso un pase tenso al vértice derecho del área pequeña que Ian Martínez consiguió conectar, pero sin suficiente potencia ni precisión para introducir el balón en la portería de Carlos Craviotto.
Toda una declaración de intenciones. El Reus compareció con una energía superlativa y bien posicionado para activar la presión. Con las bajas de Ramon Folch, que estará fuera siete semanas, y de Xavi Molina, por la roja ante el San Cristóbal (2-1), Carrasco alineó a Raúl Melo en el eje, acompañado por Andy Alarcón, Alberto Benito y Nico Díaz, y a Hugo Moreno, Xavi Jaime y Ricardo Vaz en la sala de máquinas, escoltados por Aitor Serrano en la derecha, Pol Benito en la izquierda y Ian Martínez como referencia.
Un Ian que estuvo a punto de abrir el marcador a los quince minutos: Ricardo cogió el balón y el tiempo se paró. Los corazones se encogieron al ver con qué facilidad encaraba y cómo dejaba atrás a rivales en el área. Solo se interpuso entre él y el gol Craviotto, cuyo rechace cayó en las botas de Ian, que la envió al palo derecho.
El conjunto dirigido por Gerard Albadalejo intentó deshacerse del dominio reusense mediante aproximaciones por los carriles a través de David Jiménez por la derecha y de Kilian Durán por la izquierda. El propio Kilian asistió a Dani Homet pasados los veinte minutos con un centro medido que el punta visitante cabeceó por poco por encima de Verdejo.
También de cabeza, el cuadro rojinegro gozó de grandes oportunidades a través de sendos remates de Nico Díaz a la salida de un córner y de Xavi Jaime tras un gran centro diagonal de Aitor Serrano.
El ‘17’ del Reus fue un dolor de cabeza constante para la zaga visitante. Se buscó un buen par de socios. Junto a Alberto Benito y a Ricardo Vaz, que sacaba petróleo de cada acción, los rojinegros crearon gran parte de su peligro a través de una banda derecha de muchos quilates.
Los reusenses disputaron de los mejores minutos en ataque de la temporada, pero solo faltó el gol, y no fue por ocasiones.
La máxima de la segunda mitad estuvo en aprovechar la gran primera parte e intentar adelantarse durante los primeros minutos de la reanudación. El Reus seguía a lo suyo: Ricardo Vaz desequilibraba en cada acción de ataque y los de Marc Carrasco veían el partido de cara en todos los sentidos. Dominaban en ataque y no sufrían en defensa. Solo quedaba agitar la varita. Ese toque de magia lo puso el capitán, Xavi Jaime, que, en el 75’ y a más de treinta metros, envió un magistral lanzamiento de falta a la cruceta de la portería de Craviotto.
Pero, contra todo pronóstico, el Badalona se adelantaría en el 80’ gracias a un gol de Willy Chatiliez tras un centro de Toni Larrosa, cuyo rechace quedó suelto dentro del área. Fue un jarro de agua fría para el conjunto reusense, que dominó durante prácticamente todo el partido.
El choque ganó en tensión y tanto Ricardo Vaz como Xavi Manrique fueron expulsados por roja directa tras un encontronazo entre ambos. El Reus siguió apretando y reclamó un posible penalti por manos de Gerard Marco que los colegiados no señalaron.
A pesar de que lo intentó hasta el final, el cansancio hizo mella y el partido concluyó en empate, pero con la mancha de la tángana que se formó a su final entre jugadores de ambos equipos.
