- ¿Cuándo decidió que se marchaba?
- Durante vacaciones. Le expliqué a Emilio (Viqueira) lo que pensaba. De entrada tanto él como Vicente (Moreno) y el presidente (Josep Maria Andreu)no querían que me fuera, pero lo expuse porque creía era lo mejor. Quise ir de cara. A partir de ahí lo entendieron perfectamente y me dejaron decidir. Les estoy superagradecido. Me han tratado de una manera inmejorable.
- Dijo en su adiós que quiere exprimir su carrera futbolística al máximo.
- Quiero vivirla intensamente y la oportunidad de la Ponferradina era muy buena. El tema familiar también ha condicionado mucho, como que mis tres hijos puedan estar tan cerca de sus abuelos. Pese a todo tomar la decisión de irme ha sido muy difícil. Me costó noches sin dormir, pero entendía que era lo mejor.
- ¿Hasta qué punto pesó que fuera su temporada con menos minutos en el Nàstic?
- Influyó, sí. Me costaba mucho no entrar en las convocatorias. Cuando hice balance también expuse que me costaba asumir ese papel y que lo estaba pasando mal. Es lo que expliqué al club.
- Usted era un auténtico líder en el vestuario. ¿Quién asumirá ese rol a partir de ahora?
- Eso deben decidirlo en el vestuario, con la votación entre los futbolistas que siempre hay antes de iniciarse la temporada. Quedan Xavi (Molina) y Manolo (Reina), de los cuatro capitanes (el otro era Marcos). Son dos futbolistas que tiran del grupo, que tienen claro cómo hay que llevar un vestuario y cuál es el camino de la exigencia que quiere el míster.
- En su despedida calificó a Moreno como el mejor entrenador que ha tenido. ¿Qué le ha enseñado?
- De él he aprendido muchísimos durante estos años. Lo tiene todo para ser un gran entrenador. Es un trabajador incansable y eso hace que sus valores se multipliquen. Está todo el día pensando en fútbol, su dedicación es máxima y así puede exigir dedicación a los futbolistas porque es el primero que da ejemplo.
- Deja el Nàstic después de una temporada increíble.
- Una de las mejores de la historia diría yo. No se pudo conseguir el objetivo del ascenso a Primera, pero hay que pasar página y pensar de nuevo en el presente, con la afición apoyando como ahora porque es una categoría complicada.
- ¿Se queda con esta campaña o con la del ascenso a Segunda A como mejor recuerdo?
- Lo que vivido ha sido buenísimo. Estar en Segunda y luchar por el ascenso hasta el final ha sido fantástico, pero el ascenso a Segunda fue también importante, por la situación en la que estaba el club en ese momento.
- ¿Qué más se lleva de Tarragona?
- Al final lo que te queda son las amistades. El grupo que hemos tenido, cómo me han tratado, eso pasa por encima de todo y tanto yo como mi familia estamos muy agradecidos. No puedo despedirme de todos pero doy las gracias a todos quienes me han dado su apoyo y me han tratado tan bien.
- El Nàstic 2016/17 está tomando aún forma, pero ¿qué le parece hasta ahora?
- Ambicioso.El club tiene muy claro lo que desea y la plantilla es muy competitiva y honesta, aunque habrá gran igualdad en la categoría, porque los equipos que han bajado de Primera son muy potentes.
¿Se ve algún día volviendo?
- Sí, yo de entrada ya quería establecer mi residencia en Tarragona. Tengo claro que una vez me retire como jugador profesional quiero seguir dedicándome al fútbol.