Jordi Calavera fue uno de los nombres que sonó con fuerza en el mercado de invierno para reforzar al Nàstic. El lateral de Cabra del Camp estaba sin equipo, entrenando con el Castellón de su hermano Josep, después de finalizar su contrato con el Lugo. Tenía ganas de volver a casa. A Tarragona. Allí donde se formó y que abandonó el 2016 para firmar por el Eibar, de Primera División.
La operación no fructificó. El Nàstic dio la posición del lateral derecha por cubierta con Pol Domingo y Alex Tirlea. Solo la salida de uno de los dos, que casi se produce, hubiera generado el hueco necesario en el plantel para la vuelta del mediano de los Calavera. No sucedió y Jordi se quedó con la oferta del CE Sabadell.
En las oficinas de la entidad arlequinada se buscaba experiencia en el mercado de invierno. Futbolistas con muchos tiros en el fútbol y con vivencias en situaciones límite, como la que está viviendo el Sabadell este curso. Los vallesanos han vivido durante buena parte del curso en la zona baja y aún hoy, pelean por sacar la cabeza de las posiciones descenso.
En la misma sintonía que el tarraconense aterrizaron a la Nova Creu Alta Sergi Maestre y Carles Salvador. Jugadores veteranos para confeccionar una columna vertebral que sirviera para alzar el vuelo y competir por una permanencia que llegó a estar realmente complicada.
El propio técnico Óscar Cano, tercer entrenador del club sabadellense este curso, insistió mucho en la contratación del lateral tarraconense. Sabía de la profundidad que podía ofrecer como carrilero. Jordi Calavera ha contado con la confianza del técnico de Granada, pero no en la posición que esperaba.
En su etapa en Sabadell, Jordi Calavera está actuando más como central que de lateral. Óscar Cano se ha aferrado a un defensa de tres centrales y dos carrileros. Una propuesta que encajaría en el perfil del defensa tarraconense. Sin embargo, el entrenador del Sabadell ha preferido para el carril diestro a David Astals, un extremo que se ha adaptado a las exigencias de su técnico, en lugar de Calavera.
Eso ha dejado a Jordi en una posición algo desconocida, situándose como central derecho de la línea de cierre. Pese a ello, su rendimiento ha sido notable. Ofreciendo exactamente esa veteranía que pretendía el Sabadell para encauzar el atrevimiento de los jóvenes. Con él en el verde, el Sabadell solo ha perdido dos partidos.
A los pocos días de firmar, estaba jugando sus primeros diez minutos como arlequinado en Las Gaunas. La falta ritmo competitivo le generó unas pequeñas molestias que le tuvieron tres jornadas sin jugar. Volvió ante el real Unión para encadenar siete partidos consecutivos como titular.
La presencia de Jordi Calavera en el partido ante el Nàstic de este domingo es dudosa. La semana pasada viajó a Salamanca con el resto de la expedición sabadellense, pero no saltó al verde debido a unas molestias. Con la plaga de lesionados que persigue al Sabadell este curso, el cuerpo técnico y los servicios médicos vallesanos han optado por no arriesgar. Al Sabadell le esperan cuatro finales. La primera este domingo ante el Nàstic, pero quedarán tres más y esperan poder contar con uno de sus mejores jugadores. Les va la vida en Primera RFEF.
El de Cabra del Camp finaliza contrato este 30 de junio. Quedará libre, puesto que solo firmó por seis meses en Sabadell. Con 28 años, no sería extraño que volviera a ponerse a tiro para el Nàstic. Una operación que podría ser más sencilla, en cuanto a fichas, y que podría suponer el regreso esperado de Jordi Calavera al Nou Estadi.