La pizarra de Dani Vidal, vital para el Nàstic

Las Gaunas, en ese mítico estadio que adquirió un gran protagonismo en los carruseles de radio de los fines de semana de los años 80, en la época dorada del CD Logroñés, llegó la primera victoria visitante del Nàstic esta temporada. Un triunfo vital para Raül Agné. El técnico se jugaba el cargo. Solo le valía sumar los tres puntos. Un triunfo que se consiguió gracias a la estrategia. La pizarra de Dani Vidal, asistente de Agné y miembro del cuerpo técnico encargado de diseñar las jugadas de estrategia, dio el 0-1, obra de Marc Montalvo, y el 1-2 definitivo que firmó Josema y que aseguraba la continuidad del cuerpo técnico en el banquillo del Nou Estadi. Al mnos, unas jornadas más.

Como cada semana, el entrenador tarraconense planificó las acciones a balón parado durante la semana teniendo en cuenta los defectos de la defensa riojana en esas situaciones. Un trabajo que salió redondo. Los jugadores clavaron la ejecución y el Nàstic sumó tres puntos valiosísimos.

El primer tanto llegó en el minuto 49. Guillermo Fernández, con una maniobra deliciosa, con caño incluido, sacó una falta lateral muy escorada, como un saque de esquina pero más cercano. Una situación que se da pocas veces y que no suele ser objeto de análisis por los equipos. Dani Vidal sí que lo tuvo en cuenta.

El técnico dio las indicaciones desde la banda, único momento en que toma el relevo de Agné como miembro del cuerpo técnico que puede estar de pie en la zona delimitada. Los futbolistas entendieron rápidamente la situación y ejecutaron punto por punto el plan. Montalvo se situó a dos zancadas del balcón del área. Sin destapar sus intenciones. Ningún futbolista del Logroñés lo vio. Todos se colocaron en el rectángulo chico, protegiendo a su arquero. El de Figueres solo tuvo que ponerle el balón preciso y raso para que el centrocampista de Riudoms, con un disparo sutil con la zurda, batiera al meta local.

Un tanto muy especial para el canterano grana. Fue su primer gol con el primer equipo. Con buena parte de su familia desplazada a la capital de La Rioja. «El partido se ha ganado por la estrategia y estoy contento porque es una cosa que entrenamos mucho», decía el mediocentro de 20 años.

La SD Logroñés equilibró el marcador en el 54, con un contragolpe. Apenas cinco minutos después pudo volverse a adelantar el conjunto tarraconense en nueva acción de estrategia. Una jugada de laboratorio a la que le faltaron centímetros para culminarse en gol. Esta vez, la falta era más centrada, pero también más alejada. Joan Oriol engañó con el centro y se la cedió a Aarón Rey. El gallego, cumplió con su papel, saltó a la carrera lateral para recibir y soltar un centro-chut de esos potentes en los que cualquier pie, consciente o inconsciente, puede acabar con el cuero en la red.

Minutos después sí llegó el 1-2. En otra acción a balón parado. Volvía a ponerla Joan Oriol de izquierda a derecha para la entrada de Josema en el segundo palo. El central madrileño dejó clavado a su defensor, Sarriegi, con mucha facilidad y entró con toda su potencia para rematar tan fuerte que todos los esfuerzos del portero Jero, que llegó a tocar el balón, no sirvieron de nada para impedir el tanto. Era la última de las virtudes que le faltaba por mostrar a Josema en Tarragona. Su capacidad en las acciones de estrategia ofensiva. En la igualdad las acciones a balón parado pueden desequilibrar los partidos. El Nàstic cuenta con un especialista como Dani Vidal, capaz de sacar la libreta y obtener una victoria vital.