Un nefasto inicio de partido en Peralada, provocó una nueva derrota de la UE Valls, que se despide de la Tercera División y consuma su descenso a Primera Catalana de forma matemática. Los de Pallarès recibieron dos goles en el arranque del partido y ya les fue imposible darle la vuelta al resultado. Necesitaban ganar para presentarse en las dos últimas jornadas del campeonato con opciones, pero esa derrota ya ha resultado definitiva.
Los de Pallarès encajaron el primer gol en el minuto inicial de partido. Un balón a la espalda de los centrales provocó que el jugador local Casanova se plantara ante el meta Agüera. Le batió por el primer palo, cuando prácticamente se había quedado sin ángulo. Los vallenses sufrieron después del golpe, les costó un mundo meterse dentro del partido. Hasta el punto que recibieron otro gol pocos minutos después,
En concreto, sólo se habían disputado cuatro minutos de juego cuando Ortiz se plantó ante Agüera, le sorteó y acompañó la pelota a la red. El 2-0 parecía insalvable, aunque restaba mucho partido por delante. Necesitaron los de Pallarès de unos minutos para sobreponerse a tantas malas noticias y empezar a competir ante un rival muy cómodo con el marcador.
La réplica
Agüera tuvo que intervenir antes del cuarto de hora para evitar el tercer gol del Peralada, mientras que la primera llegada de peligro de los vallenses llegó a cargo de Prades, aunque el meta local atajó la pelota.
Poco a poco, los de Pallarès tomaron la posesión del balón y obligaron al Peralada a replegarse. A los 36 minutos, Gómez, gtacias a una pena máxima, redujo distancias y metió en el partido a la UE Valls, que necesitaba dos goles más para mantener las esperanzas de permanencia.
En realidad, los de Joan Pallarès merecieron, por lo menos, el empate en el arranque del segundo tiempo. El meta local Aroca se conviertió en el mejor jugador de los locales y con un par de intervenciones de mérito guardó la ventaja para el Peralada.
La insistencia de la UE Valls no se reflejó en el premio final del gol y se consumó un descenso que nadie quería.